El "Rainbow Warrior", fugado de El Ferrol, navega hacia el puerto holand¨¦s de Amsterdam
El Rainbon Warrior, buque ecologista fugado de la custodia de la Marina espa?ola, que lo reten¨ªa en el puerto de El Ferrol desde el mes de junio, sali¨® ayer con destino a Amsterdam desde el puerto de Saint Hellier, en la isla brit¨¢nica de Jersey, frente a la costa francesa de Normand¨ªa, donde hizo una escala de veinticuatro horas, para repostar combustible.
Con una tripulaci¨®n compuesta por siete personas, capitaneada por el ingl¨¦s Jhonatan Castle, el barco lleg¨® a Saint Hellier a las nueve de la noche del martes, con doce horas de adelanto sobre la llegada, que hab¨ªa sido prevista para el mediod¨ªa de ayer. M¨¢s de un centenar de simpatizantes del movimiento ecologista esperaban su llegada en el puerto, y recibieron a los navegantes con grandes aplausos y escenas de j¨²bilo. En torno al caso se hab¨ªa generado fuerte expectaci¨®n, que hizo acudir a la isla de Jersey a m¨¢s de una treintena de periodistas de Inglaterra, Canad¨¢, Francia y otros lugares. Todas las cadenas de la televisi¨®n brit¨¢nica dedicaron ayer considerables espacios a la aventura del Rainbow Warrior.Seg¨²n inform¨® a EL PAIS el capit¨¢n del barco fugado de Espa?a, su salida de El Ferrol se efectu¨® el s¨¢bado a las ocho de la noche, aprovechando un relevo que hizo a esa hora la Polic¨ªa Nacional, que ten¨ªa a su cargo la vigilancia permanente del muelle al que se encontraba atracado el buque. Desde hac¨ªa varios d¨ªas estaba decidido llevar a cabo una acci¨®n de fuga, pero los tripulantes no sab¨ªan con exactitud cu¨¢ndo podr¨ªa ser emprendida.
El Rainbow Warrior s¨®lo ten¨ªa en sus tanques el combustible: que le hab¨ªa quedado despu¨¦s de su apresamiento y llegada a El Ferrol el 18 de junio. A pesar de que estudiaron la posibilidad de repostar gas¨®leo antes de su partida, esto no fue posible, y la navegaci¨®n fue iniciada con algunas dudas acerca de si podr¨ªan llegar a la isla de Jersey sin hacer escala. Ya en alta mar, el capit¨¢n pens¨® que, si esta escala fuera necesaria, el barco tocar¨ªa antes alg¨²n puerto franc¨¦s m¨¢s pr¨®ximo, como Le Havre o Brest, pero no fue necesaria esta emergencia.
La salida de la bah¨ªa ferrolana fue hecha con toda la se?alizaci¨®n luminosa reglamentaria. S¨®lo mantuvieron apagadas las luces interiores del barco y completamente cerradas las escotillas y ventanas. En ning¨²n momento apreciaron signos de que nadie hubiera observado, ni mucho menos controlado, las distintas maniobras que fueron necesarias para ganar el mar abierto, operaci¨®n que ocup¨® poco m¨¢s de media hora. Seg¨²n las declaraciones de varios miembros de la tripulaci¨®n, obtenidas ayer por EL PAIS, el primer respiro de los fugados fue alcanzado hacia la medianoche, cuando el barco estaba ya fuera de las aguas territoriales de Espa?a.
El barco no corr¨ªa
Mientras tanto, el capit¨¢n Jhonatan Castle se mantuvo muy tranquilo, seg¨²n sus propias declaraciones, y sin sentir miedo en momento alguno. El resto de la tripulaci¨®n registr¨® cierta tensi¨®n emocional durante las primeras horas de traves¨ªa. Todos ellos pensaban que los barcos de la Marina espa?ola podr¨ªan alcanzarlos f¨¢cilmente debido a la enorme diferencia de velocidad, ya que el Rainbon Warrior no pudo superar los ocho nudos en ning¨²n momento, mientras que los patrulleros militares podr¨ªan conseguir desplazamientos superiores a los veinte nudos.El barco ecologista, despu¨¦s de cinco meses de amarre en el muelle, conten¨ªa una gran acumulaci¨®n de materia org¨¢nica marina (algas y crust¨¢ceos) y otros residuos en su casco (la tripulaci¨®n calcula que en un peso de varias toneladas) que hicieron extraordinariamente lento su desplazamiento, favorecido, en cambio, por el buen tiempo para la navegaci¨®n.
Adem¨¢s del capit¨¢n Castle, al que sus compa?eros llamaron cari?osamente, durante la traves¨ªa, con la versi¨®n espa?ola de su nombre, don Juan Castillo, tripularon el Rainbon Warrior los ingleses David McTaggart, Tony Marriner, Tim Meark y Athel von Koelitz, el australiano Chris Robinson y el franc¨¦s Pierre Gleizes.
Las piezas que hubo que reponer en el barco para poder utilizarlo nuevamente fueron tra¨ªdas secretamente de Inglaterra y colocadas en El Ferrol por los mismos tripulantes. La estancia del barco en Jersey transcurri¨® en medio de una evidente simpat¨ªa de los habitantes de esta bell¨ªsima y residencial isla brit¨¢nica, que viene a ser una especie de M¨®naco para los millonarios ingleses, aunque tambi¨¦n tiene un considerable puerto de pesca, en cuycs muelles hizo escala y repost¨® el Rainbon, Warrior.
Los "siete magn¨ªficos"
En el ambiente marinero de la isla, los singulares navegantes del Gerrero del Arco Iris fueron r¨¢pidamente bautizados con el apodo de los siete magn¨ªficos, y la gente enton¨® para ellos la m¨²sica de la famosa pel¨ªcula cuando pisaron los muelles de Saint Hellier.En el mismo clima de j¨²bilo ecol¨®gico, el barco reeemprendi¨® ayer su rumbo hacia el puerto holand¨¦s de destino. Las primeras inquietudes que tuvieron sus tripulantes sobre el tratamiento que pod¨ªan depararles las autoridades inglesas se disiparon tan pronto como el Rainbow Warrior toc¨® puerto, al comprobar que tanto la polic¨ªa mar¨ªtima como los populares bobbies desplegaron amplia simpat¨ªa hacia los intr¨¦pidos navegantes. En realidad, no acababan de comprender c¨®mo todo les pudo salir tan a pedir de boca.
No quieren ni o¨ªr hablar de la posibilidad rumoreada en Espa?a de que contaron con la aquiescencia o incluso con la colaboraci¨®n de las autoridades espa?olas para emprender su aventura. Seg¨²n algunas versiones oficiosas, que incluso llegaron a alcanzar credibilidad en determinados sectores ferrolanos de la Marina, Espa?a no sab¨ªa muy bien c¨®mo desenlazar la situaci¨®n que se cre¨® con el apresamiento del buque y estar¨ªa dispuesta a hacer la vista gorda para que se fugara. Esta versi¨®n es des rientida radicalmente por los portavoces de Green Peace y tambi¨¦n, como es l¨®gico, por ¨®rganos oficiales de la Marina espa?ola.
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