Misterio e inquietud ante el asesinato sucesivo de once ni?os de raza negra en Atlanta
Desde hace seis meses, la ciudad de Atlanta (Georgia) vive bajo una psicosis de inquietud constante ante el ins¨®lito caso de once asesinatos, m¨¢s cuatro desapariciones, de ni?os de raza negra. El car¨¢cter racista del caso origina todo tipo de especulaciones contra un nombre, una formaci¨®n, que nadie se atreve a pronunciar o acusar abiertamente: el Ku-Klux-Klan. La polic¨ªa local, los agente de la FBI y cinco c¨¦lebres detectives norteamericanos no han logrado todav¨ªa aclarar los funestos hechos que peligran con desembocar en disturbios raciales en una ciudad de medio mill¨®n de habitantes donde el 60% de los residentes son negros.
Atlanta es la c¨²spide del misterio de una oleada de asesinatos de negros en otras localidades. Bufalo, Oklahoma, Indian¨¢polis, Cincinnati y Lake City han sido escenarios de cr¨ªmenes contra personas de raza negra. Atlanta, ciudad relativamente pr¨®spera en el Estado sure?o de Georgia, agr¨ªcola, rica, y sede del peque?o pueblo de Plains, de donde sali¨®, y donde volver¨¢ dentro de dos meses, el derrotado presidente dem¨®crata Jimmy Carter, cuenta con el triste r¨¦cord de v¨ªctimas y la tr¨¢gica particularidad de que todas son ni?os o adolescentes negros de edades comprendidas entre los siete y los quince a?os.Todo empez¨® en Atlanta con una desaparici¨®n y asesinato, en julio de 1979 de un ni?o negro que volv¨ªa del colegio. Tras varios meses de tregua, el asesino, o los asesinos, volvieron a la carga con casi dos desapariciones por mes desde la pasada primavera. El clima creado por tan ins¨®lita situaci¨®n crispa, l¨®gicamente, los nervios de la poblaci¨®n de Atlanta. Hasta tal punto que, cuando el pasado mes de octubre explosion¨® un dep¨®sito de gas en un barrio popular de la ciudad, que ocasion¨® la muerte de cuatro ni?os y un maestro, todos de raza negra, la opini¨®n p¨²blica crey¨® en un atentado provocado por los misteriosos asesinos de ni?os negros. Las autoridades locales y la polic¨ªa calmaron los ¨¢nimos con pruebas convincentes de que se trat¨® de un accidente.
La polic¨ªa de Atlanta se defiende contra las cr¨ªticas populares de la comunidad negra por la falta de eficacia en descubrir al criminal o criminales. En varios barrios de Atlanta se han formado ?comit¨¦s de defensa de vecinos?, que patrullan por la noche en busca de pistas o indicios que puedan permitir esclarecer el caso. Varias redadas populares por los alrededores de Atlanta o parques p¨²blicos donde desaparecieron las v¨ªctimas han sido organizadas en diferentes ocasiones, sin ning¨²n resultado positivo. Una fundaci¨®n creada para el caso ofrece 150.000 d¨®lares (unos once millones de pesetas) a la persona que indique una pista que conduzca a desenmascarar al asesino.
El alcalde de Atlanta, Maynard Jackson, multiplica los llamamientos para que la gente guarde la calma, al tiempo que pide ayuda a la Administraci¨®n federal, directamente al presidente, Jimmy Carter, y al ministro de Justicia, Benjam¨ªn Civiletti, para que env¨ªen refuerzos a Atlanta con los mejores especialistas del FBI en materia criminal. Psiquiatras y videntes han ofrecido sus servicios a la polic¨ªa local para intentar descifrar los m¨®viles del asesino. Se han repartido m¨¢s de 100.000 impresos en las escuelas, explicando a los ni?os que no sigan a personas desconocidas.
La organizaci¨®n Police Executive Research Forum, que selecciona en Washington a los mejores investigadores de casos criminales que act¨²an en las sesenta principales ¨¢reas metropolitanas del pa¨ªs, decidi¨® enviar esta semana a Atlanta a cinco de los m¨¢s c¨¦lebres detectives de la polic¨ªa norteamericana.
Los mejores polic¨ªas
Se encuentran ya en Atlanta el detective Charles A. Nanton, del departamento de polic¨ªa de la ciudad de Nueva York, uno de los hombres que contribuyeron a aclarar el reciente asesinato de una joven violinista, ocurrido en plena actuaci¨®n en la Opera de Nueva York: el sargento Al Smith, del departamento de polic¨ªa de Oakland, que trabaj¨® en el caso de la investigaci¨®n y actividades de la Symbionese Liberation Armv, en el que estuvo implicada la hija del magnate de la Prensa norteamericana, Patricia Hearst, el teniente George Mayer, de la divisi¨®n de Stanford, que aclar¨® el caso del asesinato de siete mujeres negras: el teniente Gilbert Hill del departamento de homicidios de la polic¨ªa de Detroit, famoso por la soluci¨®n de un caso que implic¨® quince asesinatos, realizados por una banda de criminales. Pierce Brooks, capit¨¢n retirado de la polic¨ªa de Los Angeles, completa el equipo.?Aportaremos todo el apoyo necesario para que la persona, o las personas, responsables de estos cr¨ªmenes sean identificadas, arrestadas y condenadas?, declar¨® en Washington Benjam¨ªn Civiletti, responsable del departamento de Justicia.
Los esfuerzos son considerables y la opini¨®n p¨²blica norteamericana espera se dilucide y ponga fin a una serie de asesinatos de claro signo racista, en una sociedad donde el fr¨¢gil equilibrio de fuerzas entre blancos y negros peligra de bascular en todo momento. Sobre todo, con el resurgimiento, con vigor, del Ku-Klux-Klan, que a pesar de contar s¨®lo con 11.000 miembros, entre una poblaci¨®n de unos 220 millones de habitantes, constituye el potencial de un grupo terrorista racista y de extrema derecha, como demuestran sus implicaciones en algunos casos crim¨ªnales.
Absoluci¨®n por falta de pruebas
Mientras tanto, un jurado compuesto por blancos ha absuelto a cuatro miembros del Ku-Klux-Klan y a dos simpatizantes del partido nazi norteamericano, en el juicio seguido por la muerte de seis miembros del Partido Comunista de los Trabajadores.El juicio ha durado seis d¨ªas, durante los cuales fueron escuchados 125 testimonios y pasadas las filmaciones de los incidentes.
Los incidentes ocurrieron el 3 de noviembre de 1979, cuando el citado partido realizaba una manifestaci¨®n que ten¨ªa como eslogan Muerte al Klan, en la ciudad de Greensboro, que cuenta con 155.000 habitantes y est¨¢ fuertemente marcada por tensiones raciales.
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