Eanes, un conservador partidario del consenso
Antonio dos Santos Ramalho Eanes, nacido el 25 de enero de 1935, casado, padre de dos hijos, general de Infanter¨ªa, y cat¨®lico practicante, es un conservador preocupado por la justicia social, un defensor intransigente de la ley y del orden, y un anticomunista por convicci¨®n. Asumir¨¢ el 14 de enero de 1981 la presidencia de la Rep¨²blica portuguesa por un nuevo mandato de cinco a?os.
De origen modesto en extremo se form¨® como oficial en la academia militar en 1956. Como todos los j¨®venes oficiales portugueses, combati¨® en Africa durante la guerra colonial, sirviendo en Guinea Bissau bajo las ¨®rdenes del general Antonio de Spinola, con quien sigue manteniendo v¨ªnculos.
Eanes perteneci¨® al ?ala spinolista? del ?movimiento de los capitanes?, y el golpe de Estado del 25 de abril le sorprendi¨® en Angola. Spinola le llam¨® inmediatamente a Lisboa y le coloc¨® como director de programas de la televisi¨®n.
La eventual complicidad de Eanes en el intento de golpe de Spinola del 11 de marzo de 1975 ha sido ¨²ltimamente muy comentado. En aquel entonces, Eanes dimiti¨® de todas sus funciones, hasta que una comisi¨®n investigadora dictaminara la ausencia de fundamento de las sospechas lanzadas contra ¨¦l.
Confianza de los militares
Pero la carrera pol¨ªtica de Eanes empieza, para el gran p¨²blico, en noviembre de 1975. Escogido por los militares moderados y la derecha como comandante de las operaciones militares que llevaron a la eliminaci¨®n del poder del ala izquierda radical del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), Eanes surgi¨® entonces como el hombre que impuso la disciplina a las fuerzas armadas. Jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, obtiene la confianza de la mayor¨ªa de la jerarqu¨ªa militar. Su elecci¨®n, como candidato presidencial, por tres de los grandes partidos portugueses (con excepci¨®n de los comunistas, que le acusaron p¨²blicamente de derechista) es el resultado de su posici¨®n militar.Respetando las disposiciones legales, Eanes invit¨® al Partido Socialista, entonces el m¨¢s fuerte, a formar el nuevo Gobierno, pero no escondi¨®, desde el primer momento, su desacuerdo con el Gobierno minoritario monocolor socialista.
Mario Soares nunca le perdonar¨¢ a Eanes el haber puesto voluntariamente fin a las dos tentativas de Gobierno socialista.
De acuerdo con las recomendaciones de la mayor¨ªa de los aliados occidentales de Portugal, Eanes preconiz¨® un acercamiento entre el Partido Socialista y el Partido Socialdem¨®crata (PSD). El fugaz ¨¦xito de esta t¨¢ctica y su empe?o personal en ella dieron lugar, en 1977, a lo que la izquierda llam¨® la ?contrarrevoluci¨®n legislativa?, dando el golpe final a las experiencias colectivistas en la reforma agraria y al ?poder popular? en las f¨¢bricas.
Eanes es entonces fuertemente solicitado por la derecha para que refuerce sus poderes presidenciales, aceptando el liderazgo del bloque anticomunista de la Convergencia Democr¨¢tica (PS + PSD + CDS). Su negativa dio fuerza a la resistencia del PS a esta soluci¨®n, y Sa Carneiro lanz¨® entonces la Alianza Democr¨¢tica (AD) (PSD + CDS), iniciando una violenta campa?a contra Eanes, que dividi¨® el PSD.
"Estorbo presidencial"
Aun despu¨¦s de las dos victorias mayoritarias del centro derecha, presidido por Sa Carneiro, Eanes sigui¨® en desacuerdo con esta soluci¨®n que le parec¨ªa excesivamente desequilibrada en relaci¨®n al electorado portugu¨¦s. Partiendo de la constataci¨®n de la divisi¨®n estable del electorado en dos mitades sensiblemente iguales, una de las ideas centrales del pensamiento de Eanes es que Portugal no tendr¨¢ la paz y la estabilidad pol¨ªtica y social necesaria en tiempos de crisis, sin una soluci¨®n de consenso, en que una mitad del pa¨ªs renuncie a imponer, por la fuerza si es necesario, su voluntad y sus intereses a la otra mitad.M¨¢s que un no al cambio, el resultado del domingo significa un s¨ª del electorado moderado al consenso y a la conciliaci¨®n.
Mario Soares tem¨ªa que una victoria de la tesis del bloque central favoreciese la aparici¨®n de un ?hombre fuerte?, el refuerzo de las tendencias presidencialistas en detrimento del Parlamento, y no dud¨® en favorecer la elecci¨®n del candidato de AD.
Su derrota pol¨ªtica, sim¨¦trica de la de Sa Carneiro (independientemente de la crisis que abre en la mayor¨ªa la desaparici¨®n de su incontestado l¨ªder), agrava los peligros que el secretario del PS pretend¨ªa conjurar, y por eso mismo puede favorecer, finalmente, la aproximaci¨®n de las dos mayores formaciones pol¨ªticas portuguesas: el PS y el PSD.
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