La revisi¨®n del Plan General del Area Metropolitana y el consejo de municipios
El pasado 9 de noviembre se publicaba en esta ?Tribuna libre? un amplio art¨ªculo en el que los se?ores Rodr¨ªguez Colorado, Jes¨²s Prieto y Juan Barranco hac¨ªan algunas consideraciones sobre el proceso iniciado por las fuerzas de izquierda madrile?as de cara a la revisi¨®n del Plan General, consideraciones enfocadas desde la ¨®ptica del PSOE y con un planteamiento, en cierta medida, unilateral.Para el PCE no se trata tanto de valorar qui¨¦n lleva la iniciativa, desde el punto de vista partidario, como los resultados que para la izquierda y para la mayor¨ªa de los ciudadanos puede tener esta operaci¨®n en contra de los prop¨®sitos iniciales de la Administraci¨®n central (Coplaco), reflejo claro de la pol¨ªtica de UCD.
Las propuestas de Coplaco y el decreto-ley
El papel que ha jugado Coplaco desde las elecciones municipales hasta, aproximadamente, el pasado mes de mayo ha tenido un objetivo fundamental: amortiguar las decisiones que en urbanismo afectaban negativamente a los sectores sociales representados por UCD. Esta pr¨¢ctica, que no se manifestaba abiertamente, se explicita de forma contundente cuando se plantea lo que hemos dado en llamar restos hist¨®ricos (hipermercados, etc¨¦tera... ), y en ese momento queda claro que la existencia de Coplaco, tal y como estaba concebido, imped¨ªa abrir el proceso de revisi¨®n del Plan General en funci¨®n de los intereses de los municipios del Area.
Ante estas primeras luces rojas se abri¨® un proceso de negociaci¨®n PSOE-PCE, de cara a plantear a fondo la revisi¨®n del Plan, coordinando la presi¨®n de la izquierda no s¨®lo en el pleno de Coplaco, sino en el conjunto de los municipios del Area, posibilitando la incorporaci¨®n de una parte importante de los contenidos progresistas de la izquierda al proceso de revisi¨®n.
Por ello, la propuesta inicial de los comunistas fue rechazar, en el mes de junio, la alternativa-esquema que presentaba Coplaco, y en buena medida aceptada por el PSOE, en la que, bajo una apariencia de compatibilizaci¨®n Administraci¨®n local-Administraci¨®n central, se manten¨ªa el status anterior, con un protagonismo prepotente de Coplaco en la elaboraci¨®n de las directrices para el Area, dejando solamente a los municipios la aprobaci¨®n inicial de los planes, en contradicci¨®n con el art¨ªculo de la ley del Suelo a que hac¨ªamos referencia, que pone en manos de los mismos tambi¨¦n la aprobaci¨®n provisional.
A partir de ese momento, y abierta la negociaci¨®n entre las ejecutivas madrile?as del PSOE y del PCE, se propone una alternativa conjunta con un doble objetivo: restituir a los municipios del Area las competencias que en materia urban¨ªstica les hab¨ªan sido arrebatadas con la ley general del Area y garantizar el reconocimiento del fen¨®meno metropolitano a trav¨¦s de un proceso de compatibilizaci¨®n intermunicipal que m¨¢s tarde hab¨ªa de contrastarse con las propuestas de la Administraci¨®n central, tras lo cual saldr¨ªa una s¨ªntesis concreta, que ser¨ªa lo que hemos dado en llamar directrices.
La propuesta de decreto-ley es elaborada conjuntamente por ambos. partidos de izquierda y tiene como soporte de presi¨®n ante la Administraci¨®n central al consejo de municipios, del que m¨¢s abajo hablaremos, que es quien, a trav¨¦s de su comisi¨®n permanente, negocia con el ministro de Obras P¨²blicas y Urbanismo.
Este decreto es un paso de primera importancia y supone:
1. La incorporaci¨®n de los municipios del Area al r¨¦gimen general de los ayuntamientos en materia urban¨ªstica.
2. El reconocimiento del fen¨®meno metropolitano, que obliga, sin duda, a un reparto de las cargas y beneficios del proceso de revisi¨®n y a una compatibilizaci¨®n intermunicipal.
3. La influencia municipal en la elaboraci¨®n de las directrices, tanto desde el punto de vista t¨¦cnico como pol¨ªtico, tanto en el per¨ªodo de compatibilizaci¨®n intermunicipal como en el de contraste con las propuestas de la Administraci¨®n central.
4. La iniciaci¨®n de un proceso de revisi¨®n transparente, potenciando la informaci¨®n a los ciudadanos, as¨ª como su participaci¨®n en el mismo.
5. Por ¨²ltimo, como el art¨ªculo primero del decreto especifica, se garantiza la autonom¨ªa municipal, reconocida en el art¨ªculo 140 de la Constituci¨®n: ?En ning¨²n caso dichas directrices podr¨¢n establecer criterios que son de exclusiva competencia municipal, y que deber¨¢n fijarse en los correspondientes planes de ordenaci¨®n municipal?.
En el libro Cambiar Madrid, publicado en enero de 1979, el Partido Comunista propon¨ªa la posible creaci¨®n de una mancomunidad de municipios en el ¨¢rea metropolitana para contrarrestar el peso de Coplaco y la Administraci¨®n central en materia de planeamiento e incluso para si sustituci¨®n. En aquellos momentos, al no haber un pronunciamiento claro por la autonom¨ªa uniprovincial (se daba por probable la integraci¨®n de Madrid en Castilla-La Mancha), la mancomunidad ten¨ªa un papel mucho m¨¢s claro que lo podr¨ªa tener ahora. No obstante, cuando se inicia la batalla de la izquierda por la revisi¨®n del Plan, los comunistas planteamos la necesidad de un organismo de presi¨®n ante Coplaco, organismo que concret¨¢bamos en una asamblea de municipios que tendr¨ªa como funciones esenciales:
a) Hacer una declaraci¨®n pol¨ªtica en torno a la autonom¨ªa municipal y la necesidad de integrar al ¨¢rea metropolitana en el r¨¦gimen general de los Ayuntamientos.
b) Conseguir modificar el decreto que ten¨ªa Coplaco en cartera para llevar al pleno del mismo y aprobarlo mediante la mayor¨ªa mec¨¢nica que en ¨¦l tiene.
La representaci¨®n de los municipios en esa asamblea deber¨ªa ostentarla un n¨²mero determinado de concejales por cada Ayuntamiento en funci¨®n de la correlaci¨®n de fuerzas.
Sin embargo, la negociaci¨®n entre las fuerzas de izquierda, y ante todas las propuestas del PSOE, hacen variar esta propuesta inicial en un doble sentido: por un lado se propone e la estabilizaci¨®n de ese organo intermunicipal, as¨ª como la posible asunci¨®n de otras ¨¢reas que afecten al conjunto articulando distintos ¨®rganos dentro del mismo y reglamentando su actividad y por otro, se propone la creaci¨®n de un equipo t¨¦cnico propio que lleve adelante la elaboraci¨®n de las l¨ªneas generales de la revisi¨®n. Estas propuestas contribuyen de forma efectiva a estabilizar esa asamblea de municipios y son un paso imporante para quebrar las posiciones que hasta entonces manten¨ªa Coplaco. Con ello, queda constituido el consejo de municipios en la composici¨®n que en la actualidad tiene: representaci¨®n de los Ayuntamientos a trav¨¦s de los alcaldes, salvo en el Ayuntamiento de Madrid, donde figuran, adem¨¢s del alcalde, un concejal nombrado por el mismo y el concejal delegado de Urbanismo.
Sin embargo, s¨ª habr¨ªa una reflexi¨®n que hacerse de cara a la posible constituci¨®n de un organismo con entidad jur¨ªdica que sustituya al actual consejo (que no tiene cabida en el ordenamiento jur¨ªdico), ya sea mancomunidad o consorcio metropolitano. El hecho de que el actual consejo lo constituyan ¨²nicamente los alcaldes impide un trasvase real de la correlaci¨®n de fuerzas, del voto ciudadano, d¨¢ndose una deformaci¨®n que si bien no var¨ªa la relaci¨®n izquierda-derecha sustancialmente s¨ª da al PSOE una prepotencia casi absoluta de cara a la toma de decisiones que no se corresponde con la representaci¨®n general en el ¨¢rea funcional (ver cuadro adjunto)* de los dos partidos de izquierda m¨¢s importantes.
En resumen, podemos afirmar que la izquierda ha empezado a asumir deforma efectiva la direcci¨®n del urbanismo en el ¨¢rea metropolitana. Que los municipios han impuesto en la pr¨¢ctica los derechos que constitucionalmente les son reconocidos iniciando, de forma coordinada y solidaria, un proceso de largo alcance que va a modificar sustancialmente el modelo desarrollista de ciudad que hemos heredado del franquismo.
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