Sa Carneiro no solicit¨® ayuda electoral a Su¨¢rez
Adolfo Su¨¢rez termin¨® a primeras horas de la noche de ayer su visita de dos d¨ªas a Portugal, despu¨¦s de un agotador viaje desde Oporto a la frontera espa?ola de Tuy, tras haber visitado Braga, Guimaraes y Valenca do Minho.En la madrugada de ayer hab¨ªa regresado de su improvisado encuentro en Lisboa con el primer ministro portugu¨¦s, Francisco Sa Carneiro. El presidente espa?ol no especific¨® la conversaci¨®n sostenida durante la cena de ambos pol¨ªticos en la residencia particular de Sa Carneiro, y se limit¨® a decir que ?se habl¨® de muchas cosas que afectan a la pol¨ªtica internacional, como el tema Afganist¨¢n, Africa y Oriente Pr¨®ximo?.
Minutos antes de volar a Lisboa hab¨ªa manifestado en Oporto que estar¨ªa dispuesto a prestarle ayuda a Sa Carneiro en las elecciones si ¨¦l se lo pidiese, pero ayer declar¨® a su vuelta que esta ayuda no le fue solicitada..
Se confirm¨® la impresi¨®n apuntada ayer de que buena parte de la iniciativa de esta visita privada a Portugal correspondi¨® al diputado orensano P¨ªo Cabanillas, el cual no desaprovech¨® ninguna ocasi¨®n para resaltar: ?El hecho real de que este encuentro da idea del enorme inter¨¦s que tiene para el primer ministro portugu¨¦s el apoyo de un pol¨ªtico del prestigio de Su¨¢rez?.
El presidente del Gobierno espa?ol admiti¨® que su visita a Lisboa pudo resultar rentable pol¨ªticamente para Sa Carneiro en un momento en el que se acercan las elecciones legislativas en Portugal. Sobre este tema, la opini¨®n recogida por EL PAIS en medios pol¨ªticos y period¨ªsticos es la de que el viaje de Su¨¢rez resulta m¨¢s favorable para el premier portugu¨¦s a nivel personal que para su partido, Alianza Democr¨¢tica. Sa Carneiro est¨¢ pasando ahora mismo por las dificultades que le presentaron los comunistas y los socialistas al acusarle p¨²blicamente de haber utilizado de manera irregular fondos de la banca estatal, y est¨¢ recibiendo adem¨¢s algunas cr¨ªticas internas de sus propios seguidores, por lo que algunos portugueses relacionan todo esto con la insistencia que mostr¨® Sa Carneiro al pedirle a Su¨¢rez que fuera avisitarle a Lisboa.
Otra cuesti¨®n es que el presidente espa?ol buscara tambi¨¦n para ¨¦l alguna rentabilidad pol¨ªtica de este inesperado viaje de turismo a Portugal. P¨ªo Cabanillas, que irradiaba satisfacci¨®n conforme el viaje se iba realizando, y que apareci¨® estos d¨ªas m¨¢s congeniado con Su¨¢rez que nunca, repiti¨® muchas veces su opini¨®n de que ?se ha visto que Su¨¢rez tiene enorme peso y prestigio en la pol¨ªtica portuguesa.
Curiosamente, la Prensa portuguesa se ha mostrado cautelosa sobre este viaje. Se ha limitado a dar la informaci¨®n estricta del encuentro de Lisboa sin interpretaciones. S¨®lo O Comercio do Porto, matutino de la segunda ciudad de Portugal, public¨® en primera p¨¢gina una caricatura en la que Sa Carneiro le dice a Su¨¢rez: ?Si no quiere tener problemas, pague todo al contado?. Alusi¨®n clara a las dificultades antes citadas del pol¨ªtico portugu¨¦s.
Por lo dem¨¢s, Su¨¢rez se lament¨® ayer de ?no poder viajar tranquilo, como un ciudadano corriente?. ?Me hubiera gustado?, dijo, ?hacer aqu¨ª lo que no puedo realizar en Madrid: pasear a pie por las calles. Cuando EL PAIS le pregunt¨® si no echa de menos la falta de este tiempo libre, contest¨® que s¨ª, pero a?adi¨® en seguida que no ve f¨¢cil obtener este tiempo, porque tardar¨¢ mucho en retirarse, tanto como tard¨® Adenauer o as¨ª.
Los portugueses se esforzaron en ser amables con los visitantes, y puede decirse que los gobernadores de las provincias por las que pas¨® contribuyeron m¨¢s que los periodistas y los curiosos a desprivatizar el viaje.
Cuando P¨ªo Cabanillas y el gobernador de Braga le explicaron a Su¨¢rez el significado de Guimaraes como cuna de la naci¨®n portuguesa, Adolfo Su¨¢rez estaba tan cansado del viaje y del calor sofocante que opt¨® por no aproximarse al monumento que recuerda al ?padre de la patria portuguesa?, Alfonso Enriques.
De regreso hacia El Grove, la comitiva se detuvo en la localidad fronteriza de Valenca do Minho, y los buenos oficios de gallego de P¨ªo Cabanillas tuvieron efectividad para que las tiendas permaneciesen abiertas fuera de su horario habitual, con el fin de que la familia Su¨¢rez pudiera comprar los ¨²ltimos recuerdos de Portugal.
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