Marx/Rimbaud
Quiz¨¢ el ¨²nico hombre que ha pasado total, en la historia de la literatura, es Rimbaud, que decidi¨®, por delicadeza, perder su vida y mandarlo todo a tomar por retambufa, cuando descubri¨® que su caos ¨¦ra sagrado. Lo que no sab¨ªa ¨¦l es que de sus idilios con Verlaine iban a nacerle, as¨ª como un siglo m¨¢s tarde, millones de hijos pasotas que ahora trafican, si no en armas, en lo que pueden, malogrando sus vocaciones y dedicaciones, cambiando la revoluci¨®n por la aventura y dej¨¢ndose devorar por el tedio, nuevo mal del viejo siglo.Maneras de hac¨¦rselo: ir a Alemania a comprar coches viejos, de gasolina (otros combustibles no funcionan en el Tercer Mundo), conducir el trasto hasta Almer¨ªa, atravesando Europa, pasar a Melilla en barco y, desde Melilla, abrir se a las varias rep¨²blicas africanas y sovietizantes que flipan por un coche europeo, aunque sea de ¨²ltima mano. Se gana una pela larga, el trapicheo es legal y, de paso, pueden invertirse los beneficios en material fumable/inyectable, que la chorva del peque?o Rimbaud esconde en un profil¨¢ctico, ocultando asimismo el profil¨¢ctico en el lugar m¨¢s id¨®neo de su cuerpamen (no s¨¦ si este trapicheo es ya tan legal como el otro: a cierta jai se le abri¨® el pl¨¢stico dentro del organismo y muri¨® de sobredosis total, claro).
Otra manera de hac¨¦rselo: conjunto nuev¨¢olero con origen de garajes y mercados, marcha ¨¢crata a tope para alucinar a las casas de discos, que en seguida llaman a los chicos, les peinan el pelo y la protesta y les lanzan un redondo/nenuco en plan rock chico/chica. Es lo que Haro-Tecglen, en el ¨²ltimo Triunfo llama ?la dictadura dulce?. Cuando a uno le han pinchado el primer disco, lo mejor que puede hacer uno es adoptar al jefe de marketing de la grabadora como padre putativo.
M¨¢s maneras de hac¨¦rselo: ir de punk de boutique por la vida, con cinco a?os de retraso sobre el tiempo hist¨®rico de la derecha/izquierda, asustando/protegiendo a las damas del armi?o que habitan los pases de modelo y las org¨ªas/l¨¢ser. Lo que en otro sitio quedar¨ªa figur¨ªn y numerero, entre la jet queda demasiado, y entonces la jet te invita a merendar. Las carrozas metafisicas, por su parte, se lo hacen de ajedrez electr¨®nico paraj ugar contra s¨ª mismos. Se han vendido varios miles de tableros/robot en Madrid, ¨²ltimamente. El citado Haro-Tecglen tiene uno, seg¨²n me ha contado la otra noche, cenando, y ha publicado luego, en forma de bello relato. Cuando el robot le va ganando, Eduardo da la vuelta al tablero, con lo que invierte los t¨¦rminos de la partida y hace parpadear a la computadora. Despu¨¦s de todo, es lo que ha hecho la izquierda intelectual (y la factual) durante tantos a?os de ajedrez cruento contra el poder. El Lute, que con Franco era un quinqui, hoy es un modelo c¨ªvico, y la ETA, que con Franco era la guerrilla, hoy es una punta de quinquis polimilis. Haro-Tecglen y todos los intelectuales de la larga resistencia (en Espa?a, salvo vacaciones estivales y viajes Meli¨¢, o se es de la resistencia o se es nevadito), juegan hoy al ajedrez solitario, no contra un robot a plazos, no contra un cerebro programado por un ingeniero a sueldo, sino contra todo el poder at¨®mico /cibern¨¦tico, nuclear/ electr¨®nico, que teledirige el mundo. Con Franco, cuando menos, el otro jugador de ajedrez ten¨ªa rostro. Hoy nos tenemos que dejar comer cada d¨ªa un sutil alfil por un adversario sin rostro.
Antonio Garrigues/Presi se lo hace de que no hace pol¨ªtica. Paco Nieva, de teatroc¨®mic. Los crimedesa, de fiesta/ protesta. Los rojos, de 85 cumplea?os de Dolores. ?Cambiar el mundo / cambiar la vida?, pero mediante el trapicheo, la aventura, la fiesta o el ajedrez. El fen¨®meno clave es que la izquierda. mundial se ha deslizado, sin advertirlo, de Marx a Rimbaud. Reagan ignor¨¢ a los dos.
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