Se ofrecen hasta 1.000 d¨®lares por un dorsal

Un americano del Estado de Nueva York, abogado o maestro, entre treinta y cuarenta a?os, graduado, casado, de estatura m¨¢s bien alta y que lleva ya unos cuantos a?os corriendo, es el prototipo del corredor que tomar¨¢ hoy parte en la marat¨®n de Nueva York.Ser¨¢n 16.000 los participantes, pero m¨¢s del doble se quedar¨¢n sin correr al no haber sido admitidas sus solicitudes, pues la organizaci¨®n teme que una excesiva participaci¨®n supusiera un caos. De esta manera se llega a ofrecer hasta mil d¨®lares por un dorsal. Pero a pesar de tan sustanciosa oferta, pocos venden su dorsal, pues quienes lo hacen quedan descalificados a perpetuidad para correr en Estados Unidos.

Los espa?oles que tomar¨¢n hoy parte en la carrera ser¨¢n 82, algunos de ellos pertenecientes a la elite nacional, pero con el objetivo ¨²nico de poder entrar entre los cien primeros. Y es que el nivel de participantes va a ser incluso superior al ol¨ªmpico. Confundidos entre la masa estar¨¢n Rogdgers, Quax, Viren, Bayi Shorter, Nijboer, Thompson, Drayton y Sandoval, con quienes durante la semana no ha sido dif¨ªcil cruzarse por Central Park, donde se entrenan.

En la marat¨®n habr¨¢ dos equipos espa?oles. Uno ser¨¢ el de Espa?a, formado por atletas no catalanes, y otro el de Catalu?a, que lo integrar¨¢n deportistas de dicha regi¨®n. Sus componentes exigieron que la senyera ondeara en el centro organizador de la marat¨®n junto con las cincuenta banderas de los pa¨ªses participantes, y lo consiguieron sin mayores problemas porque, entre otras cosas, en la marat¨®n de Nueva York el deporte es lo primero y se pasa de todo lo dem¨¢s.