Brabender, 35 a?os, cinco operaciones y la afici¨®n de siempre
El Real Madrid est¨¢ casi desahuciado de la Liga y de la Copa de Europa. Wayne Brabender est¨¢, tras sufrir una intervenci¨®n quir¨²rgica, en la cl¨ªnica San Camilo. Son dos noticias que deben ir ¨ªntimamente unidas. Las horas bajas del equipo suelen coincidir con las lesiones del alero internacional que en trece a?os ha entrado cinco veces en el quir¨®fano. Brabender tiene 35 a?os, pero en su cabeza no hay otra idea que la de reaparecer y seguir s¨®lo algunas temporadas m¨¢s. En t¨¦rminos m¨¦dicos tiene una esteopat¨ªa en el pubis y rotura del m¨²sculo oblicuo mayor abdominal en el lado izquierdo. En t¨¦rminos baloncest¨ªsticos. Brabender es toda una instituci¨®n.
Wayne Brabender Cole naci¨® el 15 de octubre de 1945, en Montevideo (Minnesota), y lleg¨® a Espa?a el 26 de agosto de 1967. ?Me trajo Ferr¨¢ndiz, que fue a Estados Unidos, y algo debi¨® de ver en m¨ª, que aqu¨ª estoy?. Desde entonces pertenece al Real. Madrid. Raimundo Saporta se encarg¨® de nacionalizarle y el 28 de octubre de 1968 adquir¨ªa el pasaporte espa?ol. ?Vine para sustituir a McIntire y jugar s¨®lo la Copa de Europa?. Su primer partido internacional lo jug¨® el 10 de mayo de 1969, en Badalona, frente a Cuba (93-53), y ¨¦l s¨®lo hizo dos puntos. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde jug¨® el segundo, en Matar¨®, correspondiente al preeuropeo de? Campeonato de Europa, que se disput¨® en septiembre en N¨¢poles. Fue ante Suiza (93-52). Hizo 20 puntos. El d¨ªa 15, a los 45 segundos de empezar el partido contra B¨¦lgica ca¨ªa lesionado por primera vez.
Primera intervenci¨®n quir¨²rgica
El 22 de mayo entraba en el quir¨®fano. L¨®pez Quiles se enfrentaba con los meniscos y los ligamentos cruzados de Wayne. La lesi¨®n era muy grave. Nadie y apostaba porque Brabender volviera a jugar. Estuvo un a?o en blanco; en medio de un sinf¨ªn de dudas, ese hombre de Minnesota que se cas¨® con una mujer de Tafalla y que encontr¨® su sitio en Espa?a, ?hizo un curso? que sirvi¨® de ejemplo para todos los deportistas. A las pocas horas de casarse con Mayte en la localidad navarra (29 de junio de 1969) sal¨ªa hacia Madrid para no interrumpir sus ejercicios de recuperaci¨®n. Fue consciente, supo esperar y volvi¨® a ser Brabender.
?Mi afici¨®n?, manifest¨® Brabender a EL PAIS, ?es lo que permite que a los 35 a?os pueda seguir en la brecha, a pesar de las lesiones y el paso por los quir¨®fanos. Me gusta mucho jugar y para poder hacerlo soy capaz de cualquier sacrificio. Adem¨¢s he tenido la suerte de encontrar a dos hombres, como L¨®pez Quiles y Eduardo Pedraza, que me permiten seguir. Gracias a ellos estoy jugando. Estoy profundamente agradecido a los dos. Uno en el quir¨®fano y otro en la recuperaci¨®n me han sacado siempre adelante?.
Pedraza y Quiles, protagonistas
Hay que apuntar que, pese a que Eduardo Pedraza ya no pertenece al club, Brabender ha pedido que sea ¨¦l quien tambi¨¦n en esta ocasi¨®n se ocupe de la recuperaci¨®n de esta nueva lesi¨®n. ?Adem¨¢s, como he estado mucho tiempo?, como en otras ocasiones, ?jugando lesionado, cuando vuelva lo har¨¦ mucho mejor. Seguro. Ni he pensado en la retirada ni tengo tope de edad. No s¨¦ exactamente cu¨¢ntas, pero algunas temporadas m¨¢s s¨ª que pienso jugar. Hasta que vea que no puedo m¨¢s, porque no quiero arrastrarme por las canchas, pero tengo mucha confianza en que puedo seguir bastante tiempo?.
Brabender lo dice convencido. Est¨¢ seguro de s¨ª mismo. No piensa en absoluto que su ¨²ltimo partido internacional vaya a ser el que le enfrent¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en los ¨²ltimos Juegos Ol¨ªmpicos, el 30 de julio del pasado a?o, y en el que perdi¨® Espa?a por 117-94. No admite que le digan que para ¨¦l ha terminado la temporada. Permanece impasible ante la adversidad y su fe no tiene l¨ªmites. La esperanza tambi¨¦n es buena compa?era suya. Piensa enjugar la Copa y estar a punto para la selecci¨®n. No entra en su cabeza dejar de jugar al baloncesto.
Wayne Brabender es un hombre introvertido y, seg¨²n confiesa, muy feliz. Tiene dos hijos: Davis (diez a?os) y Paloma (seis). Visti¨® la camiseta nacional en 164 ocasiones y quiz¨¢ ello tenga mucho que ver en que se sienta m¨¢s identificado con Tafalla -?es un pueblo muy bonito, en el que me encuentro muy a gusto el poco tiempo que puedo estar all¨ª?-, donde naci¨® Mayte, su mujer, que con Montevideo. De ah¨ª que para ¨¦l la selecci¨®n sea como una guinda que adorna el gran pastel que su trayectoria deportiva ha supuesto en Espa?a. Es el no va m¨¢s, seg¨²n ¨¦l mismo dice. Un gran premio a un continuo esfuerzo.
Brabender insiste una y otra vez en que es apol¨ªtico. No le gusta que el deporte se mezcle con la pol¨ªtica, pero sabe que es inevitable. Sin embargo, vota en las elecciones porque piensa que cumple como ciudadano: ?No es votar a un partido, es dar un voto de confianza a alguien, porque alguien tiene que gobernar; pero no estoy identificado con la derecha ni con la izquierda. Tampoco me satisface el centro. Ya te digo: alguien tiene que mandar, y...?. El modelo de sociedad que le gusta es la democracia. ?No me considero capacitado para opinar sobre la dimisi¨®n de Su¨¢rez ni para enjuiciar su gesti¨®n. La medida me preocupa porque todos los espa?oles nos veremos afectados de una u otra manera en el tema. ?Religi¨®n? Prefiero que ponga simplemente que creo en Dios?.
Un hombre hogare?o y consecuente
Si es dif¨ªcil que Brabender falle una suspensi¨®n, m¨¢s lo es a¨²n cogerle en un renuncio. Es hombre consecuente. Por ejemplo, su hobby es estar mucho tiempo en casa, y, por otro lado, opina que la familia es casi todo para ¨¦l, algo important¨ªsimo. Dice que el Real Madrid es una gran entidad, donde ha podido ser ¨²til como jugador y como persona. D¨ªaz-Miguel, su seleccionador de siempre, es ?el hombre m¨¢s preparado para ocupar ese cargo?, y Pedro Ferr¨¢ndiz ?cre¨® una escuela de la que yo fui uno de los alumnos. Pese a que hace tiempo que se march¨® del equipo, sigue siendo mi amigo?. De Lolo Sainz dice que renov¨® ideas y los sistemas de entendimiento en el equipo. No quiere dar nombres de compa?eros ni amigos. ?Tengo muchos y buenos compa?eros, y no s¨¦ si muchos, pero s¨ª buenos amigos?.
A Brabender hay que sacarle las palabras casi con sacacorchos, pero a la hora de hablar de Mayte fue expl¨ªcito y concreto: ?Es mi mujer, mi compa?era, y me ayuda mucho. Siempre me ha proporcionado todo lo que he deseado?. Le preocupa el futuro, pero no constituye una obsesi¨®n porque ?tengo fe y confianza en m¨ª mismo y s¨¦ que de una u otra manera sacar¨¦ todo adelante. ?Una aspiraci¨®n? Llegar a ser un buen jugador de baloncesto y despu¨¦s ayudar al deporte en general y al baloncesto en particular?.
Wayne Brabender no tiene dudas: ?La mayor satisfacci¨®n de mi vida es haber sido y ser jugador de baloncesto. Siempre lo so?¨¦?.
Sus operaciones quir¨²rgicas
1969. Rotura de los dos meniscos y los ligamentos cruzados.
1976. Rotura de los ligamentos del dedo pulgar de la mano derecha.
1978. Operaci¨®n en el tend¨®n del dedo me?ique de la mano izquierda.
1979. Lesi¨®n en la cola del astr¨¢galo.
1981. Osteopat¨ªa del pubis y rotura del m¨²sculo oblicuo mayor abdominal del lado izquierdo.
A los diecisiete a?os sufri¨® en el colegio una fractura de cr¨¢neo. En la mayor¨ªa de los casos jug¨® y soport¨® la lesi¨®n hasta terminar la temporada. Para Brabender, jugar lesionado es casi algo habitual.
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