Incendios y negligencia
No s¨¦ cu¨¢l es m¨¢s indignante, si el propio y angustioso hecho del incendio forestal, con su secuela de v¨ªctimas y ruina econ¨®mica, o el reciente comentario televisivo Poniendo de relieve la estad¨ªstica tranquilizadora, optimista, de 3.000 incendios -?solamente!- en el presente verano, contra 4.000 el pasado.Han sido numerosos los comentarios aparecidos en EL PAIS: documentados, sagaces, emotivos, como el de quien no deseaba a nadie verle envuelto en las alucinantes consecuencias de uno de ellos, pues, en efecto, es el jinete apocal¨ªptico ante el cual la dimensi¨®n civilizada del hombre se siente estremecida y achicada. Mas?c¨®mo se llega a estas situaciones l¨ªmite? No descubriremos un nuevo Mediterr¨¢neo si, una vez m¨¢s, repetimos los factores originarios: provocadores a sueldo e incivilidad. Y, a?adamos otro, no menos delictivo: negligencia oficial.
Tuvimos la ocasi¨®n de intervenir en un incipiente incendio forestal. Lugar, Puente U?ec, entre Santa Mar¨ªa de Nieva y Segovia. Las circunstancias, por suerte, nos fueron favorables, ya que su inicio se produjo entre la carretera, la cuneta y la primera linde de pinos resineros. Por consecuencia, dispusimos de abundante tierra que arrojar a las primeras llamas, complementados con golpes de ramaje. Colaboraci¨®n exclusiva de ciudadanos de a pie, porque cuando se fue a avisar a los guardas forestales no estaban en su caseta. Obviamente, consideraron m¨¢s ameno el compartir las distracciones con los que llenaban las praderas del r¨ªo Eresma, alejadas del lugar y, por supuesto, de la casa forestal.
Tambi¨¦n recientemente pasamos un d¨ªa festivo en Boca del Asno, t¨¦rmino de Valsa¨ªn, igualmente de la provincia de Segovia, geograf¨ªa id¨ªlica, s¨®lo comparable a los paisajes suizos. Pues bien, observamos varias ?chisqueras? para asar sardinas, pero a la misma vera de los hermosos y alt¨ªsimos pinos. No fue obst¨¢culo lo que ?no pod¨ªan ignorar? con esa afici¨®n a la ?parrilla?: el patrimonio tiene, junto al r¨ªo, una ?barbacoa? para estos fines. En todo el d¨ªa no ces¨® ni la ?incivilidad? de los ?sardineros? ni la ?negligencia? de los guardas forestales, que no aparecieron por all¨ª ni una sola vez con sus motos serranas, y eso que, seg¨²n la cl¨¢sica zarzuela, ?por el humo se sabe d¨®nde est¨¢ el fuego...?.
Resumamos: provocaci¨®n por intereses m¨¢s o menos ocultos; negligencia de los guardas, que deben extremar la movilidad y la vigilancia. Medidas bajo el control de los ¨®rganos id¨®neos del Gobierno.
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