Jordania y Kuwait declaran su apoyo a Bagdad

Con excepci¨®n de Jordania y Kuwait, que parecen haber tomado posici¨®n a favor de las tesis iraqu¨ªes, el resto de las capitales ¨¢rabes manten¨ªa anoche un embarazoso silencio oficial sobre el conflicto, mientras sus ¨®rganos de Prensa informan del desarrollo de ¨¦ste, aludiendo, simult¨¢neamente, a los despachos de las agencias de Prensa de los dos pa¨ªses en guerra. Un portavoz oficial de la Liga Arabe declar¨® que esta instituci¨®n no tiene previsto mediar entre los contendientes, uno de los cuales, Ir¨¢n, no es miembro de la Liga.El portavoz de la Liga Arabe, tras recordar que el secretario general de la misma Chedli Klibi, se entrevist¨® en Bagdad, el pasado fin de semana, con el presidente iraqu¨ª, Saddam Hussein, sin que haya trascendido el contenido de esa entrevista, reiter¨® que ¨¦ste dijo con anterioridad que ?si la solidaridad ¨¢rabe nos obliga a sostener sin desmayo a Irak, la necesidad de que se consolide la concordia entre todos los pueblos y Estados de esa regi¨®n nos mueve a pedir a los dos pa¨ªses que suspendan sus operacionts militares y restablezcan la paz?.

Arabes e iran¨ªes

Klibi, que abandon¨® el lunes la capital iraqu¨ª, afirm¨® antes de entrevistarse con el presidente Hussein que la hermandad entre el mundo ¨¢rabe no debe hacerle perder de vista los lazos espirituales existentes entre ¨¢rabes e iran¨ªes.

En Kuwait, un Consejo extraordinario de Ministros acord¨® expresar su simpat¨ªa hacia Irak, en t¨¦rminos comedidos, mientras el rey Hussein de Jordania, seg¨²n Radio Bagdad, telefoneaba personalmente al presidente Hussein para felicitarle por ?las victorias militares iraqu¨ªes?.

En medios diplom¨¢ticos ¨¢rabes de la capital argelina se recogen con prudencia las afirmaciones de la radio iraqu¨ª, aunque no se descarta que Jordania, como Arabia Saud¨ª, se hallen de hecho alineados con Irak. Por su parte, el Gobierno de los Emiratos Arabes Unidos ha formulado un llamamiento a las dos superpotencias para que se abstengan de intervenir en la guerra.

En Argel, al desagrado inicial causado por esta guerra fratricida ha sucedido una honda preocupaci¨®n por las consecuencias de una agravaci¨®n del conflicto.