El Balc¨®n de Europa
Situada a 52 kil¨®metros de M¨¢laga, la aldea de Nerja (la antigua Nerixa ¨¢rabe) se alza sobre un acantilado en cuya cima exhiben su blancura las casas de los pescadores. Fuera de la temporada estival cuenta con unos 11.000 habitantes, de los cuales 3.000 son extranjeros. Sus tres industrias principales: la pesca, la agricultura y el turismo. Dadas las caracter¨ªsticas especiales con que este ¨²ltimo se ha presentado en Nerja, el lugar permanece casi a salvo de las monstruosidades realizadas en los ¨²ltimos tiempos a lo largo de la Costa del Sol. Visitar otros pueblos cercanos, como Frigiliana, Torrox o C¨®mpota, permite contemplar y completar los bellos restos del naufragio.Muchos artistas veraneantes han dado consejos y ejemplos pr¨¢cticos a los lugare?os para que Nerja no perdiese su encanto de Cuenca tropical, con playas -hoy bastante sucias- que son derrumbes de monta?a.
Otros turistas, menos at¨ªpicos y m¨¢s despreocupados, suelen alojarse en el parador nacional Playa de Burriana o en el hotel Balc¨®n de Europa. Muchos llegan tan s¨®lo para visitar la fantasmag¨®rica cueva, ya dotada de luz y sonido, donde una estalactita de setenta metros suele dejar al personal boquiabierto. En ese ¨¢mbito subterr¨¢neo se celebran, cada mes de agosto, los festivales de verano. La bailarina Pilar L¨®pez actu¨® en cierta ocasi¨®n; aquejada de comprensible claustrofobia, tuvo que declarar al t¨¦rmino: ?Nunca m¨¢s?.
Los habitantes estables no carecen tampoco de distracciones -al margen de las discotecas y los cines de rigor-, como bien lo demuestra la reciente visita de Juanito Valderrama y Rafael Farina, mano a mano, durante cuyo espect¨¢culo ca?¨ª, todo hay que decirlo, numerosos espectadores dorm¨ªan a pierna suelta.
Desde hace a?o y pico, Antonio Mercero y 55 personas m¨¢s ruedan aqu¨ª para Televisi¨®n Espa?ola una obra que piensan titular El verano azul. Ellos contribuyen, con caras tan conocidas como la del actor Antonio Ferrandis, a dar a Neria cierta pinta de rep¨²blica veraniega de las artes y las letras.
Al borde de un precipicio se encuentra el mirador que constituye el punto central del pueblo. El rey Alfonso XII as¨ª lo bautiz¨®: Balc¨®n de Europa. Durante el d¨ªa, el paseo ritual y la animaci¨®n caracter¨ªstica de las terrazas de los caf¨¦s dan vida a esta pen¨ªnsula diminuta. Al anochecer, el Balc¨®n de Europia se llena de rom¨¢nticos que acuden a escuchar el oleaje de la playa de Calahonda, mirones de un azul m¨¢s all¨¢, juerguistas de guitarra y palmas, marginales que le dan al canuto, borrachines, siluetas que giran o duermen entre dosoxidados ca?ones.
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