La falta de ox¨ªgeno en la vivienda fue la causa de las muertes de una mujer y sus cuatro hijos
La falta de ox¨ªgeno, provocada por el mon¨®xido de carbono procedente de la combusti¨®n de un calentador de gas butano, fue la causa de la muerte de Julia Ramos, de 34 a?os, y de sus hijos Adolfo, de seis a?os; Miriam, de cuatro; Mar¨ªa Jos¨¦, de tres, y Sara, de siete meses, cuyos cad¨¢veres fueron encontrados por el marido y padre de las v¨ªctimas, Adolfo Cerca, en la madrugada del jueves, cuando regresaba de su trabajo (v¨¦ase EL PA?S de ayer). Los datos fueron revelados por las autopsias practicadas a instancias del juez de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Madrid.En t¨¦rminos forenses, este tipo de necrosis se denomina anoxia, y consiste en que la concentraci¨®n de mon¨®xido de carbono en el aire llega a unos ¨ªndices tales que pueden convertir en s¨®lo segundos la oxihemoglobina habitual en los gl¨®bulos rojos en carboxihemoglobina. Si el proceso se prolonga, la muerte sobreviene por ausencia de ox¨ªgeno a nivel celular en todo el cuerpo, envenenamiento pr¨¢cticamente imposible de corregir en su ¨²ltima fase.
Como explicaba a EL PA?S Esteban Vallejo, subdirector del Instituto de Toxicolog¨ªa de Madrid, llega un momento en que los miembros se paralizan pr¨¢cticamente de repente, se llega al desmayo y se entra de inmediato en estado de coma. ?Lo malo de este proceso es que no hay s¨ªntomas previos. Unicamente se detecta un dolor de cabeza de distinta intensidad, seg¨²n los casos. A la gente no le puede pasar por la cabeza que pueda tener este origen?, agreg¨®. Seg¨²n diversos doctores, y especialistas, la muerte es fulminante (y en el caso de estos cinco fallecimientos explica todos los interrogantes, suscitados) y es parecida a la que sufren algunos mineros o poceros.
No exist¨ªa rejilla de seguridad
En el caso del accidente citado se descarta la hip¨®tesis de que la muerte fuera producida por emanaciones de gas, toda vez que segu¨ªa encendida la llama-piloto del calentador. Sin embargo, se dio el agravante de que no exist¨ªa en la casa la rejilla o fuga de aire obligatoria para la expulsi¨®n de posibles gases resultantes de la cumbusti¨®n del gas, en este caso butano, y de que la casa pose¨ªa burletes de cierre herm¨¦tico de puertas y ventanas. La combusti¨®n de gas produce residuos de agua (resultado de la combinaci¨®n del hidr¨®geno con el ox¨ªgeno) y ¨®xidos de carbono, esencialmente mon¨®xido de carbono y anh¨ªdrido carb¨®nico. El vapor de agua no presenta peligro alguno, el anh¨ªdrido carb¨®nico es un gas inerte, y el mon¨®xido de carbono es un gas venenoso.Actualmente, seg¨²n una orden del Ministerio de Industria de 1974, se especifica que todas las instalaciones de gas tienen que tener una rejilla comunicada con el exterior a la altura del suelo o del techo, seg¨²n sean gases m¨¢s o menos pesados que el aire. En el caso de gas butano o gas ciudad son gases m¨¢s pesados que el aire, y, por tanto, las rejillas deben de estar situadas pr¨®ximas al suelo. La misma orden ministerial especifica que cada cuatro a?os se debe proceder a una revisi¨®n de la instalaci¨®n, y que la goma de conducci¨®n del gas hasta las cocinas u otros electrodom¨¦sticos deben de ser reemplazadas en la fecha de su caducidad, que viene marcada en las mismas gomas.
En opini¨®n de t¨¦cnicos cualificados, estas especificaciones de la orden ministerial apenas se cumplen y suele ser milagroso que no se produzcan accidentes con mayor frecuencia. Las mismas fuentes se?alaron que es frecuente que en domicilios se reemplace la goma de conducci¨®n antes citada por gomas de pl¨¢stico convencionales, lo que es notablemente perjudicial a la larga, debido a su mayor deterioro y a su m¨¢s corta duraci¨®n. Indicaron igualmente la conveniencia de que todas las bombonas de gas y todos los calentadores dom¨¦sticos est¨¦n equipados de un moderno dispositivo de seguridad, que funciona autom¨¢ticamente en caso de un escape de gas o de un posible apag¨®n de la llama del calentador.
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