El nuevo nuncio pide a los obispos espa?oles una postura unitaria ante el divorcio
Los obispos espa?oles presentes en el s¨ªnodo de Roma, encabezados por Taranc¨®n, presidente de la Conferencia Episcopal Espa?ola, han mantenido una reuni¨®n secreta con el nuevo nuncio de Su Santidad en Espa?a, Antonio Innocenti, durante la que se trat¨® espec¨ªficamente el tema del divorcio.
El nuevo nuncio, que est¨¢ considerado como de la diplomacia amarilla, es decir, un hombre que desea mantenerse lejos de los problemas pol¨ªticos para insistir en los pastorales, ha pedido a los obispos espa?oles en esa reuni¨®n que cualquier intervenci¨®n de los obispos en este tema del divorcio deber¨¢ ser unitaria, para que pueda llevar todo el peso de la conferencia episcopal. No ha sido posible saber si a esta reuni¨®n ha asistido tambi¨¦n el sustituto de la Secretar¨ªa de Estado, el espa?ol Mart¨ªnez Somalo, que hab¨ªa sido invitado. Al parecer, hab¨ªa indicado que su presencia no era conveniente para que no pudiera considerarse como representante del Papa. En esta misma reuni¨®n se ha hablado del programa de la visita de Juan Pablo II a Espa?a el a?o pr¨®ximo, en octubre, para abrir el centenario de Santa Teresa. Uno de los puntos m¨¢s delicados se refiere a las ciudades y santuarios que el Papa deber¨¢ visitar y a la campa?a que se va a emprender para dar a conocer mejor a los espa?oles la imagen de este Papa ?que no deber¨¢ ser dejado en manos de las derechas conservadoras de la Iglesia y de sus grupos m¨¢s reaccionarios?.
Acuerdos del s¨ªnodo
Los padres sinodales aprobaron ayer por 196 votos a favor y siete en contra una propuesta de presentar al Papa toda una serie de resoluciones para su aprobaci¨®n. Fue tambi¨¦n nombrada, en votaci¨®n secreta, una comisi¨®n encargada de redactar el mensaje final del s¨ªnodo a las familias cristianas. El s¨ªnodo se cerrar¨¢ el 25 de este mes con una concelebraci¨®n solemne de todos los obispos y cardenales presentes con el papa Juan Pablo II.
Como era de suponer, los debates del s¨ªnodo se han ido centrando poco a poco en una serie de temas concretos que preocupan hoy a las familias cristianas: divorcio, aborto, anticonceptivos, relaciones prematrimoniales, situaci¨®n social de los casados, papel de la familia cristiana en el agitado y complejo mundo contempor¨¢neo.
Si, por una parte, el s¨ªnodo va, sin duda alguna, a reafirmar para los cat¨®licos los principios tradicionales de la moral cat¨®lica, sin aperturas especiales, algunas voces muy cualificadas de los diversos continentes han dado a entender que en algunos de estos temas, aunque por el momento ser¨¢n de nuevo sancionados en su forma tradicional, la Iglesia no ha pronunciado a¨²n su ¨²ltima palabra, como, por ejemplo, en lo que se refiere a los problemas del divorcio y de la p¨ªldora. Ha habido obispos y cardenales que han pedido que se admita a la eucarist¨ªa, por ejemplo, a aquellos divorciados que se han vuelto a casar y llevan una vida cristiana honrada, mientras diversos obispos han pedido que se ampl¨ªe la enc¨ªclica de Pablo VI Humanae vitae y, con ella, todo el problema del control de nacimientos.
En un aspecto positivo, lo que ha chocado a muchos observadores ha sido el silencio de los padres sinodales acerca del problema de los cat¨®licos frente a las leyes-civiles; por ejemplo, sobre el divorcio. No ha habido ninguna petici¨®n expl¨ªcita para que los cristianos luchen contra estas posibles leyes. Se ha insistido s¨®lo sobre el empe?o del cat¨®lico en la fidelidad a su sacramento, que hace indisoluble el matrimonio, y a su fidelidad, aun a pesar de que no se trate de un dogma de fe, ya que es una realidad apoyada por la Iglesia y por su derecho can¨®nico desde hace siglos.
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