El presidente Jimmy Carter muestra gran cautela ante la posible liberaci¨®n de parte de los rehenes
Las especulaciones, los rumores y los ment¨ªs sobre una posible liberaci¨®n de los 52 rehenes norteamericanos, detenidos en Ir¨¢n desde el pasado 4 de noviembre de 1979, protagonizan por completo la escena pol¨ªtica de este fin de semana en EE UU relegando a un segundo plano la campa?a presidencial.
?No hay noticias?, declar¨® el presidente Jimmy Carter a la comitiva de periodistas que le acompa?an en su periplo electoral por los Estados de Michigan y Ohio. El candidato-presidente insisti¨® que no hay que propagar falsas esperanzas. Edmund Muskie, secretario de Estado, desminti¨® todas las noticias y rumores period¨ªsticos que prev¨¦n una liberaci¨®n de los rehenes para hoy, domingo, o ma?ana, lunes, tras la esperada decisi¨®n del Parlamento iran¨ª.La llegada de los rehenes, que hoy cumplen su 358 d¨ªa de cautiverio, facilitar¨ªa la candidatura de Jimmy Carter, excepto que haya complicaciones imprevistas de ¨²ltima hora. De ah¨ª la ?prudencia? del presidente de EE UU, justificada por los temores de que Teher¨¢n libere s¨®lo a una parte de los detenidos -se habla de cuarenta-, conservando a los doce restantes como moneda de cambio al respeto de las concesiones que espera de Washington.
El compromiso para solucionar el tema de los rehenes se gest¨® en el foro de Naciones Unidas, en Nueva York, durante la estancia del primer ministro iran¨ª, Al¨ª Radjai, que acudi¨® para defender las tesis de su pa¨ªs en su enfrentamiento con Irak.
? Las interpretaciones sobre la posible decisi¨®n de Teher¨¢n de liberar a los rehenes son de orden pol¨ªtico y financiero. Por una parte, Teher¨¢n no oculta sus preferencias para una reelecci¨®n del presidente Jimmy Carter ante el republicano Ronald Reagan. Por otro lado, el coste de la guerra en Ir¨¢n, el cese de las exportaciones de petr¨®leo, pr¨¢cticamente destruidas y bajo control iraqu¨ª, son razones de mucho peso que obligan a los dirigentes iran¨ªes a buscar una salida a la falta de fondos que sufre Teher¨¢n.
De las cuatro principales condiciones que Teher¨¢n pone a Washington para liberar a los rehenes, dos son de car¨¢cter pol¨ªtico y pr¨¢cticamente simb¨®licas (promesa de no intervenci¨®n en los asuntos internos y discutible mea culpa de EE UU por su ex colaboraci¨®n con el r¨¦gimen del sha).
Las otras dos tienen un mayor significado pr¨¢ctico y son las que pesan sobre la balanza, para que el Parlamento iran¨ª determine si libera o no a los rehenes. En primer lugar, el desbloqueo de unos 8.000 millones de d¨®lares, congelados en bancos norteamericanos desde noviembre de 1979, a consecuencia del boicoteo de Carter a Ir¨¢n, para presionar y conseguir una salida a la crisis de los rehenes. En segundo lugar, la recuperaci¨®n de los fondos de la dinast¨ªa Pahlevi, depositados o bajo control norteamericano. Esta es, quiz¨¢, la condici¨®n de m¨¢s dif¨ªcil aceptaci¨®n por parte de Washington.
La llegada de los rehenes a territorio norteamericano supondr¨ªa tambi¨¦n, el env¨ªo sistem¨¢tico de material de transporte, recambios para aviones militares y otros bienes que, por valor de cuarenta millones de d¨®lares, se encuentran depositados en la base a¨¦rea de Mc Guire (Nueva Jersey), a la espera de que el presidente Carter levante el embargo que pesa sobre todo env¨ªo de mercanc¨ªas de origen norteamericano a Ir¨¢n, excepto alimentos y medicinas.
?Cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de Carter, a diez d¨ªas de la elecci¨®n presidencial del martes 4 de noviembre, si Teher¨¢n libera s¨®lo a una parte de los rehenes? El esperado ?apoyo? electoral que aportar¨ªa a Carter la liberaci¨®n de todos puede convertirse en un excelente argumento de contraataque para Ronald Reagan.
En un mitin celebrado el viernes, en Gloucester (Nueva Jersey), el presidente Carter coment¨®: ?Algo que me preocupa profundamente son las crecientes esperanzas que est¨¢ alimentando la Prensa norteamericana respecto a una pronta liberaci¨®n de los rehenes. No creo que est¨¦n justificadas?. Carter asegur¨® que desconoc¨ªa por completo cu¨¢ndo los norteamericanos secuestrados volver¨ªan a sus hogares.
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