Palabras
Es curioso comprobar lo que estamos haciendo con el idioma, la cantidad de palabras de significado, cuando menos ambiguo, que emplean cuantos tienen alg¨²n acceso a los medios de comunicaci¨®n, desde ?democracia? hasta ?credibilidad?, pasando por ?consenso? y todas aquellas palabras que tienen una significaci¨®n clara en matem¨¢ticas, y otra -u otras-, en pol¨ªtica: coordenadas, involuci¨®n, etc¨¦tera.Debo deducir que no se desea hablar claramente y, por ello, se recurre a toda clase de conceptos imprecisos e incluso a todos los idiomas conocidos, desde el catal¨¢n de conseller, hasta el vascuence (para el que se invent¨® la palabra ?euskera? hace menos de un siglo) de abertzale, pasando por el brasile?o-portugu¨¦s de tangana o el saj¨®n week-end.
?Es as¨ª como pretendemos defender nuestra cultura? Aquella Academia de la Lengua Espa?ola, cuyo lema era ?Limpia, fija y da esplendor?, ?se resigna? Pues tambi¨¦n es mala suerte.
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