... Y la lucha contin¨²a

Las dos primeras partes de esta trilog¨ªa de Patricio Guzm¨¢n ofrecieron una panor¨¢mica rigurosa sobre las razones de la Unidad Popular para haber intentado transformar el sistema pol¨ªtico y econ¨®mico de Chile frente a la reacci¨®n de la burgues¨ªa, que, ayudada por potencias extranjeras, consigui¨® finalmente derrocar violentamente al Gobierno democr¨¢tico del presidente Allende. La batalla de Chile se convirti¨® as¨ª en un documental ejemplar que, dando la vuelta al inundo, a?ad¨ªa a su car¨¢cter puramente cinematogr¨¢fico el de continuar resistiendo al nuevo sistema pol¨ªtico chileno.

Ahora, Patricio Guzm¨¢n cierra el ciclo de su propuesta mostrando de qu¨¦ manera los obreros y campesinos supieron combatir a la reacci¨®n, entendiendo que en su solidaridad resid¨ªa la ¨²nica fuerza capaz de contrarrestar las provocaciones de sus patronos. La ocupaci¨®n de f¨¢bricas y tierras, la utilizaci¨®n imaginativa de todo aquello que pudiera suplir la carencia de las materias necesarias para la supervivencia, la continua revisi¨®n de los planteamientos te¨®ricos y pr¨¢cticos de su lucha, son los ejes, digamos argumentales, de la pel¨ªcula.

Aunque quiz¨¢ en esta ocasi¨®n Guzm¨¢n no ha llegado a la misma calidad expresiva de sus pel¨ªculas anteriores, vi¨¦ndose obligado a una reiteraci¨®n de entrevistas y situaciones, no es menos cierto que volvemos a encontrarnos con una obra emotiva.

Esta nueva hora y media de La batalla de Chile ofrece el ¨¢ngulo que hac¨ªa falta en las anteriores. En conjunto, pues, Guzm¨¢n ha realizado un fresco hist¨®rico que supone, probablemente, una de las m¨¢s eficaces formas de enfrentamiento con el actual sistema pol¨ªtico chileno. Algunos de los colaboradores de la pel¨ªcula forman parte de la larga lista de desaparecidos de los ¨²ltimos a?os.

Mejor o peor hecho, m¨¢s o menos emocionante, este testimonio adquiere connotaciones que superan, con mucho, las del ¨¢mbito de la simple cr¨ªtica cinematogr¨¢fica.