El Gobierno polaco acepta tres reivindicaciones fundamentales de los sindicatos libres Solidaridad
Las negociaciones entre el primer ministro polaco, Jozef Pinkowski, y dirigentes de la confederaci¨®n sindical independiente Solidaridad finalizaron ayer a ¨²ltima hora de la noche con un acuerdo dudoso. Aunque ambas delegaciones no firmaron ning¨²n comunicado final, fuentes informadas aseguraron que se hab¨ªa llegado a un acuerdo de principio sobre los tres primeros puntos de los seis reivindicados por los obreros polacos. En cambio, el Gobierno sigue oponi¨¦ndose a la legalizaci¨®n de Solidaridad Campesina, rama agr¨ªcola de Solidaridad.
En los pasillos del palacio de Consejo de Ministros, donde se celebran las entrevistas en las que participa Lech Walesa, m¨¢ximo l¨ªder de los sindicatos libres, se coment¨® que los tres acuerdo alcanzados eran los referentes al registro, sin modificaciones en sus estatutos, de Solidaridad, el acceso del sindicato a los medios de comunicaci¨®n y las revisiones salariales suspendidas.Un portavoz del MKZ (sindicato independiente) de Gdansk declar¨® que la atm¨®sfera ?dura? del principio de las negociaciones sobre el tema de la legalizaci¨®n de Solidaridad se flexibiliz¨® al pasar a discutir la cuesti¨®n de los medios d comunicaci¨®n.
Solidaridad estuvo representada por ochenta delegados de los diversos MKZ, pero s¨®lo seis lleva ron el peso de la negociaci¨®n con Pinkowski y su equipo. El sindicato comenz¨® el pasado jueves el pro ceso de apelaci¨®n al Tribunal Supremo, exigiendo la invalidaci¨®n de la decisi¨®n del tribunal regional de Varsovia, que introdujo modificaciones en los estatutos referidas al papel dirigente del partido comunista y al derecho de huelga.
La delegaci¨®n dijo a Pinkowski que daba de plazo hasta el 8 de noviembre a la alta corte polaca para pronunciarse, y que, en caso de una respuesta negativa, Solidaridad desencadenar¨ªa un movimiento de huelga el 12 de noviembre. El primer ministro respondi¨®: ?Me ponen ustedes una pistola en la sien, pero tengo que decirles que no tenemos miedo a la huelga?. Sin embargo, se dice, dio su acuerdo a la fecha se?alada del 8 de noviembre para el pronunciamiento del Tribunal Supremo.
En lo que concierne al acceso a los medios de comunicaci¨®n, Solidaridad exigi¨® un semanario y el Gobierno concedi¨® su acuerdo de principio. Sobre los matices de la negociaci¨®n salarial no se dispon¨ªa de informaciones a primeras horas de la noche de ayer.
Atm¨®sfera cargada
Las discusiones comenzaron a las 11.10, hora de Madrid, en la sede del Consejo de Ministros, en una atm¨®sfera cargada de dramatismo por la visita rel¨¢mpago que el d¨ªa anterior hicieron a Mosc¨² el primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP), Stanislaw Kania, y el primer ministro, Pinkowski.
A pesar de ello, los resultados del viaje fueron juzgados como ?positivos? en los medios sindicales polacos, quienes se?alaron que el comunicado final no implicaba ninguna puesta en guardia ni un toque de atenci¨®n sobre la ortodoxia socialista.
Le¨®nidas Breznev expres¨® su ?convicci¨®n? y no ?esperanza?, se dice, de que los obreros polacos sabr¨ªan resolver todos los problemas agudos del desarrollo econ¨®mico y pol¨ªtico a los cuales se enfrenta Polonia. Se se?ala que en 1968, los checoslovacos jam¨¢s escucharon palabras similares.
Respecto al resto de los puntos, la legalizaci¨®n de Solidaridad Campesina, rama agr¨ªcola de Solidaridad, tiene una gran importancia para los sindicalistas, despu¨¦s que el tribunal de Varsovia rechazase su registro oficial el pasado mi¨¦rcoles. Seg¨²n los obreros, centenares de miles de agricultores expresaron su deseo de adherirse al nuevo sindicato, denegado por el tribunal en base a que ¨¦stos no pueden ser considerados asalariados ni patrones, y, por tanto, no pueden acceder a una organizaci¨®n sindical.
En relaci¨®n con el aprovisionamiento de la poblaci¨®n, los obreros insisten sistem¨¢ticamente en una mejor distribuci¨®n de la carne, el az¨²car y las patatas, que faltan del mercado, y solicitan la introducci¨®n de cartillas de racionamiento.
Su petici¨®n del fin de toda represi¨®n por delitos pol¨ªticos evoca un pasado reciente contra las actividades de los grupos disidentes, en especial la detenci¨®n de sus dirigentes, al comienzo de las huelgas, el pasado mes de agosto.
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