Arbitro y moderador

( ... ) Como primera providencia, ha subrayado Su Majestad el concreto significado de su papel en el concierto pol¨ªtico nacional, como encarnaci¨®n de la Monarqu¨ªa. ?Arbitro y moderador del funcionamiento regular de las instituciones?, ha dicho concretamente, a?adiendo que ese cometido se orienta al logro de ?la mejor convivencia nacional?.Resultar¨ªa ingenuo -culpablemente ingenuo, adem¨¢s- ignorar que hay presiones interesadas, a la vista del desarrollo de los acontecimientos, de la escalada sin freno del terrorismo, de la crisis econ¨®mica, con el paro creciente como tr¨¢gica secuela; de la falta de autenticidad en los distintos planteamientos de la convivencia nacional, en que la Monarqu¨ªa favorezca o facilite la puesta a punto de proyectos, m¨¢s o menos ut¨®picos, en su torpeza y ausencia de imaginaci¨®n, que conllevar¨ªan hipot¨¦ticas soluciones al margen de la vigente ordenaci¨®n constitucional.

Don Juan Carlos, reconociendo con l¨²cida ponderaci¨®n los problemas de la hora actual, ha dejado clara constancia de su cometido y de su funci¨®n, respondiendo impl¨ªcitamente a esa serie de simplistas planteamientos providencialistas. Y lo ha hecho pidiendo sinceridad. Sinceridad a los pol¨ªticos, sinceridad y reflexi¨®n ?a los que tienen en sus manos la gobernaci¨®n del pa¨ªs?, a los que forman parte de las instituciones del Estado, a los partidos pol¨ªticos y ?a cuantos forman parte de esta Patria com¨²n que a todos nos interesa?. Y ha llamado la atenci¨®n, desde la responsabilidad de su alto magisterio, a quienes consideran la pol¨ªtica como un fin en s¨ª misma. ?No podemos?, ha se?alado, ?desaprovechar en in¨²tiles vaivenes, compromisos y disputas, esta voluntad de transformar y estabilizar a Espa?a que compartimos y que queremos plasmar en un ¨¢mbito nacional compacto, solidario y arm¨®nico?. ( ... )

26 de diciembre