Carter conf¨ªa en la televisi¨®n como medio de ganar a Ronald Reagan
Celebradas las dos convenciones nacionales, que nombraron al republicano Ronald Reagan, en Detroit, y al dem¨®crata Jimmy Carter, en Nueva York, como principales aspirantes a la victoria en la elecci¨®n presidencial norteamericana del pr¨®ximo 4 de noviembre, todo el inter¨¦s de la campa?a se centra ahora en los debates televisados, que mostrar¨¢n al elector las condiciones personales de cada candidato. El primero de la serie, organizado tradicionalmente por la Asociaci¨®n Norteamericana de Mujeres, se celebrar¨¢ a mediados de septiembre, en Baltimore (Estado de Maryland). A partir de este debate, los estrategas en sondeos de la campa?a del actual presidente, Jimmy Carter, conf¨ªan en una recuperaci¨®n espectacular de la popularidad de Carter.
La peque?a pantallas (seg¨²n un sondeo publicado ayer por el New York Times, entre noventa y 95 millones de norteamericanos siguieron la convenci¨®n dem¨®crata por televisi¨®n) ser¨¢ el escenario del debate dem¨®crata-republicano, del que corre el riesgo de quedar marginado el tercer hombre de esta campa?a electoral, el republicano John Anderson, que se presenta bajo la etiqueta de ? independiente ?. El presidente Carter, como hizo a primeros de a?o con el senador Edward Kennedy, ?ignorar¨¢?, posiblemente, las solicitudes de Anderson para un debate televisado, a pesar de que el ?factor? Anderson le puede restar del 10% al 15 % del electorado, que puede ser imprescindible para vencer a Reagan en noviembre.Econom¨ªa y pol¨ªtica exterior ser¨¢n los ejes de los debates televisados Cartet-Reagan. La Administraci¨®n Carter intentar¨¢ aportar todas las cifras posibles para que el presidente Carter pueda mostrar que la crisis econ¨®mica es internacional y que, en Estados Unidos, se inicia una recuperaci¨®n de la coyuntura econ¨®mica. Los ¨²ltimos indicadores econ¨®micos son relativamente satisfactorios, excepto en el cap¨ªtulo del empleo. Los impuestos ser¨¢n tambi¨¦n caballo de batalla por las promesas de Ronald Reagan de reducir el 30% de impuestos en tres a?os.
La pol¨ªtica exterior, con su cap¨ªtulo de defensa, promete ser otro de los temas conflictivos de los debates electorales. A la p¨¦rdida de prestigio e influencia de la Administraci¨®n Carter en el exterior, que esgrimir¨¢ Reagan, el presidente Carter opondr¨¢ las tesis ?belicistas? que propone Reagan. El factor de los 52 rehenes norteamericanos, todav¨ªa detenidos en Ir¨¢n desde el pasado 4 de noviembre, ser¨¢ otro tema de pol¨¦mica entre Carter y Reagan. La eventual liberaci¨®n de los rehenes -probablemente objeto de negociaciones ultrasecretas entre Washington y Teher¨¢n- representar¨ªa un elemento de gran impacto p¨²blico a favor de Jimmy Carter, caso de producirse antes de la elecci¨®n presidencial norteamericana, que coincidir¨¢, justo, con el primer aniversario de la ocupaci¨®n de la Embajada de EE UU en Teher¨¢n.
Jimmy Carter y Ronald Reagan potenciar¨¢n al mismo tiempo sus viajes electorales en los Estados clave para la elecci¨®n presidencial norteamericana. Los Estados industriales del noreste y medio este de Estados Unidos (Ohio, Illinois, Michigan, Nueva York y Pensilvania) ser¨¢n escenario de m¨²ltiples promesas electorales a lo largo de los ochenta d¨ªas de campa?a electoral que quedan hasta la fecha del voto.
El presidente Carter, en su campa?a de 1976, que le llev¨® a la Casa Blanca, prometi¨® una presidencia basada en la paz, el desarme, la defensa de los derechos humanos y el liberalismo econ¨®mico. Es dificil que pueda insistir a fondo por los mismos caminos, con unas negociaciones de paz egipcio-israel¨ªes bloqueadas por el tema palestino, un incremento espectacular del presupuesto para la defensa, una interpretaci¨®n menos estricta de lo que deben ser los derechos humanos (sobre todo, despu¨¦s del fracaso de la operaci¨®n en Ir¨¢n, destinada a sustituir al sha por un r¨¦gimen prodemocr¨¢tico y pronorteamericano) y el liberalismo comercial, en un momento en que sectores clave de la econom¨ªa norteamericana, como el autom¨®vil y la siderurgia, sufren el asedio de sus competidores extranjeros en el interior del mercado norteamericano.
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