Ser funcionario

Se nos ha acusado con tanta profusi¨®n y desde hace tiempo de ineficaces, corruptos y vagos, que hasta nosotros mismos estamos empezando a creer que lo somos. Que ahora el se?or Mart¨ªnez Soler nos considere, adem¨¢s, econ¨®micamente pudientes es una sarc¨¢stica broma, no por novedosa menos molesta. Porque cualquiera que tenga un m¨ªnimo de curiosidad, los periodistas de EL PA?S tambi¨¦n, puede comprobar que, aparte jubilados, parados y amas de casa, ning¨²n sector percibe remuneraciones m¨¢s bajas ni tiene menos derechos. Que existe el funcionario cargado de privilegios y prebendas, bien cierto es, pero medir a todos por el rasero de unos pocos es, m¨¢s que ignorancia, mala fe.Soy funcionario y les pido perd¨®n. Les pido perd¨®n por serlo, por formar parte de esa Espa?a segura, feliz y opulenta, por ese fabuloso aumento del 12% que mi sueldo (de 19.200 pesetas brutas mensuales) experimentar¨¢ el a?o pr¨®ximo y por ser la causa, con todo esto, de todos los problemas econ¨®micos de Espa?a.

Hagan un esfuerzo y perd¨®nenme tambi¨¦n mi astron¨®mico salario de 35.000 pesetas, m¨ªnima posibilidad de negociar condiciones laborales, el haber sido olvidado en el Estatuto de los Trabajadores, los continuos cambios de que soy objeto y el permanente dar la cara para remediar situaciones que no son de mi competencia./