Concedidos el Goncourt y el Renaudot, los galardones principales de las letras francesas
Los ganadores fueron Yves Navarre y Danielle Sallenave
El Premio Goncourt, el m¨¢s c¨¦lebre de todos los galardones literarios franceses, concedido ayer a Yves Navarre, por su novela El jard¨ªn de aclimataci¨®n, ha sorprendido relativamente y no parece que aporte nada verdaderamente excepcional a la cosecha literaria oto?al francesa, bastante mediana por ahora. El Rena¨¹dot, otro trofeo de los ?cinco grandes? de las letras galas, fue para Danielle Sallenave, por la novela Puertas de Gubbio.
Desde hace 77 a?os que fue concedido el Goncourt por primera vez, el mundo cambia m¨¢s o menos, pero los jurados del galard¨®n, que cada a?o le ofrecen la fortuna y la gloria a un escritor, contin¨²an, reuni¨¦ndose en el restaurante Drouant, parisiense, el primer lunes de la segunda semana del mes de noviembre, para coronar a ?su hombre?, o mujer. Seg¨²n un reglamento m¨¢s que manoseado, ayer, Yves Navarre, cuarenta a?os, hombre afortunado desde que naci¨® (su padre es el director general del Instituto Franc¨¦s del Petr¨®leo), profesor de ingl¨¦s primero, publicista despu¨¦s, estudiante de la Literatura de varios pa¨ªses europeos, Espa?a entre ellos, tras una docena de novelas que ya le hab¨ªan valido el aprecio de la cr¨ªtica, accedi¨® ayer, a mediod¨ªa, a la categor¨ªa de ?Goncourt 1980?.Su editorial vender¨¢ alrededor de los 300.000 ejemplares que asegura la publicidad del premio. El escritor ser¨¢ m¨¢s rico en lo sucesivo y, como viene haci¨¦ndolo desde hace varios a?os, continuar¨¢ dedic¨¢ndose exclusivamente a escribir, sin problemas materiales. El jard¨ªn de aclimataci¨®n es una obra protagonizada por una familia parisiense, medio en el que ha vivido el autor. Como suele ocurrir en esa capa social, el futuro est¨¢ perfectamente orquestado por la tradici¨®n pero nadie queda a salvo de una ?oveja negra?. En el caso del Jard¨ªn, el ?descarriado? es un hijo homosexual que, a lo largo de la trama, se rebela contra el conservadurismo del clan que, por todos los medios, intenta, liberarlo del "pecado", esto es, aspiraciones que incluso ?es posible curar?.
La cr¨ªtica no ha sido ben¨¦vola con esta novela tradicional francesa, en' la, que, a trav¨¦s de un caso social, se pretiende ilustrar el estado de la moral p¨²blica. Para unos, el Goncourt ha premiado toda la obra ya amplia de Navarre. Para otros, los venerables jurados han querido escapar a la eterna sospecha seg¨²n la cual. dos o tres editoriales poderosas se reparten el Premio Goncourt. Esas tres casas mimadas por el jurado son: Gracet, Gallimard y Le Seuil. Esta vez, la obra de Navarre fue publicada por Flamarion.
Danielle Sallenave, premio Renaudot, cuarenta a?os de edad, soltera,como, Navarre, profesora universitaria de Literatura, ha escrito el diario imaginario de un profesor de m¨²sica. La acci¨®n se desarrolla e n un lugar no precisado de Europa. El profesor busca a un m¨²sico ya muerto y, paralelamente, se dice enamorado de una mujer joven. El libro es dif¨ªcil, seg¨²n la cr¨ªtica, y recuerda en cierta medida la novela objetal francesa (nueva novela) de los a?os sesenta y, tambi¨¦n, el clima art¨ªstico y prustiano del autor de En busca del tiempo perdido.
Los dos premios se concedieron de acuerdo con las costumbres tradicionales d¨¦ los jurados de ambos galardones, que se reunieron en el restaurante de siempre, en la plaza Gaillon, y siguieron el sistema habitual: anunciaron el Goncourt y, poco despu¨¦s, el Renaudot, que ha estado, desde su origen, a la sombra del primero. Para celebrar la ocasi¨®n, los que discernieron las obras candidatas a los dos premios bebieron el champa?a blanc de blancs (no procedente de uvas negras), que se enfr¨ªa especialmente para que las deliberaciones resulten m¨¢s fluidas. Del men¨² se conoce poco, pero no hace falta adivinar que habr¨¢ sido similar al que hace 77 a?os se sirvi¨® para agasajar a los que entonces fueron jurados, del Goncourt.
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