Descartado
El terrorismo pol¨ªtico como m¨®vil de dos atentados sufridos en pocos d¨ªas por la centenaria sala de ¨®pera Scala, de Mil¨¢n, algunas otras dudas, se abren paso. Una de ellas deriva del hecho de que desde hace dos semanas ha sido impuesta una guardia electr¨®nica que vigila la entrada de los empleados y registra su puntualidad. Los italianos se preguntan si ser¨¢ la imposici¨®n de la tarjeta magn¨¦tica lo que desat¨® la amargura de algunos de los setecientos empleados de la Scala, que tienen -como casi todos los italianos- un segundo empleo. Las c¨¢balas vienen a ra¨ªz de que el teatro fue incendiado el pasado primero de a?o y el d¨ªa 4 fuese inundado con agua. La Scala de Mil¨¢n, dicen, ya no es un s¨ªmbolo de s¨®lo para ricos.
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