Inversi¨®n y crisis / y 2
La inversi¨®n en Espa?a no va a recuperarse como en otros pa¨ªses ,vecinos, porque aqu¨ª se han producido cambios de comportamiento de algunos agentes fundamentales de la inversi¨®n, como son, muy especialmente, el sector p¨²blico y la banca privada.-El sector p¨²blico, comprendiendo en ¨¦l a las empresas p¨²blicas, ha tenido que hacer frente a fuertes crecimientos de gastos corrientes -sobre todo transferencias- y, por tanto, la inversi¨®n p¨²blica no ha podido jugar un papel. importante, tanto por la reducci¨®n de su tasa de ahorro como por los l¨ªmites que impone al d¨¦ficit p¨²blico la disciplina de una pol¨ªtica monetaria antiinflacionista.
Otra posible forma de aumentar la inversi¨®n p¨²blica hubiera sido cambiando el comportamiento del sector p¨²blico corrigiendo sus desajustes y financi¨¢ndolo con m¨¢s d¨¦ficit. Pero no parec¨ªa aconsejable.
El segundo agente ha sido la banca. Gran parte del desarrollo econ¨®mico del pa¨ªs ha estado apoyado por la banca de diferentes maneras; unas veces, tomando participaciones, y otras, mediante el cr¨¦dito a largo plazo. En una palabra, participando en el riesgo y asumi¨¦ndolo.
La banca, desde hace bastantes a?os, ha estado tratando de no participar en el sector industrial. Los bancos industriales se han convertido en banca comercial. La gran banca con participaci¨®n industrial ha tenido graves problemas en los sectores industriales en los que participaba (siderurgia, bienes de equipo, etc¨¦tera). All¨ª donde estaba comprometida ha tenido que seguir, pero su participaci¨®n en los nuevos proyectos industriales se ha ido enfrentando con la nueva orientaci¨®n comercial que se impuso y con la propia experiencia de la crisis en los sectores de actividad industrial participados por la banca.
Es preciso a?adir dos argumentos adicionales importantes. El primero es la cr¨ªtica pol¨ªtica por la que le presentaba a la banca como la principal propietaria industrial del pa¨ªs. Para soslayar esta cr¨ªtica y sus riesgos ante el cambio pol¨ªtico, ten¨ªa coherencia el retirarse del dominio industrial. El segundo es por el que la banca deber¨ªa abandonar el sector industrial y especializarse en la intermediaci¨®n financiera.
La l¨®gica individual para cada banco es aceptable. Esta transformaci¨®n en banca comercial implica menores riesgos, mayores beneficios, menos ataques pol¨ªticos, etc¨¦tera. Pero esta l¨®gica individual, trasladada a la l¨®gica colectiva, produce un vac¨ªo importante en el desarrollo industrial.
Esta l¨®gica parte del supuesto de dejar a la banca el papel de intermediario financiero y supone que el mercado ir¨¢ construyendo con el tiempo nuevas formas de inversi¨®n. Pero la realidad es que la consolidaci¨®n de estas nuevas f¨®rmulas de financiaci¨®n exige plazos dilatados, m¨¢xime en situaciones de riesgo adicional producido por la crisis.
Es muy posible que, al tiempo que se ajusta la banca, se vayan afianzando las nuevas f¨®rmulas iniciadas, pero, mientras tanto, la inversi¨®n industrial, que es fundamental para producir empleo en la econom¨ªa, no aparece por ninguna parte. Por tanto, es necesario potenciar nuevas formas inversoras si es que se quiere potenciar la inversi¨®n. Dejar que la inercia de las fuerzas del mercado cubra este vac¨ªo es demasiado grave por su lentitud, dada la situaci¨®n actual.
En este per¨ªodo solamente se han producido grandes inversiones por parte de las empresas multinacionales. Bien venidas las que vengan, pero no es posible pensar en un desarrollo industrial basado fundamentalmente en la inversi¨®n de las multinacionales.
Esto plantea nuevamente el problema de la pol¨ªtica industrial del pa¨ªs, que desde luego no es lo mismo que una pol¨ªtica de reconversi¨®n de sectores en crisis, aunque as¨ª se presente en algunas ocasiones. La pol¨ªtica industrial tratar¨ªa el conjunto de la actividad industrial tal como lo trata la empresa, haciendo jugar el ciclo de vida del de los productos: emergentes, despegue, madurez y saturaci¨®n. La pol¨ªtica de reestructuraci¨®n industrial es s¨®lo activa en la fase de saturaci¨®n. Por esta ¨²nica v¨ªa el futuro industrial no tiene salida.
No hay sectores con futuro, sino empresas con futuro
Otra cosa que se dice de la pol¨ªtica industrial es que debe ser sectorial, y que hay que apostar a los sectores con futuro. Pero no hay sectores con futuro, sino empresas con futuro. Esto significa cambiar toda la ¨®ptica industrial de una Administraci¨®n que ha manejado fundamentalmente esquemas sectoriales y de ajuste financiero.
Un aspecto decisivo para a inversi¨®n es tambi¨¦n la imagen del empresario, que ha estado sometida a una cr¨ªtica y un desgaste continuados. En la sociedad no se le reconoce su esfuerzo creador, ni ha estado recompensado por un prestigio social. Esta sociedad adopta posiciones defensivas ante la crisis, con el menor riesgo posible, y los empresarios no han escapado a las normas generales de comportamiento hostil, adoptando la misma respuesta que el resto de la sociedad, es decir, con actitudes conservadoras. All¨ª donde estaban comprometidos industrialmente se han mantenido, pero no han creado nuevas empresas. Tambi¨¦n la adaptaci¨®n a un nuevo contexto social, pol¨ªtico, sindical, etc¨¦tera, ha creado 'problemas adicionales. Todo lo anterior muestra que ¨¦ste es uno de los problemas fundamentales y, si seguimos as¨ª, pronto no tendremos empresarios, si no rentistas, y sin ellos habr¨¢ poca inversi¨®n.
Otra debilidad importante en el esquema de inversi¨®n industrial es la financiaci¨®n y apoyo a las peque?as y medianas empresas (PYME). Si se compara la organizaci¨®n espa?ola de las PYME con la mayor¨ªa de los pa¨ªses de econom¨ªa de mercado nos encontramos con que existen organismos fuertes de potenciaci¨®n de las PYME en todos los pa¨ªses (la Small Bussiness Administration -SBA- en EE UU; las compa?¨ªas de garant¨ªa -KGG-, en Alemania, y quiz¨¢ donde tengan m¨¢s importancia las PYME sea en Jap¨®n), mientras en Espa?a tenemos unas pocas e incipientes sociedades de garant¨ªa rec¨ªproca (SGR) y se espera tener dentro de muy poco el segundo aval. Pero hasta que este esquema se ruede pasar¨¢ alg¨²n tiempo. Es decir, que si nos comparamos con otros pa¨ªses, por este flanco tampoco vamos muy bien cubiertos.
Hay que recordar el papel muy activo jugado por las PYME en la crisis. La mejora de la inversi¨®n ha sido m¨¢s r¨¢pida en la peque?a y mediana empresa que en las grandes. Por ejemplo, en Jap¨®n, durante la crisis, solamente han creado empleo continuado las PYME, mientras que la gran empresa ha tenido p¨¦rdidas de empleo hasta 1979. Situaci¨®n parecida se observa en Alemania y otros pa¨ªses industriales.
En resumen, el estudio profundo y particularizado del comportamiento de los diferentes agentes inversores es tan importante como la visi¨®n de la pol¨ªtica inversora desde un punto de vista macroecon¨®mico, y del mismo se derivan importantes consecuencias en la determinaci¨®n de salidas positivas a la crisis que vivimos.
Solamente tratando de comprender el comportamiento de los agentes inversores se podr¨¢n quitar los obst¨¢culos actuales y crear. las, condiciones positivas para potenciar la inversi¨®n.
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