Para el Madrid pudo haber sido peor
El Madrid obtuvo un buen resultado ante el Valladolid. No deben estar descontentos sus seguidores por el empate del domingo. Tal y como jug¨® el marcador pudo haber sido peor. Puestos a caer en el t¨®pico de la festividad del d¨ªa hay que decir que los aut¨¦nticos inocentes fueron los jugadores del Valladolid. De haber tenido alguna picard¨ªa m¨¢s en el ¨¢rea contraria, a buen seguro que habr¨ªan alcanzado m¨¢s premio que el gol de Jorge. El Valladolid no gan¨® el partido por ese respeto que la historia madridista impone a los modestos.Al Madrid no se le puede guardar el respeto de la edad y el gobierno. El Madrid actual no merece m¨¢s cortes¨ªas que cualquier otro. El que jug¨® el domingo contra el Valladolid se hizo acreedor a las chuflillas m¨¢s que a un tratamiento. Boskov ha conseguido ya que el Madrid ni siquiera pueda ganar los partidos a base de colgar balones sobre la cabeza de Santillana. Boskov ha logrado aburrir al personal mucho m¨¢s de lo que lo hizo su compatriota Miljanic. Hay momentos en los que da ganas de pedirle que se tome un descanso.
Garc¨ªa Rem¨®n cumple siempre, pero en la defensa se ha conseguido una inestabilidad inconmensurable. Benito ha jugado m¨¢s partidos de los debidos. Estaba lesionado y deb¨ªa descansar. El domingo sufri¨® las consecuencias de su improcedente alineaci¨®n. Quiz¨¢ se ha quedado en la banda para siempre. Camacho ha salido demasiadas veces del lateral izquierdo; Stielike no ha tenido continuidad como libre y cuando juega ya no sabe si quedarse atr¨¢s o ser centrocampista como siempre. Cort¨¦s juega a la izquierda o a la derecha, seg¨²n soplen los vientos, y en el centro se alternan Navajas y Sabido. Ninguno de los dos ha podido tomarle la medida al puesto. Gallego, que es centrocampista, alterna y tampoco est¨¢ centrado.
El centro del campo madridista se ha adocenado a base de centrar todo el juego en Del Bosque, que ¨²ltimamente tampoco anda fino. Delante se ha quedado solo Santillana, porque no tiene extremos. Juanito no quiere serlo y, por tanto, no es. En la izquierda, Cunningham no ha dado su aut¨¦ntica medida, justificadamente, tampoco ha tenido ocasiones suficientes para probar su aut¨¦ntica val¨ªa. Isidro el domingo fue alma en pena.
Este equipo m¨¢s mediocre por su juego que por sus resultados ha perdido toda concepci¨®n de f¨²tbol moderno. Y lo que es peor, ni siquiera tiene aquella capacidad de reacci¨®n que antes pose¨ªa. Y, adem¨¢s, da la impresi¨®n de que se ha perdido la fe en los milagritos de ¨²ltima hora. El penalti esta vez se produjo para lograr el empate. Y ganar no pudo el Madrid, porque cuando atac¨® con insistencia lo hizo a trompicones y con la obsesi¨®n del bal¨®n bombeado. El Madrid sigue jugando como hace tres a?os. Pero entonces al remate de cabeza estaban Santillana y Roberto Mart¨ªnez, que no hac¨ªan florituras, pero cazaban pelotas con frecuencia.
El domingo Fenoy se hizo con la mayor¨ªa de los balones a¨¦reos. El cancerbero del Valladolid, ¨¢gil, con buena colocaci¨®n y magn¨ªfica visi¨®n de la jugada, salvo en un par de salidas, desbarat¨® el juego raso con tanta seguridad como el alto. El Valladolid hizo lo mejor de la tarde. Gilberto fue un marcador que sac¨® el bal¨®n desde atr¨¢s con elegancia y serenidad, y Djurovic estuvo siempre acertado en quites como dir¨ªa un taurino. Pep¨ªn y S¨¢nchez Valles fueron defensas con capacidad ofensiva y los centrocampistas con un incansable batallar se impusieron a sus padres madridistas. Joaqu¨ªn y Rusky estuvieron desamparados mucho tiempo, pero alguna vez desperdiciaron el gol por falta de fe en sus posibilidades. El Valladolid fue un equipo luchador con buenos detalles y sentido del contragolpe, El Madrid fue un conjunto atropellado, lento y sin imaginaci¨®n.
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