"La actividad intelectual sufri¨® m¨¢s tachaduras en la ¨¦poca de Fraga que en el resto de la dictadura"
El profesor Manuel Abell¨¢n resume su investigaci¨®n, sobre la censura durante el franquismo
A finales de este mes, el Ministerio de Cultura abrir¨¢ al p¨²blico su biblioteca positiva, es decir, la biblioteca compuesta por los libros que el antiguo Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, encargado de la censura durante los cuarenta a?os de dictadura franquista, permiti¨® que se publicaran en Espa?a. Otra biblioteca negativa, formada por legajos en los que se halla inscrita la huella feroz de la censura, se mantiene en las dependencias del citado Ministerio. En esta p¨¢gina se describen ambas bibliotecas. Por una parte, el profesor Manuel Abell¨¢n, autor de un ensayo sobre la censura durante el franquismo, describe m¨¦todos y h¨¢bitos de los que ejercieron esta censura, y por otra, Araceli Gonz¨¢lez Ant¨®n, directora de la biblioteca que va a inaugurarse estos d¨ªas, habla de las circunstancias en que va a abrirse este gran centro de difusi¨®n de la lectura.
A pesar de su ley de Prensa y de los ribetes de liberalismo en materia de publicaciones que se le atribuy¨® al per¨ªodo franquista protagonizado por Manuel Fraga Iribarne, ?aquello fue un camelo de libertad que, en la pr¨¢ctica, totaliz¨® m¨¢s prohibiciones y m¨¢s tachaduras para la actividad intelectual que en ninguna otra ¨¦poca de la dictadura?. As¨ª lo afirma Manuel L. Abell¨¢n, profesor de Literatura Espa?ola en la Universidad de Amsterdam (Holanda) y autor del primer trabajo en profundidad sobre Censura y creaci¨®n literaria en Espa?a (1939-1976), t¨ªtulo de la obra, ya impresa, que aparecer¨¢ en fecha pr¨®xima, publicada por Ediciones Pen¨ªnsula, de Barcelona. Al informarse sobre la apertura al p¨²blico de la Biblioteca del Ministerio de Cultura, Abell¨¢n, telef¨®nicamente, le ha informado a EL PA?S sobre algunos de los aspectos que aborda, con pruebas y tras penosas investigaciones.En primer lugar, Abell¨¢n lamenta que el Gobierno no le ofrezca al p¨²blico, lo que ¨¦l considera el muestrario m¨¢s explicativo de lo que fue la censura. Ese tesoro se encuentra en el tercer piso del edificio de los Archivos de Administraci¨®n Civil de Alcal¨¢ de Henares. Aqu¨ª se hacina toda la documentaci¨®n que paso por manos de los censores relativa a ?as m¨¢s diversas actividades portadoras de cualquier ¨ªndice de sensibilidad cultural: libros, discos, planos arquitect¨®nicos, bordados, radio, carteles... Por otra parte, seg¨²n Abell¨¢n, ni en Alcal¨¢ de Henares ni en el Ministerio de Cultura actual se encuentra la documentaci¨®n de los 60.000 informes que fueron afanados entre 1964 y 1976 por los religiosos de aquella ¨¦poca. El mismo, afirma, pudo comprobarlo al realizar su labor de investigador.
Seg¨²n el autor de Censura y creaci¨®n literaria en Espa?a se pueden establecer cuatro per¨ªodos de censura a lo largo de la dictadura.
1. Intento de totalitarizaci¨®n de la cultura. Fueron los primeros a?os del franquismo, correspondientes a la ?¨¦poca gloriosa de los censores?, entre los que figuraban nombres ilustres de la cultura espa?ola, como Carlos Ollero, el catedr¨¢tico A. Maravall, Manuel Mara?¨®n, Mart¨ªn de Riquer y Leopoldo Panero.
Del libro de Gregorio Mara?¨®n Ra¨ªz y decoro de Espa?a se suprimi¨® todo lo referente a la juventud y a la eutanasia. Hasta 1939 se prohibieron todas las obras de P¨ªo Baroja. Al final de 1939 apareci¨® Vidas sombr¨ªas, pero con tres cap¨ªtulos de menos: Medium, El vago y Un justo.
2. Per¨ªodo de contenci¨®n. Fue el representado por el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo de Gabriel Arias-Salgado. ?En esta ¨¦poca?, dice Abell¨¢n, ?el trabajo m¨¢s preocupante de los censores se centraba en las importaciones, ya que en Espa?a se hab¨ªan segado las posibilidades creadoras. Es digna de menci¨®n en ese per¨ªodo la excepci¨®n que constituy¨® Camilo Jos¨¦ Cela, que siendo censor de revistas tuvo que publicar La colmena en Argentina?.
3. Per¨ªodo de deterioro: Fraga lleg¨® al Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, elabor¨® su ley de Prensa, pero Abell¨¢n afirma haber contabilizado m¨¢s casos de censura que en ning¨²n otro per¨ªodo. El fraquismo censuraba por razones pol¨ªticas, pero con pretextos parapol¨ªticos. Dos ejemplos: la obra de Isaac Montero Alrededor de un d¨ªa de abril se prohibi¨® por ofensa a la naci¨®n, y Di¨¢logos de Miguel Servet, de Alfonso Sastre, por mofa y escarnio contra la religi¨®n.
4. Per¨ªodo defensivo, en el que proliferan las obras de ensayo pol¨ªtico, y en el que se intenta contener todos los esbozos de desbordamientos.
5. El per¨ªodo correspondiente al esp¨ªritu del 12 de febrero, encabezado por P¨ªo Cabanillas. La censura en esta ¨¦poca fue la que sum¨® el m¨ªnimo de tachaduras, correcciones y publicaciones de libros. Sobre los criterios que guiaban el trabajo de los censores, Abell¨¢n coloca una gen¨¦rico en primer lugar: la arbitrariedad. Ello permit¨ªa reprimir o no, seg¨²n la conveniencia y el protagonista. El caso de Cela lo expone Ab¨¦ll¨¢n como ejemplar: a pesar de que gozaba de libertades censurables ?se sabia qui¨¦n era para el r¨¦gimen?. El r¨¦gimen pol¨ªtico, la moral p¨²blica, la religi¨®n, el orden civil, la visi¨®n ortodoxa de la cruzada, eran reglas de oro para el censor de turno. Los Di¨¢logos, de Plat¨®n, fueron condenados porque se opon¨ªan a los dogmas religiosos.
Babelia
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