Escasas diferencias entre los programas electorales de los grandes partidos alemanes
A esta operaci¨®n de may¨¦utica socr¨¢tica se ha a?adido en esta campa?a electoral una serie de situaciones fortuitas o programadas que han puesto a prueba las promesas electorales. Las secuelas de la actitud brit¨¢nica respecto del presupuesto comunitario han dado pie a que los partidos debatan la elevada deuda p¨²blica -?por debajo de los l¨ªmites que tolera la Constituci¨®n?, seg¨²n el ministro de Finanzas, Hans Matthoefer- y a que vuelvan a aflorar las diferencias entre socialdem¨®cratas y jerarqu¨ªa cat¨®lica.La intervenci¨®n ?laica? de la conferencia episcopal en esta materia y su espaldarazo indirecto al candidato Strauss han puesto tambi¨¦n de manifiesto el conflicto confesional latente. El desarrollo de la crisis social en Polonia ha dejado igualmente al descubierto las diferentes posiciones del CDU-CSU y SPD-17DP en materia de ostpolitik, como tambi¨¦n la resistencia sovi¨¦tica a abandonar Afganist¨¢n. Las reticencias de Bonn sobre un mayor compromiso occidental solidario con Washington respecto de Oriente Pr¨®ximo tambi¨¦n han puesto a prueba la pol¨ªtica energ¨¦tica, la ?solidez? de la OTAN y la firmeza de los v¨ªnculos que unen a la RFA con Estados Unidos. El golpe militar en Turqu¨ªa ha a?adido combustible al mismo problema. Finalmente, la matanza de Munich ha reactivado la problem¨¢tica terrorista con una pregunta clave de fondo: ?Hasta qu¨¦ punto el neonazismo, tolerado hasta ahora, o no suficientemente combatido, puede generar terrorismo?
A grandes rasgos, los temas fundamentales de los programas que presentan los cuatro partidos parlamentarios ofrecen las siguientes posiciones:
Pol¨ªtica de seguridad y relaciones con el este europeo: La CDU-CSU pone el acento en la estrecha vinculaci¨®n con Estados Unidos, mientras que el SPD subraya la defensa de los intereses europeos y alemanes, sin por ello atenuar los v¨ªnculos con la OTAN y Washington. El SPD se concentra en la b¨²squeda de un equilibrio mediante el di¨¢logo. La CDU-CSU pide energ¨ªa contra Mosc¨². En cuanto a los ?euromisiles?, la uni¨®n cristianodem¨®crata no est¨¢ dispuesta a renunciar a su instalaci¨®n, mientras que los partidos del Gobierno aspiran a que ambos bloques renuncien alg¨²n d¨ªa plenamente a este armamento.
Deuda p¨²blica: la CDU-CSU pretende reducirla progresivamente, renunciando a la recepci¨®n de nuevos cr¨¦ditos. El SPD quiere lo mismo, pero sin poner en peligro la creaci¨®n de puestos de trabajo.
Seguridad interior: la CDU-CSU quiere un replanteamiento del derecho de manifestaci¨®n en sentido restrictivo y el mantenimiento de la ley antiterrorismo y la prosecuci¨®n del llamado ?decreto antirradicales?, por el que comunistas y neonazis no pueden acceder a un puesto en la Administraci¨®n. Los socialdem¨®cratas insisten en una mayor efectividad policial y no creen necesario tampoco renunciar a los instrumentos legales citados m¨¢s arriba.
Familia y subsidios: la CDU-CSU ?exige? mayores prerrogativas de los padres en la educaci¨®n de sus hijos, notables ventajas econ¨®micas para las madres con hijos peque?os y la equiparaci¨®n plena entre hombre y mujer a efectos de subsidios de jubilaci¨®n. El SPD considera ?poco serias? estas promesas electorales y se concentra en una mejor situaci¨®n de la mujer en los centros de trabajo y la financiaci¨®n de un a?o de vacaciones por maternidad a la mujer que acaba de tener un ni?o (los conservadores ofrecen cinco a?os).
Energ¨ªa: la CDU-CSU pide sin m¨¢s un incremento de las centrales nucleares. El SPD considera irrenunciable esta fuente energ¨¦tica, pero supli¨¦ndola en lo posible con otras fuentes alternativas, sobre todo el carb¨®n.
?Se distinguen realmente unos partidos de otros? El semanario liberal Die Zeit se planteaba hace medio mes esta pregunta referida a los cuatro partidos parlamentarios y poni¨¦ndose en el lugar del elector, que el pr¨®ximo domingo deber¨¢ inclinarse por una opci¨®n. El personalismo de esta campa?a, la plena desideologizaci¨®n, el pragmatismo y las razones de Estado?, han hecho que, ante el hombre de la calle, CDU y SPD apenas se distingan m¨¢s que en el temperamento de sus dos cabezas de serie.
Sin embargo, el votante tiene ante s¨ª un amplio abanico de quince partidos, que hasta el pr¨®ximo domingo siguen ofreciendo su mercanc¨ªa de promesas. De los quince, nueve presentan listas en los once l?nder en que se divide la RFA. Cada uno de ellos podr¨¢ recibir 3,50 marcos por elector (42,8 millones), siempre que re¨²na m¨¢s del 0,5 % de los votos emitidos.
Este sistema hace que los ?cuatro grandes?, que ocupan todos los esca?os parlamentarios desde 1961, tengan casi todas las probabilidades de repartirse el ?bot¨ªn?.
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