Roger Schutz, de Taiz¨¦, denuncia ante el Papa a la sociedad que no da oportunidad a los j¨®venes
J¨®venes llegados de toda Europa han invadido Roma, en los cinco ¨²ltimos d¨ªas del a?o, para participar en el quinto encuentro ecum¨¦nico de la comunidad de Taiz¨¦. Lo primero que ha sorprendido ha sido la edad de estos muchachos cat¨®licos, ortodoxos y protestantes. La media no llegaba a veinte a?os. El grupo m¨¢s numeroso era el espa?ol, con m¨¢s de 7.000 peregrinos, tambi¨¦n hab¨ªa unos ochocientos polacos. El papa Juan Pablo II interrumpi¨® sus vacaciones en la finca de Castelgandolfo y vino en helic¨®ptero al Vaticano para celebrar con estos j¨®venes, en la bas¨ªlica de San Pedro, una liturgia de la palabra.
El espect¨¢culo era impresionante; se o¨ªa cantar en todas las lenguas. El mismo Papa tuvo que afirmar que ?era un espect¨¢culo increiblemente emocionante?. Y les habl¨® en las principales lenguas europeas: franc¨¦s, espa?ol, ingl¨¦s, portugu¨¦s, alem¨¢n y polaco. A estos j¨®venes, que en diversas entrevistas hab¨ªan declarado con desenfado que ?en Roma era dif¨ªcil rezar? y que muchos hab¨ªan ca¨ªdo en la tentaci¨®n de ?convertirse en turistas?, desertando de los actos lit¨²rgicos que se celebraban en las principales bas¨ªlicas de la capital, les dijo: ?Es necesario que rec¨¦is, pero tambi¨¦n que actu¨¦is. Actuar despu¨¦s de haber rezado, actuar mientras rez¨¢is?. Record¨¢ndoles las palabras dif¨ªciles de las bienaventuranzas, el papa Wojtyla les dijo a aquellos j¨®venes, pacifistas por vocaci¨®n, que en estos tiempos es dif¨ªcil poner en pr¨¢ctica la bienaventuranza de la mansedumbre, porque ?hace falta?, dijo, ?mucha fuerza de ¨¢nimo para luchar sin odio o sin violencia por la justicia?. Y despu¨¦s, a?adi¨®, ?humildes s¨ª, pero jam¨¢s resignados, jam¨¢s descorazonados, jam¨¢s inactivos?.El prior de la comunidad de Taiz¨¦, Roger Schutz, present¨® en un discurso a los miles de j¨®venes con estas palabras: ?Santo Padre, estos j¨®venes son generosos, responden siempre a la llamada en, favor del pr¨®jimo, muchos desear¨ªan empe?arse directamente al lado de los m¨¢s pobres, pero les faltan posibilidades, se les cierran las fronteras y el resultado es el descorazonamiento que crea en ellos pasividad y violencia?. Y a?adi¨®: ?Hemos venido a Roma buscando los caminos de la reconciliaci¨®n?.
El alma de Europa
El Papa les record¨® la funci¨®n que Roma tuvo en la evangelizaci¨®n de las nuevas naciones europeas. Seg¨²n el Papa, la cultura espiritual, ?el alma com¨²n? que se ha instaurado en toda Europa, ha quedado firme a pesar de todas las vicisitudes y puede contribuir hoy, a?adi¨® el Papa, ?a inspirar y alimentar la unidad que est¨¢ buscando hoy este continente?. Puedo testimoniar, les dijo a¨²n el Papa, que, por ejemplo, ?el cristianismo de mi patria se ha desarrollado estrechamente con la Iglesia de Roma?.
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