Vuelve la pasi¨®n por las maratones populares
La pasi¨®n por las carreras populares, y m¨¢s concretamente por las maratones, vuelve con toda su fuerza tras el verano. Hoy se celebra la tercera edici¨®n de la de San Sebasti¨¢n, y el ¨²ltimo domingo de este mes, la de Nueva York, que este a?o tendr¨¢ 16.000 participantes, de ellos casi un centenar de espa?oles, que acuden por primera vez de forma masiva.
San Sebasti¨¢n fue una de las ciudades que inmediatamente se incorpor¨® a la organizaci¨®n de maratones populares. El primer a?o concentr¨® a 2.600 deportistas; al a?o siguiente, a 2.300, y en ¨¦ste se cerr¨® la inscripci¨®n con 1.826. El n¨²mero de participantes disminuye l¨®gicamente porque ya se abstienen de concursar aquellas personas no entrenadas. Sin embargo, el n¨²mero de personas que llega a la meta es ascendente -el primer a?o acabaron 1.458, y el segundo, 1.616-, consecuencia. de que cada vez se cuida m¨¢s la preparaci¨®n f¨ªsica. El primer ganador fue Frechilla, con 2.27, y el segundo, Ant¨®n, actual campe¨®n de Espa?a, con 2.25.La marat¨®n de Nueva York es una de las carreras populares m¨¢s importantes del mundo. Su organizaci¨®n es impecable y su participaci¨®n est¨¢ sujeta a un cupo, que se ampl¨ªa todos los a?os. Esta vez, de 36.000 solicitudes recibidas, s¨®lo se han aceptado 16.000, porque ampliar el n¨²mero significar¨ªa desbordar a la propia organizaci¨®n. En Nueva York correr¨¢n el d¨ªa 26 los cinco primeros espa?oles clasificados de la marat¨®n popular de Madrid -Amo, Camacho, Landa, Alcolea y Alguacil-, m¨¢s Ortega, atleta que no fue ol¨ªmpico en Mosc¨² por catorce segundos, y un grupo de deportistas catalanes con marcas acreditadas por debajo de las dos horas y media.
Este deseo de correr en Nueva York es general. Fred Lebow, director de la carrera, se ha visto obligado este a?o a rechazar la solicitud de 250 franceses que ya hab¨ªan fletado un avi¨®n porque el plazo de inscripci¨®n se hab¨ªa cerrado. En este sentido, Lebow se muestra inflexible y s¨®lo se lamen ta de no tener veinte a?os menos, porque los favores sexuales que le ofrecen las chicas a las que no se les ha admitido la inscripci¨®n est¨¢n a la orden del d¨ªa. A ¨¦l han llegado ofrecimientos de hasta un cuarto de mill¨®n de pesetas -seg¨²n sus palabras- para que admitiese a gente en la carrera, y hasta en cierta ocasi¨®n recibi¨® una llamada desde la Casa Blanca, sin que atendiera la recomendaci¨®n, porque Lebow no se casa con nadie. La organizaci¨®n admite las 10.000 primeras solicitudes que llegan, y el resto se sortea entre las que se reciben hasta tres meses antes de la carrera.
La marat¨®n de Nueva York naci¨® en 1970. Desde entonces, el n¨²mero de participantes ha ido creciendo con arreglo a un cupo que todos los a?os se ampl¨ªa. Esta restricci¨®n se debe a que se intenta evitar que el n¨²mero de participantes desborde a la propia organizaci¨®n, que tiene a gala ser la mejor del mundo, realidad que pueden comprobar todos los corredores, que se ven colmados de atenciones y cuidados.
La carrera, que se celebra habitualmente el ¨²ltimo domingo de octubre, ya en oto?o, ha logrado combinar la popularidad con la calidad. Junto a j¨®venes que aspiran a llegar a la meta antes de que se cierre el control, lo que se hace a las cuatro horas y media de darse la salida, est¨¢n atletas de primera l¨ªnea mundial, como Bill Rogers, uno de los mejores maratonianos de todos los tiempos, y que es capaz de ganar en poco m¨¢s de dos horas. Este a?o participar¨¢ tambi¨¦n Filbert Bayi, medalla de plata en 3.000 metros obst¨¢culos en los Juegos Ol¨ªmpicos de Mosc¨². La expectaci¨®n que ha levantado la carrera queda reflejada en que se televisar¨¢ en directo para todo Estados Unidos.
La marat¨®n de Nueva York, al margen de su popularidad, ha logrado reunir una calidad como ninguna otra. Entrar entre los Veinte primeros, por ejemplo, obliga a bajar de 2.19, y ser¨¢ dif¨ªcil que alg¨²n espa?ol pueda estar entre ellos. A la carrera acuden grandes atletas de todos los pa¨ªses, y as¨ª, el a?o pasado, entre los veinte mejores hubo representantes de Inglaterra, Finlandia, Noruega, Holanda, Alemania y Tanzania, adem¨¢s de Estados Unidos, l¨®gicamente.
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