El proteccionismo de la patronal obstaculizar¨¢ el ingreso en el Mercado Com¨²n
El ingreso de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) constituye para los empresarios espa?oles afiliados a la CEOE una posibilidad que exige un ?precio?, traducido en las necesarias concesiones de la econom¨ªa espa?ola para su integraci¨®n en la econom¨ªa comunitaria. Partiendo de este principio, el patronato espa?ol ha elaborado un documento que califica como ?planteamientos de base para una adhesi¨®n posible? que, por su contenido proteccionista, comportar¨¢ graves dificultades a los negociadores espa?oles ante la Comunidad.
De otra parte, en cuanto los plazos para la negociaci¨®n, medios comunitarios han se?alado a EL PAIS que, en la actualidad, ?nadie puede fijar una fecha concreta, dada la propia situaci¨®n interna de la Comunidad, que atraviesa por una dura crisis como consecuencia principalmente, de las dificultades que encuentra la renovaci¨®n de la pol¨ªtica agr¨ªcola comunitaria?.
Para los negociadores espa?oles, sin embargo, seg¨²n un portavoz del Ministerio para las Relaciones con la CEE, no hay cambios sobre las fechas ya anunciadas, ?s¨ª bien los problemas internos de los comunitarios pueden hacer que se dilate en alguna medida la prevista integraci¨®n para 1983?.
Las exigencias proteccionistas contenidas en el documento sobre la negociaci¨®n elaborado por la CEOE -ya aprobado por su comit¨¦ ejecutivo y en estudio por su junta directiva para su inmediata presentaci¨®n p¨²blica- pueden suponer un grave contratiempo para los negociadores oficiales, si bien en el palacio de la Trinidad, sede del Ministerio para las Relaciones con la CEE, se tiene el firme prop¨®sito de ?continuar avanzando t¨¦cnicamente sobre los temas comunitarios que no afectan a los problemas internos de los diez?.
En este sentido, seg¨²n un portavoz del citado ministerio, una vez que haya transcurrido el primer semestre del presente a?o, la comisi¨®n presente al Consejo de Ministros de la CEE su documento sobre la pol¨ªtica agr¨ªcola comunitaria, los interlocutores europeos estar¨¢n en condiciones de negociar con Espa?a el tema agr¨ªcola para dejarlo a punto de su aprobaci¨®n en el verano de 1982. A partir de esta fecha, en el plazo de poco m¨¢s de un a?o los respectivos parlamentos nacionales ratificar¨¢n el acuerdo global, y la adhesi¨®n se puede producir en 1984.
Estas previsiones, que ir¨ªan en l¨ªnea con lo manifestado por el nuevo presidente de la Comisi¨®n, Gaston Thorn, cuando en su reciente toma de posesi¨®n manifest¨® el deseo de que Espa?a y Portugal ingresaran en la Comunidad durante su mandato -que expira en enero de 1985-, no coinciden con las precauciones de la patronal espa?ola, para quien el principal escollo en la negociaci¨®n vendr¨ªa de parte francesa, y no s¨®lo por el aspecto econ¨®mico de la integraci¨®n espa?ola.
Medios empresariales creen ver en la postura francesa una cierta aversi¨®n casi visceral respecto a Espa?a, ?que vendr¨ªa determinada por el temor a importar, con ?a adhesi¨®n de nuestro pa¨ªs, el problema auton¨®mico?.
A este respecto, medios comunitarios consultados por EL PAIS no parecen decididos a desmentir esta posibilidad -?entre otras razones, porque se trata de un planteamiento individual de un pa¨ªs miembro?-, si bien aseguran que la negociaci¨®n con Espa?a no ser¨¢ nunca ?un tema de la exclusiva dependencia francesa?, como tambi¨¦n temen los referidos medios empresariales espa?oles.
En este sentido, en la Comunidad se se?ala a este peri¨®dico que en la nueva Comisi¨®n la representaci¨®n francesa ha perdido una cierta presencia en el tema mediterr¨¢neo al dejar Cheison la Comisar¨ªa de Temas Mediterr¨¢neos en beneficio del cristianodem¨®crata italiano Lorenzo Natali, que de esta manera globaliza la situaci¨®n de Espa?a y Portugal en el contexto de los pa¨ªses mediterr¨¢neos.
No obstante, se reconoce que las dificultades galas podr¨ªan venir a la hora de que el Parlamento franc¨¦s tenga que ratificar el acuerdo comunitario con Espa?a, ?pues entonces podr¨ªan renovarse los planteamientos personales de Giscard d'Estaing, aunque en cualquier caso, todo depender¨¢ de la configuraci¨®n que para entonces tenga la C¨¢mara francesa?.
De otra parte, los mismos medios comunitarios se?alan que, al margen de actitudes que incluso pueden ser calificadas de electoralistas, ?lo cierto es que Francia podr¨ªa suavizar su postura por la confluencia de intereses econ¨®micos con Espa?a, dadas las inversiones de capitales procedentes del Pa¨ªs Vasco y Catalu?a que se est¨¢n registrando en aquel pa¨ªs?.
Esta nueva circunstancia podr¨ªa influir, de hecho, en la negociaci¨®n con la Comunidad, al menos en t¨¦rminos bajo mesa, pues como se reconoce en la propia Trinidad, ?todo lo que sea acrecentar los intereses comunes contribuye a suavizar las posturas en cualquier confrontaci¨®n?.
Con todo, en medios comunitarios, el mayor obst¨¢culo a la integraci¨®n espa?ola por lo que se refiere al calendario deseado por el Gobierno espa?ol se centra en la definici¨®n comunitaria de su propia pol¨ªtica agraria. Sobre este tema, que sin duda plantea las mayores dificultades para Espa?a, los citados medios consideran positiva la elecci¨®n, ayer mismo, del ministro dan¨¦s de Agricultura, Paul Dalsager, para sustituir al recientemente fallecido Gundelach.
?La continuidad de la labor que ven¨ªa desarrollando Gundelach parece que caracterizar¨¢ el mandato de Dalsager?, se se?ala en medios comunitarios, ?aunque la negociaci¨®n que se llevaba con Espa?a puede sufrir alg¨²n nuevo retraso burocr¨¢tico?.
Los negociadores espa?oles, mientras tanto, se mantienen decididos a sostener el calendario establecido para la negociaci¨®n, aunque admiten que, como el propio Gaston Thorn reconoci¨® en su toma de posesi¨®n al frente de la comisi¨®n, ?es muy optimista?. Por lo que se refiere a la postura francesa, la posici¨®n oficial espa?ola es de ignorar las declaraciones de Giscard d'Estaing cuando se mostr¨® partidario de aplazar nuestra negociaci¨®n, hasta el extremo de que ?no ha habido bloqueo ni obst¨¢culo oficial alguno por parte del Consejo, que es con quien tenemos que negociar, como consecuencia de lo manifestado por Francia, aunque es cierto que el Consejo ha considerado bastante l¨®gica la posici¨®n gala, aunque con matizaciones?.
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