El libro, en oto?o
En el peri¨®dico que usted dirige aparece, el domingo d¨ªa 5, un comentario editorial titulado Una feria oto?al, que ha provocado una indignaci¨®n generalizada entre los expositores del certamen, y al que, los abajos firmantes, nos vemos precisados a contestar.En su comentario se vierten opiniones tan respetables como las contrarias. Adem¨¢s, y esto es lo m¨¢s grave, se hacen afirmaciones que, en el mejor de los casos, revelan una crasa ignorancia de los hechos, y, en el peor, inducir¨ªan a pensar que ocultan intereses m¨¢s oscuros. Perm¨ªtanos, pues, algunas afirmaciones que son de justicia.
En el primer p¨¢rrafo dan por sentada ?la orientaci¨®n dada por la Delegaci¨®n de Cultura del ayuntamiento y por ese fen¨®meno de ventriloquia corporativa que es el INLE... ?. Sencillamente falso, se?or director. Este certamen de oto?o, como el del oto?o de 1979, ha sido organizado por una comisi¨®n de editores, libreros y distribuidores, m¨¢s autores, elegidos en asambleas numerosas de los correspondientes estamentos del libro. Para bien y para mal, ni el ayuntamiento ni el INLE han dado orientaci¨®n alguna. Es justo decir que han prestado una colaboraci¨®n important¨ªsima. La Delegaci¨®n de Cultura y las juntas municipales de distrito en general han colaborado con entusiasmo en la realizaci¨®n del certamen, han facilitado tr¨¢mites administrativos, han financiado actividades culturales, etc¨¦tera. El INLE ha apoyado las gestiones oficiales necesarias y ha facilitado las 236 casetas utilizadas en el Retiro y en los barrios perif¨¦ricos.
En el segundo p¨¢rrafo de su editorial acusan el particularismo de limitar los posibles expositores a firmas domiciliadas en Madrid.
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Esta limitaci¨®n, an¨®telo, no ha sido impuesta por ?los responsables culturales del municipio?, sino por la asamblea de expositores de Madrid y la comisi¨®n organizadora del certamen, siguiendo los dictados de dicha asamblea. Resulta demasiado ingenuo acusar esta limitaci¨®n de ?particularismo espeso?. ?Pretende EL PAIS servir a los intereses multinacionales del mundo del libro? Por nuestra parte, lo que pretendemos es impulsar la existencia de una feria de car¨¢cter local, que pueda llegar al mayor n¨²mero de barrios de la capital, e incluso a los pueblos importantes de la provincia, en ediciones sucesivas. ?No podemos aspirar a ello en Madrid, cuando en muchas ciudades de Espa?a tienen estas ferias de car¨¢cter local?
Nos parece banal, period¨ªsticamente hablando, la alusi¨®n de su tercer p¨¢rrafo a la coincidencia de incidentes entre las ferias de mayo y oto?o en torno a un libro ?injustamente c¨¦lebre?. Condenamos paladinamente ambos incidentes y deseamos que pasen al ba¨²l de los recuerdos.
Que en las ferias del libro, en Madrid y fuera de Madrid, hay que ir a planteamientos nuevos y m¨¢s audaces, nos parece evidente. Por otro lado, habr¨ªa que decir que todos los defectos que EL PAIS se?ala para esta feria oto?al podr¨ªan adscribirse a la alabada feria de mayo. La redactora de EL PAIS que estuvo presente en la conferencia de Prensa de presentaci¨®n de la feria actual recibi¨® una documentaci¨®n con sugerencias en este sentido. Seguramente hay muchas m¨¢s sugerencias de inter¨¦s. ,Por qu¨¦ no colabora a ello EL PAIS abriendo un debate p¨²blico sobre el tema y dando cabida a todas las opiniones? Ser¨ªa imprescindible descubrir intereses subyacentes y determinadas vinculaciones personales a grandes empresas del mundo editorial.
Siendo verdad lo anterior, nos parece il¨®gica la conclusi¨®n de que ?cert¨¢menes tan desangelados, repetitivos y aburridos, como la oto?al ferial organizada por el ayuntamiento madrile?o, constituyen seguramente el m¨¢s eficaz mecanismo disuasorio para conseguir nuevos lectores?. ?Por qu¨¦, se?or director? ?No es importante haber logrado una m¨¢s que aceptable celebraci¨®n ferial en seis barrios perif¨¦ricos de Madrid? ?Es esa la conclusi¨®n que usted ha sacado tras su charla sobre la libertad de expresi¨®n, al aire libre, ante cerca de mil personas, en una de las modestas ferias perif¨¦ricas, la del parque Aluche? ?O es que tiene usted conciencia de no haber sido m¨¢s que un ?vistoso taparrabos de la desnudez cultural de nuestra vida pol¨ªtica?, tal como se afirma en otro p¨¢rrafo de su editorial?
Igualmente injusta nos parece la andanada que su editorial lanza contra la diputaci¨®n provincial. Esta entidad ha colaborado con lo que se le ha pedido, fuera del presupuesto anualmente aprobado aportando en met¨¢lico 360.000 pesetas, y financiando diversas actividades culturales. Y ha prometido un apoyo m¨¢s amplio para la extensi¨®n futura de la feria del libro a los pueblos importantes de la provincia de Madrid. Y hemos contado tambi¨¦n con la colaboraci¨®n de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid.
En una cosa estamos pienamen te de acuerdo, se?or director: en que las ferias del libro, ?deben es tar rodeadas por un c¨ªrculo protec tor de actos culturales..., que con la ayuda de la televisi¨®n y de los medios de comunicaci¨®n sirvieran como resonadores de un acontecimiento ... . para propiciar el inter¨¦s de la sociedad espa?ola por la cultura escrita?. Por qu¨¦ no empieza a hacerlo el peri¨®dico que usted dirige?
Dejamos a su honestidad democr¨¢tica el tratamiento que pueda darse en su peri¨®dico al presente escrito.
La comisi¨®n organizadora del II Certamen del Libro de Oto?o: (editor), Cristina Vizca¨ªno Auger (editora), Jes¨²s Garc¨ªa Bay¨®n (librero), Juli¨¢n Galv¨¢n (librero), Andr¨¦s Sorel (escritor), Apuleyo Soto (escritor), Angel Iglesias Carmona (librero). .
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