La diversificaci¨®n de los suministros petrol¨ªferos pasa por Am¨¦rica y Africa
La dependencia petrol¨ªfera espa?ola respecto a los pa¨ªses exportadores de crudo situados en las proximidades del conflicto b¨¦lico Irak-Ir¨¢n, supera el 60% de nuestros aprovisionamientos de crudos petrol¨ªferos. Este es uno de los porcentajes m¨¢s elevados del mundo occidental y muestra hasta qu¨¦ punto el aprovisionamiento energ¨¦tico espa?ol sigue adoleciendo de una elevada dosis de vulnerabilidad, que los recientes contratos con pa¨ªses de otras zonas geogr¨¢ficas no han logrado disminuir de forma apreciable.
Ante un eventual corte de los suministros procedentes de esa zona, bien por el cierre del estrecho de Ormuz, bien por la generalizaci¨®n del conflicto armado entre los pa¨ªses de la zona, e incluso ante una posible acci¨®n de represalia iran¨ª contra los pa¨ªses conservadores de la zona del golfo P¨¦rsico que atentase contra sus instalaciones de producci¨®n, la situaci¨®n de nuestro pa¨ªs alcanzar¨ªa caracteres dram¨¢ticos y de emergencia.La dependencia es abrumadora respecto a la zona del golfo P¨¦rsico. S¨®lo Arabia Saud¨ª, nuestro principal suministrador, nos proporciona m¨¢s del 30% de nuestras necesidades de petr¨®leo. El conjunto de los ocho pa¨ªses que se podr¨ªan ver implicados en un conflicto generalizado en Oriente Pr¨®ximo venden a Espa?a el 62,75 % de nuestras necesidades de crudo, a juzgar por los datos correspondientes a los ocho primeros meses de este a?o. En sentido inverso, M¨¦xico no representa a¨²n m¨¢s que un 8% de nuestras importaciones y Venezuela no llega al 7%.
Sustituir un 20%
El grado de devastaciones que han experimentado en sus instalaciones de producci¨®n de crudo los dos pa¨ªses contendientes es bastante notable. Cabe la posibilidad de que la ya exigua producci¨®n iran¨ª tarde meses -en caso de que el conflicto finalice ma?ana mismo- en reanudarse. Ir¨¢n exportaba en v¨ªsperas del estallido del conflicto unos 700.000 barriles diarios de crudo, equivalentes a unos 35 millones de toneladas anuales, cifra ya bastante inferior a lo que ven¨ªa vendiendo durante el r¨¦gimen anterior, que eran unos seis millones de barriles diarios, o sea, alrededor de trescientos millones de toneladas anuales. La producci¨®n iran¨ª no cubrir¨ªa en estos momentos ni el 60% de las necesidades de crudo espa?olas durante un a?o, cuando hace dos a?os era capaz de suministrarnos seis veces m¨¢s que nuestras necesidades.
En cuanto a Irak, sus posibilidades para reanudar las exportaciones alas pocas semanas del t¨¦rmino del conflicto b¨¦lico est¨¢n algo limitadas, aunque no tanto como las iran¨ªes, pudiendo vender al exterior a un ritmo anual del orden de los 75 millones de toneladas, es decir, la mitad de lo que ven¨ªa exportando hasta ahora.
Tanto en el caso de Ir¨¢n como en el de Irak, los da?os causados por la guerra van a determinar una profunda influencia sobre el mercado petrol¨ªfero mundial en los pr¨®ximos meses, ya que sus instalaciones de refino est¨¢n pr¨¢cticamente destruidas, lo que les obligar¨¢ a convertirse en importadores netos de productos petrol¨ªferos en los pr¨®ximos meses y quiz¨¢ en los dos pr¨®ximos a?os.
En la mejor de las hip¨®tesis -es decir, que la guerra termine esta semana y que Irak pueda reanudar sus exportaciones a un ritmo del 50% de sus ventas anteriores a la guerra- parece que Espa?a no podr¨ªa esperar de esta zona m¨¢s que un suministro del orden de los tres millones de toneladas anuales de crudos, frente a los diez millones que ven¨ªa recibiendo durante estos dos ¨²ltimos a?os. Entre los dos pa¨ªses, Espa?a ha venido cubriendo del orden del 20% de sus necesidades petrol¨ªferas. Estos suministros est¨¢n completamente cortados en estos momentos y la duda es saber en qu¨¦ fecha se podr¨¢n reanudar, aunque sea a un ritmo notablemente inferior y si existen posibilidades de lograrlo. El ?hueco? que se ha producido en las importaciones de petr¨®leo espa?olas oscila entre los diez millones de toneladas anuales en caso de que el conflicto contin¨²e igual que en la actualidad, y los siete millones de toneladas en el caso de un inmediato cese de las hostilidades, y una r¨¢pida reanudaci¨®n de las ventas de crudo iraqu¨ª, suponiendo que este pa¨ªs nos facilite el acceso a la mitad del crudo que ven¨ªa envi¨¢ndonos hasta la fecha, es decir, unos tres a 3,5 millones de toneladas anuales, hip¨®tesis construidas sobre la base de que Irak pueda exportar en los pr¨®ximos meses el 50% de su producci¨®n y reparta linealmente esta cifra entre sus clientes habituales. El contrato hispano-iraqu¨ª es de siete millones de toneladas anuales.
Aunque la Administraci¨®n espa?ola no ha dado se?ales de su capacidad de respuesta ante esta nueva crisis energ¨¦tica, como viene siendo habitual por desgracia, los nuevos datos del mercado petrolero exigen un replanteamiento no s¨®lo de la pol¨ªtica de abastecimientos, excesivamente concentrada en unos pocos pa¨ªses, sino una intensificaci¨®n de las l¨ªneas de pol¨ªtica energ¨¦tica marcadas y no del todo desarrolladas en el Plan Energ¨¦tico Nacional.
La pol¨ªtica de abastecimientos debe ser revisada por completo, seg¨²n opini¨®n bastante generalizada en el sector, aunque es casi un¨¢nime tambi¨¦n la conciencia de la dificultad de un empe?o de tales caracter¨ªsticas.
En el supuesto de una interrupci¨®n total de los suministros procedentes de Oriente Pr¨®ximo, y a pesar del inusualmente elevado nivel de reservas -bastante generalizado por otra parte en el mundo occidental-, Espa?a s¨®lo recibir¨ªa unos veinte millones de toneladas de crudo en los doce proximos meses, cifra claramente insuficiente para abastecer el consumo de un a?o normal.
Ante una situaci¨®n de este tipo -por desgracia no del todo improbable, a corto o a medio plazo-, nuestro pa¨ªs se ver¨ªa sin capacidad de respuesta a corto plazo para superar las dificultades de abastecimiento. El ¨²nico consuelo que cabe en una situaci¨®n de este tipo es el de pensar que el problema ser¨ªa bastante generalizado en Occidente, aunque no con caracter¨ªsticas tan graves como las espa?olas. La raz¨®n es bien sencilla: el primer aviso petrolero se produjo en 1973, y las reacciones por la v¨ªa de pol¨ªticas energ¨¦ticas m¨¢s audaces y realistas fueron inmediatas en todo el mundo salvo en Espa?a, en donde la cuesti¨®n se demor¨® hasta el a?o pasado. Francia constituye quiz¨¢ uno de los modelos en la materia, ya que sus programas de independencia energ¨¦tica le permiten mirar s¨®lo con leve preocupaci¨®n las nuevas crisis que inexorablemente se vienen produciendo en el mundo del petr¨®leo desde el a?o 1973. Naturalmente, para recoger una cosecha energ¨¦tica satisfactoria hay que sembrar con seis, siete y hasta ocho a?os de anticipaci¨®n, y es ahora cuando algunos pa¨ªses est¨¢n experimentando las primeras consecuencias positivas de su sentido de la anticipaci¨®n. Como las t¨ªmidas medidas espa?olas no se tomaron hasta el a?o 1979 e incluso hasta comienzos de 1980, no cabe hacerse ilusiones sobre el ¨¦xito de la diversificaci¨®n energ¨¦tica respecto al petr¨®leo hasta bien entrada esta d¨¦cada.
La ¨²nica opci¨®n posible a corto plazo consiste, para el caso espa?ol, en combinar una pol¨ªtica, siempre dif¨ªcil, de ahorro energ¨¦tico con una mayor diversificaci¨®n de los suministros petrol¨ªferos. En cuanto al primer tema, el Congreso acaba de aprobar la ley de Conservaci¨®n de la Energ¨ªa, que gracias a una enmienda socialista podr¨ªa beneficiar a las empresas que consuman desde quinientas toneladas equivalentes de petr¨®leo al a?o mediante incentivos de diversa ¨ªndole.
La diversificaci¨®n
La diversificaci¨®n de los suministros petrol¨ªferos es la otra medida que se hace necesaria a la luz de las experiencias recientes, sobre todo desde comienzos del a?o pasado, cuando el aprovisionamiento iran¨ª -que lleg¨® a representar casi el 20% del total espa?ol- hizo crisis. Aquella crisis puso de relieve, entre otras cosas, la fragilidad de las empresas privadas a la hora de obtener petr¨®leo, sobre todo en el mundo ¨¢rabe, en el que las compras a nivel de Estado tienen un papel preponderante. El Estado se reserva ya en nuestro pa¨ªs la compra de la mayor parte del petr¨®leo importado, a trav¨¦s de la denominada cuota del Ministerio de Comercio, que gestiona una empresa p¨²blica, Hispanoll. Entre los ¨¦xitos de esta pol¨ªtica cabe mencionar la tradicional buena predisposici¨®n de Irak para suministrar a Espa?a, aunque los recientes aconteci mientos hayan frustrado esta oportunidad. Pero el susto de la crisis iran¨ª afect¨® fundamental mente a empresas privadas, alta mente comprometidas en aquel pa¨ªs.
Aunque el papel del Estado en la compra de crudo se haya revelado como bastante satisfactorio en los ¨²ltimos tiempos, y a pesar de que tiene ya un papel mayoritario en las compras, quiz¨¢ fuera el momento ahora de plantearse la posibilidad de dar una mayor beligerancia a las empresas refinadoras privadas en el papel de asegurar el suministro de crudo.
La diversificaci¨®n de los suministros petroleros para Espa?a tiene, sin embargo, escasas y dif¨ªciles oportunidades. El potencial productor y exportador de crudo a nivel mundial se encuentra muy concentrado en la zona de Oriente Pr¨®ximo. Este es un dato del que no cabe prescindir a la hora de hacerse ilusiones sobre el futuro. Fuera del mundo ¨¢rabe del Oriente Pr¨®ximo, los principales suministradores espa?oles est¨¢n en Argelia, Libia, M¨¦xico, Venezuela y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sin olvidar el 3 % que aporta la producci¨®n nacional.
Y dentro de este grupo, el potencial exportador est¨¢ en M¨¦xico, que en los ocho primeros meses del a?o nos ha proporcionado el 8% de nuestras necesidades de crudos de petr¨®leo. M¨¦xico est¨¢ en plena expansi¨®n de su capacidad productiva y exportadora y se ha convertido en uno de los l¨ªderes mundiales del petr¨®leo en cuanto a sus reservas probadas de crudo aptas para la exportaci¨®n. La pol¨ªtica de suministros y de relaciones comerciales deber¨ªa fijarse como objetivo, a juicio de numerosos expertos en materia petrolera, la intensificaci¨®n de las relaciones econ¨®micas con este pa¨ªs cuyo potencial exportador es elevado, cuya capacidad de crecimiento econ¨®mico a medio y largo plazo podr¨ªa contar con una importante colaboraci¨®n espa?ola y cuyas caracter¨ªsticas hist¨®ricas permiten a la diplomacia espa?ola jugar un papel de clara intensificaci¨®n de las relaciones bilaterales. Pensar que M¨¦xico puede sustituir el 31% de suministro saud¨ª quiz¨¢ sea una utop¨ªa. Pero no lo es tanto fijarse objetivos m¨¢s ambiciosos que los,actuales, ya que Espa?a puede tener un papel privilegiado en sus relaciones con este pa¨ªs.
Junto a M¨¦xico, Argelia y Libia son dos pa¨ªses con especiales oportunidades para el desarrollo de una m¨¢s intensa colaboraci¨®n bilateral, especialmente Argelia, siempre que las relaciones diplom¨¢ticas puedan alcanzar un punto de rnenores suspicacias y recelos, en iel que la actitud espa?ola en el tema del Sahara va a jugar un papel determinante. La penetraci¨®n econ¨®mica espa?ola en Argelia es elevada y puede serio m¨¢s en el futuro, lo que permitir¨ªa acceder a sus recursos no s¨®lo petroleros, sino de gas natural, ya en fase de realizaci¨®n.
La acentuaci¨®n de las relaciones comerciales con Am¨¦rica Latina y con los pa¨ªses africanos del Mediterr¨¢neo deber¨ªa, por tanto, ser el objetivo inmediato de las autoridades econ¨®micas espa?olas si queremos encontrar alguna posibilidad de diversificaci¨®n de los suministros de petr¨®leo.
Por otra parte, estos pa¨ªses emergentes tienen importantes planes de desarrollo econ¨®mico, en los que Espa?a podr¨ªa participar activamente, ya que la capacidad de compra de naciones como M¨¦xico o Argelia, apoyada en sus pujantes ingresos por exportaciones energ¨¦ticas, constituyen un excelente aliciente para la exportaci¨®n espa?ola de productos y hasta de capitales, debido a las suspicacias que estos pa¨ªses tienen hacia las potencias industriales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.