El acuerdo EE UU-Ir¨¢n

(...) Centro de una violenta batalla por el poder en Teher¨¢n, el asunto de los rehenes ha acrecentado la anarqu¨ªa econ¨®mica y suscitado una reprobaci¨®n internacional que han persuadido a Irak que hab¨ªa llegado el momento de atacar a su vecino en dificultades. Bagdad cre¨ªa poder solucionar cuentas milenarias y recuperar sus derechos sobre Chatt-El Arab, que el presidente Saddam Hussein hab¨ªa debido conceder a Chad en 1975, cuando se encontraba el mismo en lucha contra los rebeldes turcos.Contrariamente a las esperanzas de Bagdad, lista agresi¨®n, que beneficiaba al principio de las simpat¨ªas de la oposici¨®n iran¨ª, no ha debilitado la posici¨®n del im¨¢n Jomeini. (...)

La elecci¨®n de Reagan a la Casa Blanca ha dado el ¨²ltimo golpe, pues los negociadores iran¨ªes saben muy bien que con el acuerdo ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil de realizar.

La liberaci¨®n de los rehenes abre la puerta a una mejor¨ªa de las relaciones entre Teher¨¢n y Washington, pero ser¨ªa vano creer, como acaba de recordarlo Harold Brown, secretario americano de la Defensa, que va a provocar una reconciliaci¨®n inmediata; los rencores son vivos de una parte y de otra. ( ... )