El actor Peter Cushing rueda en Madrid una pel¨ªcula de aventuras
A fin de participar en el rodaje de La isla de los monstruos, una pel¨ªcula de aventuras basada en la novela de Julio Veme Escuela de Robinsones, y dirigida por el espa?ol Juan Piquer (Supersonic Man), ha pasado unos d¨ªas en Madrid el actor ingl¨¦s Peter Cushing. Tiene 67 a?os y hace 44 decidi¨® ser actor. Es vegetariano. Vive en una casa de campo en Kent (sureste de Inglaterra), tranquilo, solitario, recordando el tiempo junto a su esposa, que muri¨® hace siete a?os, y con la que viv¨ªa muy unido. Y su trabajo, ahora, le resulta la m¨¢s agradable de las costumbres.
Rompiendo con su l¨ªnea habitual de bueno de la pel¨ªcula, Peter Cushing har¨¢ de malvado-en una serie que la televisi¨®n inglesa prepara sobre Ivanhoe. Aunque tambi¨¦n interpret¨® un papel de ser mal¨¦f-1co, dominador del espacio, en La guerra de las galaxias. Pero lo suyo es la lucha contra el mal y sus misterios. En el citado filme espa?ol, Cushing es William Kolderup, un anciano triunfador que compra una isla en una subasta y quiere convencer a sujoven sobrino de los peligros de las aventuras arriesgadas. ?No me preocupa el car¨¢cter de mis personajes, pero s¨ª me encanta encarnar la bondad?, dice.Considerado como uno de los grandes representantes del teatro ingl¨¦s -?Londres es al teatro como Hollywood al cine?-, Peter Cushing comenz¨® en 1936, en la compa?¨ªa del teatro Worthing, de Sussex. Tres a?os m¨¢s tarde, por imperativos de la segunda guerra mundial, march¨® a Estados Unidos, a Hollywood. All¨ª debut¨® en el cine con Vigil in the night, de George Stevens -realizador de Gigante y Ra¨ªces profundas- Y si Carole Lombard, esposa de Clark Gable, no le proporciona unos peque?os papeles en producciones de la Paramount, Cushing ?habr¨ªa continuado lavando platos y coches, como hac¨ªa, para conseguir el billete de vuelta a su pa¨ªs?, comenta divertido.
En Inglaterra -en 1948-, su primer filme fue Hamlet, al lado de Laurence Olivier, quien, recuerda Cushing, le quit¨® un peque?o complejo. En una secuencia, ambos ten¨ªan que bajar una intrincada escalera de caracol y, por las dificultades, no grabaron el sonido. Meses m¨¢s tarde, Peter acudi¨® al doblaje con dos dientes de menos, todo aborchonardo porque no pod¨ªa pronunciar bien y, al intentarlo, salpicar¨ªa a Olivier; pero ¨¦ste, ignorante del problema le dijo: ?No te importe escupirme si con ello le das mejor tono?.
Cushing a?ora, en cierto modo, las viejas etapas del cine, ?cuando si un personaje viajaba a Par¨ªs se le ve¨ªa salir de casa, tomar un taxi, luego un avi¨®n; un nuevo taxi y una llegada al enclave parisiense deseado. Ahora todo se resuelve con dos planos de aeropuerto?. Y est¨¢ satisfecho de que su escuela de actor haya sido el escenario o el plat¨®. S¨®lo cree en la t¨¦cnica, en el entrenamiento de la voz y el cuerpo, que pueden dar las escuelas, porque ?nadie puede ense?ar a otra persona c¨®mo actuar o reaccionar ante las cosas?. De todas formas, insiste en las posibilidades did¨¢cticas del trabajo teatral: ?Es lo m¨¢s dif¨ªcil y, al mismo tiempo, lo m¨¢s vivo. Aunque s¨®lo asista una persona como espectador, ya hay una comunicaci¨®n y eso es importante. Por otra parte, es en el teatro donde se aprende a utilizar la voz?.
La ¨²ltima actuaci¨®n de Peter Cushing en teatro fue hace cinco a?os, con Los herederos, de Henry James, uno de sus autores favoritos, y ¨²ltimamente el actor no frecuenta mucho las tablas. ?No es por las ventajas econ¨®micas que me ofrezca el cine?, puntualiza, ?sino por el cansancio de hacer diariamente lo mismo. Llega un momento en que te sientes trastornado y hasta los aplausos pierden valor?.
La maldici¨®n de Frankestein, Dr¨¢cula y El perro de Baskerville son algunos de los t¨ªtulos que, a finales de los a?os cincuenta, llevaron a Peter Cushing a la popularidad, enrolado entonces de lleno en la serie terror¨ªfica de la Hammer Films. Y fue despu¨¦s otra serie, de televisi¨®n, la que redonde¨® su fama: Sherlock Holmes. Pero Cushing no tiene inter¨¦s en ejercer de estrella. Postura en la que intervino su mujer, actriz no tan conocida como ¨¦l, con la que sol¨ªa reconstruir escenas cl¨¢sicas en un teatrito casero realizado por ambos.
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