Onetti y los c¨ªrculos del infierno
Si la funci¨®n del escritor consiste en, despertar el esp¨ªritu obligando al lector a participar en la obra de creaci¨®n, Onetti cumple este requisito hasta las ¨²ltimas consecuencias. Sus novelas, o se bucean o se abandonan; no existe la posibilidad de navegar en la superficie.Despu¨¦s de leer la obra de Onetti queda la impresi¨®n de haber recorrido los siete c¨ªrculos del infierno en una especie de teatro de marionetas donde los personajes surgen y desaparecen como por arte de magia, para volver a aparecer seis cap¨ªtulos m¨¢s tarde, tres libros despu¨¦s. El punto de uni¨®n de toda la obra es una voz, la voz de Brausen, que se identifica con diferentes personajes a lo largo de varios libros para expresar una misma l¨ªnea de pensamiento. El hecho de que das brausen en alem¨¢n signifique el rugido del viento no creo que sea casual, pero tampoco es imprescindible el descubrirlo.
Como en el mundo real, en las novelas de Onetti hay cosas obvias, otras m¨¢s profundas y algunas que no llegaremos a descubrir jam¨¢s, porque lo m¨¢s v¨¢lido de ellas es precisamente que lo cerebral, el pensamiento consciente, est¨¢ sabiamente entretenido con las fuerzas ocultas que gobiernan al hombre: el mundo de los sue?os, la oscuridad del destino y el misterio del subconsciente. Todos sus libros est¨¢n inmersos en una desesperanzada filosof¨ªa existencial; puesto que el hombre no llegar¨¢ nunca a comprender para qu¨¦ vive, para qu¨¦ sufre, para qu¨¦ muere, la vida se convierte en una serie de actos sin sentido, que s¨®lo servir¨¢n para llenar el tiempo, pero que no lograr¨¢n nunca justificar la sinraz¨®n de la existencia.
Odio y venganza
En la obra de Onetti, el mundo masculino y el femenino se hallan profundamente escindidos por la desconfianza. El odio y la venganza llegan a sus cotas m¨¢s altas en la relaci¨®n hombre-mujer, son dos bandos irreconciliables que se atraen y se rechazan con la misma violencia. Hay en sus protagonistas como una desesperada necesidad de hacerse ?uno? con el otro, penetrando en el ¨²ltimo reducto de su intimidad como ¨²nico medio para alcanzar la comunicaci¨®n. Ante el fracaso de esta comuni¨®n imposible, el amor se convierte en odio y la piedad en venganza. No obstante, y a pesar de la desesperanza, siempre hay algo digno de ser salvado en el hombre, peque?as dosis de amor, m¨ªnimos gestos llenos de una gran ternura que justifican su existencia.
Onetti se hunde en las profundidades de su mundo interior como la ni?a en la soledad de la casa de campo: ?...era as¨ª; nada y yo, todo y yo?. Desde all¨ª va naciendo una historia en la que nada parece estar previamente establecido por el autor. El dinamismo de la vida surge con toda naturalidad, en medio de un aparente caos de acci¨®n y pensamiento. Aunque el lenguaje, las im¨¢genes y la concepci¨®n de la obra son sumamente personales, cada novela llega al lector ajena a cualquier tipo de manipulaci¨®n, en un ritmo que fluye espont¨¢neo en la vulgaridad de lo cotidiano, en los recuerdos, en las inc¨®gnitas, en los sue?os.
A veces, el desdoblamiento llega a tal extremo que Medina o Brausen (u Onetti, qu¨¦ m¨¢s da) sale de su ensimismamiento desconcertado, repentinamente despierto. Y ahora, ?qu¨¦...?, parece preguntarse, como si no le preocupara mostrarnos los hilos que sostienen las marionetas. ?Fabr¨ªquese la Santa Mar¨ªa que m¨¢s le guste, mienta, sue?e...?; Larsen, el nuevo L¨¢zaro, vuelve del m¨¢s al all¨¢ para invitarle a continuar por el ¨²nico camino posible para ¨¦l.
La obra de Onetti tiene grandes reminiscencias b¨ªblicas en el fondo y en la forma. ?Los que puedan entender ya lo saben; los otros no comprender¨¢n nunca?. A imagen y semejanza de Dios, Brausen crea un mundo con el poder de la palabra, en el que el mal forma parte de la esencia misma del hombre. Los hechos se cuentan de una forma distanciada y externa, los actos buenos o malos no precisan de ning¨²n tipo de justificaci¨®n ni en la biograf¨ªa del personaje, ni en su personalidad, ni en su equilibrio psicol¨®gico. No hay razones que justifiquen; y si las hay, no importan. El mal est¨¢ ah¨ª, en el coraz¨®n del hombre, formando una cadena de podredumbre irreversible. Con esta forma de narraci¨®n, Onetti logra plasmar en sus libros todo el hermetismo y el misterio de la vida.
Babelia
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