La creaci¨®n de moda, salida inmediata a la crisis de la industria textil
La creaci¨®n de moda con sello espa?ol y la inversi¨®n de fuertes sumas de dinero en algo tan et¨¦reo como el concepto intangible -promoci¨®n de art¨ªculos, de dise?o y de imagen- parece confirmarse como la salida a la crisis de la industria textil espa?ola. Alineado a ello figura un plan de reconversi¨®n tecnol¨®gica y laboral que adecue los costes estructurales del sector y lo impulse a tomar posiciones en ese segmento del mercado, a caballo entre la producci¨®n de grandes series y de productos a bajo coste. Las p¨¦rdidas de puestos de trabajo y la desaparici¨®n de empresas deben favorecer, en conjunto, una mayor versatilidad en la producci¨®n, de tal manera que ¨¦sta se adecue a la demanda del mercado. En estas condiciones, los industriales textiles aseguran no temer el resto de la integraci¨®n en, la CEE y el del propio futuro del sector.
La industria textil espa?ola no teme -son palabras de cualificados dirigentes empresariales- el reto que supone la incorporaci¨®n al mercado de la Comunidad Econ¨®mica Europea, sus efectos directos -continuar el proceso de liberalizaci¨®n de la econom¨ªa- y el respeto obligado a los acuerdos firmados con terceros pa¨ªses. Pero el textil se pregunta si la Administraci¨®n tiene fe en el sector, en su viabilidad y en sus posibilidades de futuro.Para integrarse en el flujo de la CEE, el principal cliente del textil espa?ol (51% de las exportaciones) y el proveedor m¨¢s importante (43% de las importaciones), el sector est¨¢ convencido de que debe proceder a su reconversi¨®n,
En los pa¨ªses comunitarios existen unos objetivos definidos en pol¨ªtica de industria textil: promover las exportaciones, valorar los aspectos tecnol¨®gicos, coordinar las ayudas financieras comunitarias, velar por el mantenimiento de la competencia y mejorar la informaci¨®n econ¨®mica y comercial. Todo ello en funci¨®n de una eleva da productividad y especializaci¨®n en art¨ªculos de moda y tecnolog¨ªas avanzadas.
En Espa?a estos objetivos a¨²n no est¨¢n claramente definidos, aunque se intuyan. El textil espa?ol hace s¨®lo dos a?os (merced al Consejo Intertextil) que se encuentra agrupado. Su tradicional atomizaci¨®n y defensa particular de los propios intereses es la causa probable de la ausencia de decisiones sectoriales y presiones a nivel de Administraci¨®n que hasta la fecha le ha caracterizado.
La reconversi¨®n que se vislumbra para este sector en nuestro pa¨ªs pasa por una modernizaci¨®n tecnol¨®gica que le acerque a unos grados de competitividad mayores y a unas primeras calidades. A nivel internacional, Espa?a perdi¨® el tren -mediados los setenta- de los procesos t¨¦cnicos vanguardistas que se generaron en Estados Unidos y la CEE, fundamentalmente. Asimismo, la presencia en los mercados mundiales de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo con mano de obra barata y productos a bajo precio desarbol¨® parte de la producci¨®n interior.
El nivel que ocupa el textil espa?ol es, portanto, intermedio entre ambos. ?Hacia d¨®nde debe dirigirsie? Parece haber acuerdo un¨¢nime al escoger el primer escal¨®n, aquel que basa su competitividad en la calidad del producto y la innovaci¨®n del dise?o, es decir, el segmento creador de moda.
El bien morir
Para realizarlo, el primer paso es el acceso a una financiaci¨®n adecuada de la nueva maquinaria. Hay quien dice que el 40% de la maquinaria actual se podr¨ªa tirar. Y la t¨¦cnica moderna es cara y hay que buscarla en el mercado suizo y alem¨¢n, fundariaentalmente. Pero la importaci¨®n de los nuevos telares, etc¨¦tera, sufre unas importantes cargas arancelarias y la compra en Espa?a est¨¢ acogida a una financiaci¨®n (cinco a?os) desventajosa para la industria en comparaci¨®n con otros pa¨ªses (en Jap¨®n las condiciones. son once a?os y bajo inter¨¦s y en la CEE siete a?os y bajo inter¨¦s).
En los c¨ªrculos textiles existe una conciencia clara de que la industria, a pesar de la reconversi¨®n, no puede mantener la misma estructura que en la actualidad. Todo apunta hacia, un modelo de producci¨®n en horizontal, es decir; especializado en un proceso. Esta idea inicial deja entrever que ser¨¢n bastantes las empresas que deber¨¢n desaparecer, por su escasa flexibilidad, lo que ya ocurri¨® en la reestructuraci¨®n del sector lana, seda y algod¨®n, en.el que se financi¨® con el 3% de la producci¨®n el ?bien morir? de algunas sociedades y el desempleo de 24.000 trabajadores. El Consejo Intertextil, de momento, no se pronunci¨¢en este sentido.
La industria textil es desde hace una d¨¦cada recesiva en mano de obra. Las m¨¢quinas desplazan numerosos puestos de trabajo y cualquier plan de reconversi¨®n lleva aparejado este dram¨¢tico hecho. Aunque no est¨¢ cuantificada la segura p¨¦rdida de puestos de trabajo, los industriales del sector y las centrales sindicales sit¨²an en los 40.000 la cifra de trabajadores que perder¨¢n su trabajo. En este cap¨ªtulo ambas partes mantienen un criterio com¨²n previo -la jubilaci¨®n anticipada- y serias divergencias. Por la estructura laboral de las plantillas la jubilaci¨®n anticipada podr¨ªa afectar a 30.000 personas, seg¨²n los industriales, y 20.000 seg¨²n los sindicatos, cifra que reducir¨ªa en gran parte los efectos negativos de la reconversi¨®n.
Las divergencias entre parte empresarial y laboral estriban en que los sindicatos quieren estar presentes en todas las comisiones que se nombren para seguir la puesta en marcha del futuro plan de reconversi¨®n y exigen participar en la administraci¨®n de las subvenciones -dinero p¨²blico- que se realicen. La patronal, en estos cap¨ªtulos, mantiene una postura contraria.
El vag¨®n impulsor
Cu¨¢l deba ser el subsector que acceda a la parte m¨¢s sustanciosa de las posibles subvenciones es otro de los temas que ahora discute el Consejo Intertextil. Hay opiniones que apuntan que los subsectores que realizan los primeros procesos deben ser los que empujen a los dem¨¢s. La corriente, sin embargo, m¨¢s fuerte es aquella que piensa en la confecci¨®n -¨²ltimo de los procesos- como la indicada para que tire del ?tren textil?.
Esto se argumenta a partir del ejemplo italiano -?que ha industrializado su artesan¨ªa?- y de la propia realidad espa?ola. El textil nacional parece avocado a ese segmento del mercado intermedio entre la producci¨®n de grandes series -caso de Estados Unidos- y la producci¨®n con costes baratos, caso Corea, por ejemplo. En ese segmento el desarrollo industrial est¨¢ en funci¨®n del incremento de la imagen de ?moda espa?ola?.
En un proyecto de plan de reconversi¨®n presentado por la industria textil a la Administraci¨®n se solicitaban 10.000 millones de pesetas para intangibles. Esto significa destinar una importante cifra a la promoci¨®n y creaci¨®n de art¨ªculos con sello espa?ol al estilo franc¨¦s o el italiano. Estos productos finales, que introducen una diferenciaci¨®n respecto a los dem¨¢s, y exigen una pol¨ªtica de marcas y redes comerciales comunes, est¨¢n llamados a ser los ¨²nicos que releguen a segundo t¨¦rmino a aquellos que se venden en funci¨®n de su bajo precio y los ¨²nicos, en definitiva, que a¨²pen el entretejido de la industria textil espa?ola.
Junto a este cap¨ªtulo de intangibles se podr¨ªan alinear una serie de condiciones b¨¢sicas (que ser¨¢n presentadas en breve en una interpelaci¨®n parlamentaria) para acceder al plan de reconversi¨®n: fomentar la expansi¨®n del comercio y prevenirlo de los tr¨¢ficos indirectos, coordinar y potenciar los mercados exteriores, procurar la formaci¨®n de especialistas, dotar y coordinar los centros de investigaci¨®n y tecnolog¨ªa, mejorar las patentes, proceder al reciclaje de los trabajadores y coordinar las ense?anzas textiles a todos los niveles.
En el ¨¢mbito estrictamente laboral la industria textil demanda, con objeto de adecuar los costes estructurales, la implantaci¨®n del cuarto turno para optimizar las capacidades productivas y la declaraci¨®n de industria de temporada para paliar los efectos negativos de las fluctuaciones de la demanda.
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