La poblaci¨®n del norte de Uganda huye a Zaire y Sud¨¢n

Los habitantes de las provincias del norte de Uganda huyen masivamente y se refugian en los pa¨ªses vecinos, Sud¨¢n y Zaire. Una nueva plaga les persigue y les asesina: las milicias, creadas en 1979 precisamente para defender a esas poblaciones campesinas de las bandas armadas de los partidarios de Idi Amin.El diario oficial Ugandan Times revel¨® hace unos d¨ªas que m¨¢s de mil personas fueron asesinadas a principios de mes en la regi¨®n norte de Adjuman y Fakelle por unas milicias que se han convertido en el azote de la regi¨®n, aguijoneadas por el hambre y abandonadas a s¨ª mismas por la incapacidad del Gobierno de extender su autoridad a ellas.

El hambre, que asuela todo el norte de Uganda, alcanza tambi¨¦n a las milicias. Los convoyes con suministros alimenticios que parten de la capital no llegan jam¨¢s a sus destinos, porque en el trayecto son robados o vendidos. La ayuda internacional, aunque importante, apenas s¨ª es eficaz ante la extendida corrupci¨®n. Dos a?os despu¨¦s de la ca¨ªda del tirano Amin contin¨²a el calvario del pueblo ugand¨¦s, sometido al terrorismo de unos y otros, v¨ªctima del hambre y las matanzas.

Desde que Amin fue derrocado, a su vez, en abril de 1979, tres presidentes le han sucedido en el poder sin que aparentemente logren gobernar un pa¨ªs pr¨¢cticamente desarticulado y destruido durante los ocho a?os exactos de r¨¦gimen dictatorial de Amin, desde que ¨¦ste derrocara al presidente legal, Milton Obote, en abril de 1971.

Las milicias populares, un cuerpo paramilitar que actualmente cuenta con 10.000 efectivos, fueron creadas en 1979 en Kitgum, al norte de Uganda, para oponerse precisamente al bandidismo del dislocado ej¨¦rcito de Amin, que sembraba la muerte y la desolaci¨®n por aquellas regiones del Norte.

Hoy, las milicias han suplantado a aquellos b¨¢rbaros y matan a su vez en el distrito de Madi, fronterizo con Sud¨¢n. De tos 50.000 habitantes a la ca¨ªda de Amin, s¨®lo quedan hoy 8.000, que viven en su mayor parte refugiados en las misiones religiosas; el resto ha emigrado o ha sido matado.

Los jefes de estas milicias terminaron utilizando a sus unidades como peque?os ej¨¦rcitos privados para medrar en sus respectivas tribus o saldar viejas cuentas de car¨¢cter tribal. Seg¨²n el Ugandan Times, el problema de las milicias es que ?han sido integradas por seres absolutamente primitivos, a los cuales se ha armado sin darles ninguna educaci¨®n, y hoy son incapaces de aceptar ninguna disciplina?.

Se dice que Libia apoya hoy a los partidarios de Idi Amin. Y, por parad¨®jico que resulte, dos pa¨ªses ¨¢rabes, extraordinariamente ricos, pero ideol¨®gicamente opuestos, como Libia y Arabia Saud¨ª, ayudan al tirano Amin a recuperar fuerzas y tratar de recobrar el poder en Uganda.

Las razones para que estos dos pa¨ªses tan diferentes apoyen al tirano s¨®lo parecen estar en la supuesta islamizaci¨®n interesada que hab¨ªa emprendido Amin del poder, del Gobierno y de s¨ª mismo.