?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa!
Nadie es completamente inocente tras el derroche de est¨¦ril pirotecnia de la pasada madrugada. No se entienden, en primer lugar, las acaloradas prisas para nombrar sucesor -acto delicado, todo un encaje de bolillos- convocando a la ejecutiva, una vez m¨¢s, al socaire de las sombras nocturnas. El ya ex presidente Su¨¢rez y sus fieles siguen sin darse cuenta de que, como dice Mart¨ªn Villa, estas cosas tan serias hay que resolverlas ?en horas laborables?.S¨®lo la pretensi¨®n de perpetuar el suarismo sin Su¨¢rez por el aplastante procedimiento de los hechos consumados explica la dr¨¢stica yugulaci¨®n del imprescindible debate previo a la nominaci¨®n. Cualquiera dir¨ªa, a juzgar por el automatismo que se intentaba introducir, que hubiera sido un soplo cardiaco o un accidente de tr¨¢fico el que alej¨® a Su¨¢rez de su solio.
Pero tampoco se entiende demasiado bien la abstenci¨®n de Landelino Lavilla a la hora de nominar a Leopoldo Calvo Sotelo si, como aseguran c¨ªrculos monclovitas, llevaba ya varios d¨ªas en el ?ajo? de la operaci¨®n. No es, por otra parte, levant¨¢ndose de los sitios -tal y como hicieron, cual j¨®venes airados, los restantes dirigentes cr¨ªticos- como se resuelven los problemas en momentos tan delicados como ¨¦ste.
Nos parece inaceptable el cuchicheo que empieza a circular en el sentido de que Calvo Sotelo est¨¦ ya quemado como aspirante a la Presidencia. No anda el pa¨ªs tan sobrado de pol¨ªticos de primera fila como para permitirse el lujo de aniquilarlos en una impresentable noche p¨¢nica.
Calvo Sotelo es un digno aspirante a la Jefatura del Gobierno, e incluso cabe decir que est¨¢ capacitado para relanzar al pa¨ªs hacia la esperanza. Para ello es imprescindible, sin embargo, que con Su¨¢rez fenezcan tambi¨¦n los aspectos menos decorosos de su manera de plantear el ejercicio del poder. Es sobre esta base renovadora sobre la que Calvo Sotelo puede dejar de ser el candidato de un sector de UCD para convertirse en el de todo el partido.
31 de enero
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