La URSS sigue manteniendo en Afganist¨¢n entre 80.000 y 100.000 soldados
Hace hoy un a?o, el 27 de diciembre de 1979, el ?golpe de Kabul?, militarmente apoyado por la Uni¨®n Sovi¨¦tica, instal¨® en la presidencia de Afganist¨¢n al comunista Babrak Karmal, hasta entonces embajador en Checoslovaquia de su antecesor, el tambi¨¦n marxista-leninista Hafizullah Amin, quien fue asesinado. En el pa¨ªs, fronterizo tambi¨¦n con Pakist¨¢n e Ir¨¢n, contin¨²an entre 80.000 y 100.000 soldados sovi¨¦ticos, a pesar de las m¨²ltiples protestas y presiones internacionales.
Un zumbido constante y no muy lejano se apoder¨® del cielo de Kabul a partir del 23 de diciembre de 1979. Los habitantes de la vieja capital afgana, totalmente cubierta por la nieve, ignoraban lo que estaba a punto de ocurrir: un acontecimiento que quedar¨¢ marcado en la Historia como el ?golpe de Kabul?.Cada ocho minutos un avi¨®n sovi¨¦tico tomaba tierra en el aeropuerto internacional, en las afueras de la ciudad. En 280 vuelos, del 23 al 27 de diciembre, llegaron a Kabul dos divisiones de elite sovi¨¦ticas, la 105 y la 306 de paracaidistas.
En un principio, los diplom¨¢ticos acreditados en Afganist¨¢n pensaron que se trataba de refuerzos destinados a luchar contra la guerrilla musulmana que dominaba las cordilleras del Norte y la frontera con Pakist¨¢n, enfrentada con los dirigentes ?marxistas-leninistas? de Kabul.
Despu¨¦s de que la monarqu¨ªa del anciano Zaher Shat fuera derrocada, el 17 de julio de 1973, por su primo Mohamed Daoud, dos dirigentes marxistas se sucedieron en el poder: Nur Mohamed Taraki y Hafizullali Amin, quien hizo asesinar a su antecesor, proclamando la ?democracia popular?: se impuso la reforma agraria y la alfabetizaci¨®n de la mujer, lo que provoc¨® m¨²ltiples manifestaciones de protesta; las c¨¢rceles se llenaron de opositores. Ejecuciones sumarias y torturas estaban a la orden del d¨ªa. Esta facci¨®n de los comunistas afganos, el Jalq (pueblo), elimin¨® f¨ªsicamente a los militantes de la facci¨®n contraria, el Parcham (bandera), cuyos dirigentes, Babrak Karmal y Anahita Ratebzad, estaban exiliados como embajadores en pa¨ªses del Este.
Llegan los sovi¨¦ticos
Y, de hecho, lo que preparaban los sovi¨¦ticos con su masiva llegada aerotransportada a Kabul era la vuelta al poder de los militantes m¨¢s promoscovitas y menos comprometedores que Hafizullah Amin y sus arnigos.
En la tarde del 27, todas las comunicaciones con el mundo exterior quedaron interrumpidas. En pleno centro de la capital, frente al restaurante Jyber, lugar de reuni¨®n de los hippies de los a?os sesenta, una enorme explosi¨®n hac¨ªa retumbar la ciudad entera. Los sovi¨¦ticos, seg¨²n numerosos testimonios, hab¨ªan volado el principal nudo de telecomunicaciones. Se aisl¨® a los fieles de Amin, a fin de que no pudieran comunicarse entre ellos, no organizar la resistencia. Se desarm¨® a los soldados afganos, y los instructores sovi¨¦ticos del diminuto Ej¨¦rcito de la Rep¨²blica Democr¨¢tica y Popular de Afganist¨¢n ne atralizaron a las tropas estacionadas en torno a la siniestra prisi¨®n de Pouli-Charki.
Babrak Karmal hace un llamamiento a la naci¨®n a trav¨¦s de Radio Praga, ciudad en la que a¨²n se encontraba el nuevo hombre fuerte de Kabul el d¨ªa 27. Los miembros de la terrible polic¨ªa pol¨ªtica de Amin (quien para entonces ya hab¨ªa encontrado la muerte) se repliegan en los jardines del Palacio del Pueblo.
La situaci¨®n queda controlada el 30 de diciembre. Los carros de combate sovi¨¦ticos T-34 y T-36 entran en acci¨®n. El Ej¨¦rcito Rojo avanza desde Tashkent, a trav¨¦s de las monta?as del norte de Afganist¨¢n. Columnas blindadas descienden hasta la frontera con Ir¨¢n. Puentes a¨¦reos sit¨²an hombres y material en los aeropuertos de Kandahar, al sur del pa¨ªs, y Kjellalabad, en la frontera con Pakist¨¢n. Entre 80.000 y 100.000 soldados sovi¨¦ticos integran el cuerpo expedicionario enviado por la URSS, y que a¨²n permanece, sin grandes cambios, en Afganist¨¢n.
El nuevo Gobierno prosovi¨¦tico de Kabul, formado oficialmente el 27 de diciembre, dice haber formulado una petici¨®n de ?ayuda amistosa a Mosc¨²?. Pero la llegada de las fuerzas sovi¨¦ticas a Kabul hab¨ªa comenzado en la tarde del 23.
Un a?o despu¨¦s, la situaci¨®n parece estancada. Para Mosc¨² no existe ?la cuesti¨®n afgana?: se trata, simplemente, de la ?problem¨¢tica creada en torno a ?fganist¨¢n? por la injerencia de los ?imperialistas norteamericanos? y los ?hegemonistas chinos?.
En el interior del pa¨ªs, los sovi¨¦ticos no han conseguido asegurar la solidez del equipo en el poder, a pesar de haber recibido en Mosc¨², con todos los honores, a Karmal. Entre otras cosas, contin¨²an las rivalidades fratricidas entre los dos grupos comunistas. En el plano militar, la resistencia contin¨²a; emboscadas y atentados se producen a diario, y la oposici¨®n distribuye en la propia capital un diario clandestino.
Mientras tanto, el Kremlin contin¨²a justificando su presencia en Afganist¨¢n por ?la guerra no declarada que los mercenarios entrenados por los imperialistas y los hegemonistas dirigen contra el Gobierno l¨¦g¨ªtimo? de Kabul.
Para Mosc¨², la soluci¨®n de la crisis creada ?en torno a Afganist¨¢n? pasa por la aceptaci¨®n por parte de Islamabad y Teher¨¢n de las propuestas lanzadas el pasado 14 de mayo por el Gobierno de Kabul, entre ellas iniciar negociaciones directas con Babrak Karmal, destinadas a reconocer el golpe del 27 de diciembre de 1979. Por el momento, ninguno de,los dos pa¨ªses fronterizos, Pakist¨¢n e Ir¨¢n, han cedido a las exigencias de la URSS.
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