Los sindicatos oficiales quieren renovarse y recuperar la unidad perdida
?Qu¨¦ es lo que dec¨ªa el otro, el de la oposici¨®n, en Varsovia? Dec¨ªa: ?Nosotros tenemos miedo porque este poder es demasiado d¨¦bil. Gierek es demasiado d¨¦bil ... ? ?Demasiado d¨¦bil? Con frecuencia sorprenden con estas paradojas, esos oradores h¨¢biles en confidencias, maestros en discursos interiores que han podido redactar con toda clase de facilidades en el transcurso de sus numerosas detenciones. ??Qu¨¦ hacen ustedes durante esas detenciones por sospecha de 48 horas??. ?Hablamos, hablamos. Hablamos con toda libertad, puesto que estamos en prisi¨®n ... ?.?Demasiado d¨¦bil, s¨ª, usted habr¨¢ observado ya a unos ni?os pele¨¢ndose en un parque p¨²blico. Habr¨¢ visto al m¨¢s peque?o, al que lleva las de perder, marcharse llorando. ?Y qu¨¦ grita en ese momento?... "?Volver¨¦ con mi hermano mayor!" ?. Gierek no ha vuelto con su hermano mayor: es demasiado astuto. El hermano mayor, por otra parte, tiene otras cuentas que liquidar, m¨¢s urgentes, ahora que todo el barrio le se?ala con el dedo, ese golfo. ?Arr¨¦glatelas t¨² mismo o te suelto un manotazo ?, le dijo a Gierek.
Todo el mundo est¨¢ contento: ?No hay vencedores ni vencidos?, ha dicho Jagielski. Admiraci¨®n un¨¢nime por estos huelguistas, tan patriotas, y por el Gobierno, tan realista, tan ponderado, que acepta negociar sin efusi¨®n de sangre, con un sentido de la responsabilidad.
Derecho de huelga. Magn¨ªfico. No es cuesti¨®n de lamentarse, todo va cien veces, mil veces mejor que antes, cuando todas las puertas estaban cerradas, cuando se sofocaban todos los gritos. Pero, en la pr¨¢ctica ?qu¨¦ es eso del derecho de huelga? Es el derecho a patalear cuando todo va mal. Ya, desde el principio, este derecho queda circunscrito, limitado ?al caso en que todas las otras formas de negociaci¨®n hayan fracasado ?.
Matiz acerca de un sindicato
Derecho a un sindicato independiente y autogestionado. Ya tenemos un matiz. Ellos quer¨ªan un sindicato ?libre?. Pero lo tienen ?independiente?. Y ?autogestionado?. Sobreentendido: ?Arregl¨¢oslas ahora con vuestro peque?o sindicato, que ciertamente el Partido no va a subvencionar?. Y no ser¨¢ esta victoria de los obreros la que curar¨¢ -en un solo mes- a los bur¨®cratas de su man¨ªa del desplazamiento progresivo del sentido de las palabras y de la amenaza velada. Ya se empieza as¨ª, menos de una semana despu¨¦s de la firma del acuerdo de Gdansk. Wojciechowski, director de la agencia oficial Interpress, ha dicho: ?Los trabajadores podr¨¢n elegir entre los sindicatos oficiales "renovados" y -all¨ª donde la clase obrera lo solicite- los nuevos sindicatos independientes ?. Estas gentes son como Marchais, que lo que dicen entre guiones es lo importante. Prosigamos: ? Por mi parte, no estoy muy seguro de que los nuevos sindicatos "independientes" vayan a defender mejor los intereses de los trabajadores que los sindicatos oficiales renovados?.
Precisamente, hace un mes estaban en la conferencia de prensa de la CGT en Par¨ªs los representantes de los sindicatos oficiales ?renovados?. Se les reconoc¨ªa inmediatamente, en medio de los dirigentes de la CGT, con sus corbatas y sus cabezas de perros apaleados. Al contrario que S¨¦guy -que, una vez m¨¢s, hizo una tremenda demostraci¨®n de su jovial mala fe-, ellos no dominaban el juego ?democr¨¢tico? que consiste en no revelar nunca el propio pensamiento. Humildes al principio, reconocieron sus errores y prometieron no volver a las andadas nunca m¨¢s, pero sin poder evitar ponerse nerviosos a continuaci¨®n. Se pudo as¨ª adivinar entre l¨ªneas lo que ser¨¢ la t¨¢ctica de aislamiento del sindicato independiente en los pr¨®ximos meses.
Siempre la censura
?Hemos decidido "renovar" nuestro sindicato. Los comit¨¦s de huelga podr¨¢n transformarse en comit¨¦s de empresa, si lo desean, o elegir otros delegados, si as¨ª lo quieren. Vamos a adoptar nuevas formas de acci¨®n: nuestra organizaci¨®n sindical ser¨¢ independiente, aut¨®noma y autogestionada?. ?Qu¨¦ significa este embolismo? ?Comprender¨¢n algo, los proletarios, cuando se trate de nombrar delegados del nuevo sindicato independiente y autogestionado, o bien del sindicato renovado, independiente y autogestionado? ?Nosotros form¨¢bamos parte, desde el principio, de los comit¨¦s de huelga ... ?, a?adieron. Sin duda en aquellas empresas donde la huelga estaba a punto de estallar, ellos se constituyeron en seudo-?comit¨¦s de solidaridad? forzados a negociar con la direcci¨®n aumentos de salarios y suministros de carne.
?Nuestro sindicato "aut¨®nomo"?, precisaron en numerosas ocasiones, ?est¨¢ a favor de la unidad de acci¨®n sindical en Polonia, y en ello insistimos mucho?. No s¨®lo se aferran a sus poltronas los representantes del sindicato oficial, sino que quieren poner sus manos en el nuevo sindicato. ?Unidad de acci¨®n sindical?, brrr... Y so?ar con ?la ¨®smosis que podr¨ªa producirse en noviembre (fecha del congreso nacional de la Uni¨®n de Sindicatos polacos) con un gran movimiento sindical renovado, unido?.
?El principio de la libertad sindical figura ya en la Constituci¨®n polaca. Ni siquiera la huelga estaba prohibida...? (Y la URSS tiene tambi¨¦n la m¨¢s hermosa constituci¨®n del mundo, si se aplicase). ?Siempre han existido huelgas en Polonia. La novedad es que el Gobierno ha considerado necesario ("?ha considerado necesario!") presentar un proyecto de ley para reglamentar de modo positivo la, organizaci¨®n, desarrollo y conclusi¨®n de una huelga?.
Por lo que respecta. a la censura, la misma cantinela. Interrogado sobre la libertad de expresi¨®n y la "apertura" de la prensa y de la televisi¨®n, el director de la agencia Interpress se?al¨® que los representantes del Gobierno y de los huelguistas estuvieron de acuerdo en la necesidad de conservarla censura. La censura es un instrumento indispensable (?por qu¨¦? ?para qui¨¦n?), pero disminuir¨¢ el n¨²mero de campos en que se aplica?, explic¨® Wojciechowski. La libertad de expresi¨®n ser¨¢ total, ?salvo si las opiniones expresadas ponen en tela de juicio los fundamentos del sistema socialista?. Y salvo, por supuesto, las cuestiones relativas a la seguridad del Estado y las alianzas de Polonia con la URSS, los secretos econ¨®micos y militares y los atentados contra las buenas costumbres. Por lo dem¨¢s, precis¨® Lopatka en la conferencia de prensa de la CGT, ?la libertad de expresi¨®n es una reivindicaci¨®n formulada en Gdansk por miembros de la oposici¨®n, puesto que ]los propios obreros no se lamentaban de la falta de libertad de expresi¨®n?. Textual.
Una noche por un secador de pelo
?Entonces? ?Qu¨¦ va a cambiar? ?Los grandes hoteles internacionales no van a exigir el pago en d¨®lares? ?Los habitantes de Varsovia van a dejar de quitarse de las manos cuarenta parkas a 2.200 zlotys, llegadas de milagro de las vac¨ªas estanter¨ªas del Centrum y vendidas en un abrir y cerrar de ojos? Ese bullicioso joven dirigente del partidova a dejar de vestirse en Saint Laurent rive gauche? ?Los sirios, iraqu¨ªes,y libaneses van a dejar de desembarcar en vuelos charter completos en Polonia, para pagarse hermosas rubias sin chador? ?Las abuelas con una miserable jubilaci¨®n van a dejar de vender flores a las dos de la madrugada en los pas7ajes subterr¨¢neos de Varsovia? ?Los taxistas van a dejar de repetir que no est¨¢n ?libres? mientras no se les ense?e un billete de cinco d¨®lares? ?La joven secretaria de Gdansk va a dejar de venderse al periodista extranjero por un secador de pelo el¨¦ctrico?
En Gdansk, durante la huelga, el MKS exigi¨® a los huelguistas que no bebieran una sola gota de vodka. La verdad es que no se encontraba alcohol en ning¨²n sitio de la ciudad. Varsovia, en cambio, durante ese tiempo, no ces¨® de beber en ning¨²n momento. ?Conservar¨¢ Varsovia durante mucho tiempo la tez marchita por la resaca del d¨ªa siguiente?
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