Cerca de 300.000 personas acudieron a la plaza de Oriente
Cerca de 300.000 personas (un mill¨®n para los organizadores y 250.000 seg¨²n la Polic¨ªa Municipal) se dieron cita el domingo en la plaza de Oriente, de Madrid, para conmemorar el quinto aniversario de la muerte del general Franco, anterior jefe del Estado, en un acto, de hora y media de duraci¨®n, en el que intervinieron los principales l¨ªderes de la ultraderecha espa?ola. El acto, convocado por la Confederaci¨®n Nacional de Combatientes, registr¨®, seg¨²n distintos observadores, un leve incremento de asistentes con respecto al a?o anterior.
Ya desde el s¨¢bado las principales calles de Madrid se vieron abordadas por numerosas caravanas de autom¨®viles, con j¨®venes uniformados y banderas espa?olas, que provocaron fuertes alteraciones de tr¨¢fico y un aparatoso esc¨¢ndalo con las bocinas. Los integrantes de las caravanas incitaban, en ocasiones, al saludo fascista y a entonar canciones falangistas.Las caravanas continuaron en las primeras horas de la madrugada y durante casi toda la jornada del domingo. La polic¨ªa detuvo a seis j¨®venes, cuatro como autores de agresiones y el resto por insultos a instituciones del Estado. Tambi¨¦n fue disuelta una concentraci¨®n paramilitar. No se multaron a los protagonistas de los abusos y las alteraciones de tr¨¢fico, a pesar de que se produjeron varias denuncias.
La plaza de Oriente y calles adyacentes se hallaban pr¨¢cticamente abarrotadas de p¨²blico a la hora de comenzar el acto, 12.30 horas, aunque se observaban algunos espacios vac¨ªos, sobre todo en las inmediaciones del teatro Real. Abundaban las banderas de Espa?a y los uniformes de falange, as¨ª como varios centenares de banderines.
En la tribuna presidencial se encontraban Carmen Franco, hija del anterior jefe del Estado; Jos¨¦ Antonio Gir¨®n y Luis Peralta, por la Confederaci¨®n de Combatientes; Raimundo Fern¨¢ndez Cuesta y Pilar Primo de Rivera, por Falange Espa?ola; Juan S¨¢enz D¨ªez, por la Comuni¨®n Tradicionalista; Blas Pi?ar, por Fuerza Nueva, y el obispo dimisionario de Metre (Brasil) y capell¨¢n de la Confederaci¨®n, Gonz¨¢lez Ferreiros. En un rinc¨®n de la tribuna, fuera de la pres?dencia, se hallaba el marqu¨¦s de Villaverde.
El acto se inici¨® con unas palabras de Luis Peralta Espa?a, secretario general de la Confederaci¨®n de Combatientes, y con el rezo de la oraci¨®n de los ca¨ªdos, de S¨¢nchez Mazas, acompa?ada de un responso por Franco y Jos¨¦ Antonio, por parte de Gonz¨¢lez Ferreiros.
Juan S¨¢enz D¨ªez, presidente de la Comuni¨®n Tradicionalista, fue el primer orador.
Ganar despu¨¦s de morir
El presidente de Fuerza Nueva, Blas Pi?ar, tom¨® seguidamente la palabra para significar que ?no es puro recuerdo este acto. Pero aunque lo fuera, tendr¨ªa ya un significado positivo, porque el recuerdo de un bien que se pierde estimula para volver a lograrlo?.Fern¨¢ndez Cuesta, jefe nacional de Falange, sustituy¨® a Blas Pi?ar en la tribuna de oradores. El veterano dirigente falangista, tras saludar a los asistentes, que cifr¨® en un mill¨®n, indic¨® que ?Espa?a se deshace rota en mil pedazos?.
El presidente de la Confederaci¨®n, Jos¨¦ Antonio Gir¨®n de Velasco, cerr¨® el acto con un amplio discurso en el que puso de manifiesto que ?estos cinco a?os son suficientes para advertir que el cambio pol¨ªtico fue un fracaso, cuando no una traici¨®n aparatosa, y que la inutilidad del sistema vigente alcanza a estas alturas sus m¨¢s claros objetivos en el hundimiento de una econom¨ªa que fue floreciente?. Terminado el acto, el p¨²blico congregado se disolvi¨® sin incidentes.
En los quioscos de Prensa de la plaza de Isabel II, pr¨®xima a la plaza de Oriente, no se pudo distribuir EL PAIS porque a primera hora de la ma?ana aparecieron quemados los paquetes de peri¨®dicos. Igual ocurri¨® en un despacho de Prensa de Pozuelo.
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