Vuelven los "barones" y pierden los democristianos en el quinto Gobierno de Adolfo Su¨¢rez
La formaci¨®n del quinto Gobierno Su¨¢rez, cuya lista ser¨¢ presentada al Rey el lunes, a las ocho de la tarde, se salda con el regreso de los barones m¨¢s ?cr¨ªticos?, la entrega del ¨¢rea econ¨®mica a hombres pr¨®ximos al gran capital y el descalabro relativo de la democracia cristiana. Si se ha de creer a ciertos observadores, el gran perdedor de la crisis es el actual presidente del Congreso de los Diputados, Landelino Lavilla, que, en los momentos m¨¢s bajos de Su¨¢rez antes del verano, se configuraba todav¨ªa borrosamente como posible alternativa dentro del partido centrista.
Mientras se sustancian los ¨²ltimos acomodos de la lista definitiva, empiezan a definirse con claridad los perfiles y el significado de la crisis gubernamental. La posici¨®n de la permanente de UCD como Gobierno en la sombra del partido en el Gobierno, no pod¨ªa prorrogarse indefinidamente y tampoco cab¨ªa demorar una respuesta a la actitud socialista, exteriorizada con el voto de censura el pasado mayo.
Previsiones cumplidas
Con anterioridad a la dispersi¨®n veraniega hab¨ªa quedado establecido que habr¨ªa un nuevo Gobierno antes del 11 de septiembre (v¨¦ase EL PA?S de 16 de julio), al que ser¨ªan incorporados los barones m¨¢s ?cr¨ªticos?, especialmente Rodolfo Mart¨ªn Villa y Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, l¨ªderes de las alas neofranquista y socialdem¨®crata, respectivamente, y del que se daba ya como probable ausente a Fernando Abril Martorell. Todas estas previsiones han quedado cumplidas.Algunos medios centristas estiman que la composici¨®n del Gabinete ha tenido m¨¢s en cuenta ciertas relevancias personales que la estricta fuerza de las distintas familias pol¨ªticas que dieron origen a UCD. As¨ª, se subraya la probable ausencia de representaci¨®n liberal en un momento en que este sector, hu¨¦rfano de su l¨ªder, Joaqu¨ªn Garrigues, no ha encontrado la personalidad indiscutible capaz de imponerse por su propio peso.
En cuanto a los socialdem¨®cratas de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, despu¨¦s del silencio escrupuloso mantenido en el per¨ªodo estival -el m¨¢s estrictamente estival en cuanto a par¨¢lisis de la actividad p¨²blica que recuerdan los m¨¢s viejos funcionarios del lugar-, han brindado su rendida colaboraci¨®n al presidente Su¨¢rez a cuenta de algunas sustanciosas contrapartidas, que a la vista est¨¢n.
Personalmente, Francisco Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez ha desconcertado a los medios pol¨ªticos reclamando la cartera de Justicia, tradicionalmente en manos del sector cat¨®lico bajo muy distintos Gobiernos y reg¨ªmenes. El l¨ªder del ala socialdem¨®crata no ocultaba hace meses su pretensi¨®n de asumir la cartera de Asuntos Exteriores, pero todo ha sido en vano ante la tenacidad invencible de Marcelino Oreja, que tan bien se adapta a las pautas de la Moncloa.
En la cartera de Justicia, que Fern¨¢ndez Ord¨®?ez querr¨ªa ver enriquecida con las atribuciones del desarrollo legislativo de la Constituci¨®n -ahora entregadas a un ministro adjunto-, el jefe de fila socialdem¨®crata tomar¨ªa distancias del ¨¢rea econ¨®mica. En ese campo prefiere no aceptar m¨¢s papel que el de m¨¢ximo responsable, para lo que es consciente que tendr¨ªan que levantarse algunos pesados vetos. Adem¨¢s, y sobre todo, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez podr¨ªa protagonizar una de las modernizaciones decisivas que este pa¨ªs tiene pendientes: la futura ley del divorcio.
El alivio que una ley de divorcio al d¨ªa, fuera de los complejos clericales, puede aportar a las generaciones de la Espa?a moderna es susceptible de crear en favor de quien la patrocine un amplio reconocimiento p¨²blico con indiscutible resonancia hist¨®rica. Adem¨¢s, su acci¨®n en el ¨¢rea del departamento de Justicia podr¨ªa terminar con algunos contenciosos procesales que han enturbiado la imagen internacional de la joven democracia espa?ola.
Los democristianos y el mundo cat¨®lico adyacente -como, por ejemplo, la agencia de noticias Europa Press- se han movilizado en¨¦rgicamente estos d¨ªas, para no perder la cartera de Justicia que tradicionalmente han tenido encomendada. Por eso no se descarta que a ¨²ltima hora Fern¨¢ndez Ord¨®?ez pudiera ser desplazado a Obras P¨²blicas y Urbanismo, aunque los mejores conocedores del presidente estiman que ese gran departamento supone demasiada plataforma como para que le sea ofrecida a quien nunca deja de apuntar como posible futuro competidor.
Num¨¦ricamente, los socialdem¨®cratas aparecen como los primeros beneficiarios de la crisis con la repesca de Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez como probable ministro de Econom¨ªa y Comercio -no es seguro que esta denominaci¨®n acumulativa quepa. hacerla sin acuerdo previo de un Consejo de Ministros imposible de reunir por su condici¨®n cesante- La permanencia de Luis Gonz¨¢lez Seara -el m¨¢s desaparecido en los ¨²ltimos meses de todos los ministros p¨²blicos- al frente de Universidades e Investigaci¨®n y el traslado de Luis G¨¢mir al departamento de Sanidad y Seguridad Social elevan la suma del sector a cuatro asientos en el banco azul.
Un presidente implacable
Sin concesi¨®n alguna hacia Landelino Lavilla, rigurosamente marginado de la crisis y hacia quien Su¨¢rez parece mostrarse calculadamente implacable, la nueva formaci¨®n gubernamental supone un descalabro relativo para las filas democristianas. La continuidad de I?igo Cavero en el Gabinete, aunque cambie de cartera, se da, sin embargo, como muy probable, para tratar de evitar una reacci¨®n peligrosa.Se sabe que los diputados del ala cristiana de UCD han sido convocados para el martes pr¨®ximo, d¨ªa 9, con el fin de hacer balance de lo que la crisis ha supuesto para sus colores y sacar las consecuencias que procedan. En caso de juzgarlo desastroso no se descartaba ayer que llegaran a izar pabell¨®n independiente, al que podr¨ªan sumar efectivos superiores a los del Grupo Andalucista.
Como bromeaba Fernando Abril en aquellas reuniones de la permanente centrista a orillas del pantano de Santillana el pasado mes de julio, el regreso al Gobierno de Rodolfo Mart¨ªn Villa le har¨¢ perder esa condici¨®n de desestabilizador que adquiere en cuanto le privan del coche oficial. Su reconocida profesionalidad pol¨ªtica y la firme implantaci¨®n de sus gentes en la estructura territorial del partido ser¨¢ sometida a una prueba de primer orden al asumir la cartera de Administraci¨®n Territorial, que ¨¦l hubiera querido ver ornada con el aura de una vicepresidencia.
Mart¨ªn Villa vive en la persuasi¨®n de que ¨¦l hubiera podido ser Su¨¢rez, pero est¨¢ cada vez m¨¢s convencido de que muy dif¨ªcilmente podr¨¢ ser el sucesor de Su¨¢rez. Las semejanzas biogr¨¢ficas juegan a veces estas malas pasadas. Su colaboraci¨®n en la crisis ha sido plena y su papel en el nuevo Gobierno ser¨¢ fundamental por su propia personalidad y por la importancia y delicadeza de la cuesti¨®n auton¨®mica que ahora queda en sus manos.
Vuelve tambi¨¦n P¨ªo Cabanillas -por tercera vez traspasa la barrera del sonido-, un caso de personalidad pol¨ªtica aparentemente incombustible, cuya imaginaci¨®n y consejos quiere asegurarse el presidente.
Leopoldo Calvo Sotelo queda al frente del ¨¢rea econ¨®mica con la misi¨®n de detener el paro y relanzar la actividad. Sus distancias y cr¨ªticas hacia Su¨¢rez quedan ahora reabsorbidas con la vicepresidencia segunda del Gobierno, donde sustituye a Fernando Abril Martorell, el gran ausente del nuevo Gabinete.
El hombre de confianza de Su¨¢rez y otrora todopoderoso Abril parece reservado para misiones relevantes en ¨¢rea parlamentaria del partido.
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