Evocaci¨®n de do?a Rosa
Conoc¨ª a do?a Rosa hace ya casi sesenta a?os, un d¨ªa en el que nos reunimos en su casa la redacci¨®n de un min¨²sculo peri¨®dico escolar que public¨¢bamos los alumnos de los primeros a?os del bachillerato, Miguel Ortega Spottorno, el extraordinario dibujante S¨¢nchez, cuya pista he perdido, y yo mismo. Do?a Rosa nos sirvi¨® la merienda. Me produjo un extraordinario efecto que al referirse a su esposo, a don Jos¨¦ Ortega y Gasset, como es l¨®gico, le llamara Pepe. Desde entonces, la familia Ortega-Spottorno y la familia Ruiz-Castillo iniciaron una amistad ya de segunda generaci¨®n, continuada luego en la tercera, y cabe esperar que en las subsiguientes, por pertenecer, cada cual a su nivel, a un mismo sector social relacionado con la cultura.Mi padre, fundador de Renacimiento con el comedi¨®grafo Gregorio Mart¨ªnez Sierra, en 1910, adem¨¢s de haber sido el editor de la generaci¨®n del 98, lo fue de la siguiente, y en cuanto a Ortega, edit¨® un volumen de breves trabajos period¨ªsticos bajo el t¨ªtulo Personas, obras, cosas. Ortega tambi¨¦n inicia una important¨ªsima labor editorial, comenzando por el periodismo, con la revista Espa?a, durante la primera guerra mundial, y aprovecha la experiencia de su editor, nombr¨¢ndole administrador de dicha revista. Tambi¨¦n cuenta con Ruiz-Castillo a principios de los a?os veinte para la primera etapa de la Revista de Occidente, y, entre otras, se conserva una carta de mi padre a Ortega, que veranea en Deva, comunic¨¢ndole la noticia de haber llegado a 240 el n¨²mero de los suscriptores.
Do?a Rosa hab¨ªa nacido un ?d¨ªa del libro?, aniversario de la muerte de Cervantes, el 23 de abril de 1884, y contrajo matrimonio, a sus veintis¨¦is a?os, con don Jos¨¦ Ortega, el 7 de abril de 1910. Perteneci¨® a la ¨¦poca en que las esposas de los intelectuales y de los pol¨ªticos se incorporaron a la vida de relaci¨®n social, a veces incluso p¨²blica, que antes estaba exclusivamente reservada a las damas de la aristocracia, algunas de las cuales cedieron sus salones para reuniones intelectuales o de gobierno. Con otras ilustres esposas de hombres de letras, como la de Ricardo Baeza, Jos¨¦ Mar¨ªa Salaverr¨ªa, Araquistain, y muchas m¨¢s, y, sobre todo, con Zenobia Camprub¨ª, desposada con Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, interviene en la fundaci¨®n del Lyceuni Club Femenino.
Peso do?a Rosa, en alguna manera, fue la contrafigura de Zenobia, pues as¨ª como ¨¦sta acompa?¨® como sombra protectora al poeta, Rosa Spottorno tuvo la preocupaci¨®n, perfectamente conseguida, de mantenerse en todo lo posible al margen de las complejas actividades de su marido, y as¨ª, la discreci¨®n, junto a la belleza y a la finura caracter¨ªsticas de su estirpe, han constituido sus cualidades m¨¢s relevantes.
Recuerdo que el ¨²ltimo 18 de julio en vida de don Jos¨¦ - 1955- el maestro me rog¨® que le acompa?ara en un paseo por la provincia de Segovia, desde el hotel de La Calandria, en San lldefonso (La Granja). donde se hospedaba con su esposa. Al regreso le propuse que recogi¨¦ramos a do?a Rosa y luego a mi mujer, para cenar en Segovia. Do?a Rosa se excus¨® alegando una ligera indisposici¨®n catarral, y yo me sospech¨¦, y a¨²n sospecho,- que no quiso incrementar mi presupuesto del proyectado convite. Se lo agradezco, aunque se equivocara, pues don Jos¨¦ no dej¨® pagar a nadie.
Do?a Rosa perteneci¨® por estirpe al sector de la alta burgues¨ªa que representan los mandos de las Fuerzas Armadas en los ej¨¦rcitos de Tierra y en la Marina. Fue hija de Juan Spottorno y Bienert, general del Cuerpo Jur¨ªdico de la Armada, y de Josefimi. Topete Cavaillon, sobrina del almirante Juan Topete, el de La Gloriosa, a su vez hijo del tambi¨¦n almirante Ram¨®n Topete. La educaci¨®n de do?a Rosa se realiza al uso de la ¨¦poca, mediante institutrices, en su mayor¨ªa extranjeras, llegando a perfeccionar el franc¨¦s casi como una lengua materna, e ignorando que en el exilio voluntario bonaerense dicho aprendizaje le servir¨ªa de herramienta para traducir a la exploradora del Tibet Alexandra David-Neel, autora del volumen titulado M¨ªsticos y magos del Tibet, publicado por Espasa Calpe Argentina. As¨ª pas¨® de espectadora en el mundo de las letras a colaboradora en la funci¨®n cultural.
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