P¨¦rez Miyares estudia el desmantelamiento del Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo
El ministro de Trabajo, F¨¦lix P¨¦rez Miyares, deber¨¢ decidir en 1981, tras la entrada en vigor de los nuevos Presupuestos Generales del Estado, el reparto de unos 20.000 millones de pesetas, correspondientes a la dotaci¨®n del Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo, encargado del fomento y mantenimiento del empleo. Debido a la importante suma y al manifiesto vac¨ªo de competencias de algunas direcciones generales se ha desencadenado una lucha interna en el Ministerio de Trabajo que puede concluir con el desmantelamiento y reparto del citado Fondo.
El proyecto de ley de presupuestos suprime la ley de Fondos de 1960, en lo que se refiere a la afectaci¨®n de recursos procedentes de impuestos. Dicha ley asignaba al Fondo Nacional de Protecci¨®n al Trabajo (FNPT) una parte de la recaudaci¨®n del impuesto de sociedades mediante u?a f¨®rmula compleja. La asignaci¨®n escapaba al control parlamentan o ya que aparec¨ªa extrapresupuestariamente en los anexos.Por otra parte, el r¨¢pido crecimiento de la cifra recaudada por el impuesto de sociedades y de las necesidades del Fondo por efecto ele la crisis econ¨®mica (aumento del paro, expedientes de, crisis, cooperativas, etc¨¦tera) hicieron pasar la dotaci¨®n del FNPT de los 950 millones de pesetas, de 1962, a los 23.000 millones, de 1979, lo que ha supuesto un apetecible incremento del 2.000%.
El crecimiento autom¨¢tico y fuerte de la dotaci¨®n y el habitual impulse, recaudatorio del Ministerio de Hacienda favorecieron el cambio de f¨®rmula, desapareciendo del anexo presupuestario e incorporando la nueva asignaci¨®n al Ministerio de Trabajo, que ser¨¢ encargado de ?transferir las dotaciones a los organismos competentes?. La pregunta que se hacen los funcionarios del FNPT es ??cu¨¢les son los organismos competentes??
Tres opciones posibles
El presupuesto de 1981 preve 19.514 millones para el servicio FNPT, del Ministerio de Trabajo. Las opciones que se barajan en fuentes del propio Ministerio son tres: el Fondo, que es la ¨²nica estructura dedicada al empleo, puede convertirse, con sus actuales funciones y personal, en organismo aut¨®nomo del Estado, al igual que el Inem (Instituto Nacional de Empleo). El Fondo continuar¨ªa dedic¨¢ndose con mayor autonom¨ªa al empleo, como lo viene haciendo el Inem con el desempleo.La segunda opci¨®n consiste en seguir como hasta ahora. Una subdirecci¨®n general, dependiente directamente del subsecretario, que cuenta con un equipo integrado de unos cien funcionarios (economistas, ingenieros, juristas y auxiliares) y dos vicesecretar¨ªas de empleo y de sociedades cooperativas y laborales.
Voracidad para sobrevivir
La tercera opci¨®n, patrocinada por los directores generales del Ministerio, que buscan con cierta voracidad competencias y fondos para justificar su propia anacr¨®nica existencia, consiste en el desmantelamiento del Fondo y el reparto de sus funcionarios, funciones y, sobre todo, su abundante presupuesto.Las direcciones generales m¨¢s afectadas por esta tercera opci¨®n, que parece ser la m¨¢s acariaciada por el ministro P¨¦rez Miyares, son las de Trabajo, Empleo y Cooperativas, dedicadas desde la desaparici¨®n de la dictadura, a tramitar expedientes de regulaci¨®n de empleo, emigraci¨®n y trabajo de extranjeros, as¨ª como convenios y conflictos colectivos.
La creaci¨®n del Consejo Econ¨®mico y Social, previsto en la Constituci¨®n y pedido reiteradamente por el PSOE, liquidar¨¢ a¨²n m¨¢s las ya exiguas competencias de arbitraje paternalista del Ministerio de Trabajo, transform¨¢ndolo en Ministerio de Empleo o disolvi¨¦ndolo.
En la trastienda de la actual lucha, desencadenada por el reparto discrecional de unos fondos importantes, aparece cada vez con m¨¢s nitidez la ?necesidad?, manifestada a EL PA?S por funcionarios de a pie, de un planteamiento general de reforma del Ministerio de Trabajo, adapt¨¢ndolo a las necesidades de una sociedad democr¨¢tica en la que el protagonismo del Estado de los tiempos de Gir¨®n sea devuelto a la sociedad, a trav¨¦s de los empresarios y sindicatos.
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