La existencia de "monstruos dobles" puede cuestionar la ilicitud moral del aborto
La publicaci¨®n de la foto-noticia de una ni?a b¨²lgara con dos cabezas (v¨¦ase EL PAIS del 29 de enero) ha hecho llegar a nuestra Redacci¨®n la separata de una publicaci¨®n, Anales del Desarrollo (Granada, 1965), en la que un grupo de m¨¦dicos espa?oles describe un caso de monstruo doble derodimo, como se denomina al organismo que nace con dos cabezas y dos sistemas nerviosos, pero con un solo cuerpo. Estos monstruos dobles son poco frecuentes, ya que aparece uno por cada 50.000 nacimientos; de ellos, por otra parte, s¨®lo un 22% presenta dos brazos y dos piernas, con dos cabezas y doble sistema nervioso.
En declaraciones a EL PAIS, el doctor Santiago Benito-Arranz, ex catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa y Psicolog¨ªa M¨¦dica y coautor de dicha publicaci¨®n de Granada, en 1965, se plante¨® la duda de si esta morfolog¨ªa da lugar a una o dos almas en el mismo cuerpo. El doctor Benito-Arranz coment¨® igualmente que existe un cierto tiempo a partir de la concepci¨®n en el que el embri¨®n humano a¨²n no se sabe si va a ser uno, dos o ninguno, es decir, que hay unos d¨ªas en los que el embri¨®n es poco o nada humano. Esto, en concepto religioso, significar¨ªa que no se puede aventurar la existencia en un ser humano en gestaci¨®n hasta quince o veinte d¨ªas despu¨¦s de la concepci¨®n. En todo caso, a juicio del doctor Benito-Arranz, la existencia de una etapa del desarrollo del embri¨®n en la que no se puede decir qu¨¦ es lo que va a dar de s¨ª abre la puerta a la posibilidad de un aborto moralmente aceptable durante ese per¨ªodo.En los departamentos de anatom¨ªa, y sobre todo de embriolog¨ªa y teratolog¨ªa, de diversas facultades de Medicina se nos ha informado de la existencia de monstruos dobles en diversos lugares del mundo, habiendo sobrevivido algunos de ellos hasta quince a?os; se cita incluso el caso de una mujer con dos cabezas y un solo cuerpo que se exhib¨ªa en un circo norteamericano a principios de siglo. El n¨²mero, realizado durante a?os, consist¨ªa en un di¨¢logo entre las dos cabezas de un mismo cuerpo.
Los aspectos religiosos del tema no carecen de importancia. En efecto, la posibilidad de que el alma, en el m¨¢s puro sentido escol¨¢stico, no llegue hasta el embri¨®n humano en el mismo momento de la concepci¨®n, sino un cierto tiempo despu¨¦s, obliga a replantear todos los temas morales que suscita la problem¨¢tica del aborto, por ejemplo, no ya desde puntos de vista biol¨®gicos o m¨¦dicos, sino incluso desde la moral cristiana.
Al parecer, los te¨®logos y moralistas modernos rechazan en la actualidad la concepci¨®n dual del cuerpo y el alma como entes separados. En este sentido, Jos¨¦ Antonio Gimbernat, de la Compa?¨ªa de Jes¨²s, y director del Instituto Fe y Secularidad, declar¨® a EL PAIS que actualmente se tiende a una mayor elasticidad a la hora de hablar del alma humana. Preguntado sobre si, en su opini¨®n, el monstruo doble derodimo de Granada de 1965, o el de Bulgaria de este a?o, ten¨ªan al nacer una o dos almas, contest¨® que en estos aspectos la religi¨®n tiende en la actualidad a ir por detr¨¢s de la ciencia. Esto es, si para la ciencia se trata de dos individuos, con doble personalidad y doble conciencia, para la Iglesia existir¨¢n dos almas. Si la ciencia dictamina que se trata de un solo individuo, la religi¨®n acepta que s¨®lo haya un alma. Respecto al tema de la implantaci¨®n del alma en el embri¨®n, el doctor Gimbernat explic¨® que la tesis m¨¢s com¨²nmente extendida entre los especialistas cristianos es la de los tres meses, es decir, cuando el embri¨®n se convierte en feto es cuando adquiere el alma. Sin embargo, existen teor¨ªas diversas, e incluso en el pasado se tuvo por cierto que el alma llegaba cuarenta d¨ªas antes si el feto era de sexo masculino.
A este respecto, cabe consignar que en unas declaraciones que publicamos en esta misma p¨¢gina, el premio Nobel espa?ol de Medicina, Severo Ochoa, se declara partidario del aborto si est¨¢ en peligro la vida de la madre o si se conoce de antemano que va a nacer un ni?o profundamente subnormal.
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