"Los ferroviarios deben decidir si incrementan su salario o aumentan la plantilla"

Renfe trata de negociar con las centrales, dentro del convenio colectivo cuya discusi¨®n se inici¨® ayer, una pol¨ªtica de personal en la que se compatibilice la moderaci¨®n en el crecimiento salarial con la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo. Seg¨²n declar¨® a EL PAIS su presidente, Alejandro Rebollo, en el viaje inaugural del nuevo tren Corail que cubre la l¨ªnea Madrid-Gij¨®n, ambos objetivos no son t¨¦rminos absolutos, por lo que el incremento de plantilla no debe impedir un crecimiento razonable de los salarios de los trabajadores de Renfe.

El porcentaje de incremento salarial, no obstante, no est¨¢ a¨²n decidido por la empresa, aunque ?esta es una alternativa que corresponde decidir a los sindicatos: en la medida que renuncien a mejorar sus salarios se podr¨¢ ampliar la plantilla?.Para la alta direcci¨®n de Renfe, el di¨¢logo con las centrales sindicales ?es el elemento indispensable para la fijaci¨®n no s¨®lo de la pol¨ªtica de personal, sino en general para el logro de los objetivos empresariales fijado por la nueva gerencia de la sociedad?.

Entre estos objetivos, en primera instancia, figura la ordenaci¨®n entre la din¨¢mica del presupuesto real de la empresa y el presupuesto oficial establecido por el Ministerio de Hacienda. En esta l¨ªnea, la coordinaci¨®n de la explotaci¨®n de la empresa, desde su car¨¢cter de servicio p¨²blico, se complementa con una especial dedicaci¨®n al mantenimiento de sus efectivos t¨¦cnicos.

Tambi¨¦n constituye un objetivo prioritario la simplificaci¨®n de los procesos administrativos y la anulaci¨®n del vac¨ªo que hoy separa a los dos grandes colectivos de la empresa: personal laboral, afectado por el convenio colectivo, y los casi 1.500 agentes excluidos del convenio y cuya integraci¨®n en el mismo tratan de forzar las centrales sindicales.

Acabar con las exclusiones

?La compenetraci¨®n de ambos colectivos?, se?ala el se?or Rebollo, ?no tiene que pasar necesariamente por la inclusi¨®n de ambos en un solo convenio. La formaci¨®n de todo el personal, la concertaci¨®n de objetivos a trav¨¦s del di¨¢logo y la carrera ferroviaria, por ejemplo, as¨ª como que ambos colectivos puedan acceder a la provisi¨®n de determinados puestos de trabajo, indistintamente, creo que aproximar¨¢n y vincular¨¢n a todos los agentes de la red. Todo eso no se puede conseguir de un d¨ªa para otro y por real decreto. Insistir en esa pr¨¢ctica, no obstante, conducir¨¢ a que ambos colectivos puedan entrar en un mismo convenio de un modo concertado y voluntario las leg¨ªtimas organizaciones representativas de ambos colectivos?.La disposici¨®n de los sindicatos en este sentido deber¨ªa ser de apertura, seg¨²n la presidencia de Renfe, especialmente por parte de aquellas organizaciones obreras que aparecen m¨¢s claramente identificables con la concienciaci¨®n profesional que que presenta el colectivo hoy excluido del convenio.

Para la presidencia de Renfe, el encuentro entre ambos colectivos constituye la bisagra que permitir¨¢ el perfecto funcionamiento de la empresa como un todo con el que se identifique la totalidad de su plantilla. La traducci¨®n pr¨¢ctica de dicha identificaci¨®n, seg¨²n Alejandro Rebollo, ?comporta un sistema participativo que no supone el gobierno de la empresa por sus empleados, ni es autogesti¨®n, ni gesti¨®n, ni tampoco confusi¨®n de responsabilidades; es el trabajo en equipo, con la adopci¨®n de decisiones a distintos niveles para crear motivaciones en quienes han de cumplir las decisiones?. El se?or Reboilo, pol¨ªticamente incluido en las filas de UCD, se declara socialdem¨®crata.

En cuanto a la pol¨ªtica gerencial, seg¨²n Alejandro Rebollo, el Plan General Ferroviario no es m¨¢s que un instrumento. ?Es preciso contar con una pol¨ªtica de transporte que acabe con la actual competencia desleal que el ferrocarril padece desde la carretera, con la pasividad del Estado, que pone al servicio del transporte de superficie una infraestructura que para Renfe representa el 60% de su d¨¦ficit?.

?Se hace preciso, pues, una adecuada pol¨ªtica tarifaria, repercutiendo en cada medio de transporte sus costes reales, o bien exoner¨¢ndolas de los costes de infraestructura. Despu¨¦s, que se deje libertad de actuaci¨®n, a cada medio para que haya la suficiente competencia como para que el servicio que se preste al viajero sea el que justamente reclama la sociedad espa?ola de hoy?.