El ge¨®grafo Manuel de Ter¨¢n ingres¨® en la Academia de la Historia

Manuel de Ter¨¢n Alvarez, ge¨®grafo, humanista y gran viajero, ley¨® el pasado domingo su discurso de entrada en la Real Academia de la Historia, donde pasa a ocupar la vacante que dej¨® su colega Amando Mel¨®n y Ruiz de Gordejuela, De Causa Montium, algunas consideraciones sobre la historia de las ciencias de la tierra.La exposici¨®n del profesor Ter¨¢n comprende una s¨ªntesis de los principales precedentes hist¨®ricos en la historia de las teor¨ªas orog¨¦nicas desde la antig¨¹edad cl¨¢sica a las pol¨¦micas y controversias entre fijistas y movilistas, evolucionistas y los que se llaman catastrofistas y, por ¨²ltimo, entre plutonianos y neptunianos. El pensamiento de Avicena sobre esta materia o el de algunos cient¨ªficos del Renacimiento, como Leonaardo da Vinci, as¨ª como la teor¨ªa orog¨¦nica de Descartes, reciben un tratamiento especial en el an¨¢lisis hist¨®rico del profesor Ter¨¢n.

?La Tierra, la Tierra, sin cesar empezando?, remed¨® Manuel de Ter¨¢n, el famoso verso de Paul Val¨¦ry al fin de su discurso. ?La Tierra, una estrella fr¨ªa y apagada, con un coraz¨®n met¨¢lico cubierto por un manto y una corteza, siempre lenta, lent¨ªsimamente pero continuamente en movimiento y renovaci¨®n?.

Manuel de Ter¨¢n naci¨® hace 76 a?os, en Madrid, donde realiz¨® sus, estudios, desde el bachillerato en el Instituto Card nal Cisneros hasta su doctorado en Filosof¨ªa y Letras, pasando por el Instituto Escuela, donde realiz¨® una etapa clara en su formaci¨®n. Catedr¨¢tico de geograf¨ªa desde 1956 en la Universidad de Madrid, ha sido di rector del Instituto Juan Sebasti¨¢n Elcano, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, de la revista Estudios Geogr¨¢ficos, y fue uno de los profesores que se encarg¨® de la formaci¨®n del pr¨ªncipe Juan Carlos. Autor de innumerables libros y publicaciones ha viaja do intensamente, sobre todo por el continente americano.

Gonzalo Men¨¦ndez Pidal, en su discurso de respuesta, se refiri¨® a su trayectoria profesional como a ?un continuo abrir caminos, ensayar m¨¦todos, un gran sentido de c¨®mo la historia est¨¢ indisolublemente vinculada al progreso de la ciencia y un gran humanismo que, desde joven, inform¨® la vida de nuestro nuevo compa?ero?.

Manuel de Ter¨¢n ingres¨® en 1977 en la Real Academia Espa?ola, donde su discurso de ingreso sobre Las formas del relieve terrestre y su lenguaje recibi¨® la respuesta de Juli¨¢n Mar¨ªas, quien termin¨® su discurso con estos t¨¦rminos: ?Esperemos que durante largos a?os Manuel de Ter¨¢n busque y encuentre las palabras justas para denominar, con rigor y admiraci¨®n, la maravillosa superficie del mundo en que vivimos?.