El Banco Rural y Mediterr¨¢neo perdi¨® unos 3.400 millones en 1980
El Banco Rural y Mediterr¨¢neo, cuyo principal accionista es el Estado, con m¨¢s de un 90% de participaci¨®n, registr¨® unas p¨¦rdidas de 3.400 millones de pesetas durante el ejercicio de 1980. Estos resultados negativos ser¨¢n enjugados mediante una serie de operaciones tendentes a reordenar sus fondos propios. B¨¢sicamente consistir¨¢n en una reducci¨®n de su capital social en unos 740 millones, lo que representa el 50% del mismo; el destino de 1.400 millones, aproximadamente, de sus reservas, todas las aplicables a la cobertura de fallidos, y una posterior ampliaci¨®n de capital al 200%, que supondr¨¢ unos 3.500 millones y que cubrir¨¢ el Patrimonio del Estado. La mitad de esta aportaci¨®n se destinar¨¢ tambi¨¦n a cubrir p¨¦rdidas.
Estos resultados negativos, que junto con la operaci¨®n acorde¨®n ser¨¢n presentados a los accionistas de la entidad en el transcurso de la pr¨®xima junta general, que se celebrar¨¢ en Madrid el pr¨®ximo d¨ªa 10 de abril, corresponden a los fallidos jur¨ªdicos que se han producido a lo largo del ejercicio de 1980 por operaciones realizadas en a?os anteriores.Adem¨¢s del plan de saneamiento, el banco recibir¨¢ las ayudas que tradicionalmente concede el Banco de Espa?a a las entidades de cr¨¦dito en crisis.
Este conjunto de operaciones se complementar¨¢ con la valoraci¨®n en 280 millones de pesetas del paquete representativo del 38,3% de las acciones del banco que fueron propiedad de la familia Duque, quien las hab¨ªa cedido al Patrimonio del Estado y cuyo pago a¨²n no se hab¨ªa efectuado por estar pendiente de la valoraci¨®n que le atribuyesen dos empresas de auditor¨ªa. Estos 280 millones se destinar¨¢n directamente a disminuir los riesgos que el grupo Duque tiene contra¨ªdos con el banco, y que se estiman en unos 8.000 millones, de los que la mitad est¨¢n sin consolidar.
El grupo Duque pretendi¨® hacerse con el control del paquete mayoritario de las acciones del Rural cuando la extinguida Secretar¨ªa General del Movimiento cedi¨® su participaci¨®n a la entonces Organizaci¨®n Sindical. Los Duque procedieron a consolidar la posici¨®n que manten¨ªan desde antes de la fusi¨®n de los dos bancos que dan nombre a la entidad, consiguiendo hacerse con un 38,3 % de las acciones del Rural.
En los ¨²ltimos tiempos de permanencia de la Organizaci¨®n Sindical como titular del paquete accionarial mayoritario, y en la ¨¦poca inmediatamente posterior en que el Rural se encontraba presidido por Jos¨¦ Utrera Molina, el grupo Duque consigui¨® pr¨¦stamos y cr¨¦ditos del banco por un importe aproximado a los 8.000 millones de pesetas, lo que representaba casi un tercio de la actividad crediticia de la entidad.
Sustituido en la presidencia Utrera Molina por Nieves Borrajo, hombre pr¨®ximo al ex presidente Su¨¢rez, se solicit¨® que aportaran las garant¨ªas suficientes como para hacer frente a las deudas contra¨ªdas. As¨ª se establecieron hipotecas sobre los bienes de los Duque por un importe pr¨®ximo a los 4.000 millones de pesetas. Para saldar el resto de la deuda ofrecieron su paquete accionarial, que adquiri¨® el Patrimonio del Estado en 197 8 a trav¨¦s de Negocios Bonaf¨¦ (Nevosa), empresa filial del Banco Rural.
280 millones a los Duque
El precio de este 38,3% de las acciones del banco qued¨® pendiente de fijar en base a los resultados que presentasen dos empresas especializadas en auditor¨ªas externas, contando con el arbitraje de una comisi¨®n compuesta por un representante del Banco de Espa?a, otro de la Direcci¨®n General del Patrimonio del Estado y otro del grupo vendedor.Estas dos empresas auditoras no presentaron unos resultados definitivos. Una dio valor cero a la participaci¨®n de los Duque en base a la situaci¨®n del banco. La otra no emiti¨® ning¨²n tipo de dictamen por considerar que no se le hab¨ªa aportado toda la informaci¨®n necesaria. Precisamente la valoraci¨®n del 38,3% de las acciones del Rural en 280 millones de pesetas corresponde, seg¨²n manifestaron a EL PAIS medios pr¨®ximos al banco, a una estimaci¨®n favorable para los vendedores.
Parece, pues, que termina un largo contencioso con la toma de posesi¨®n ya de hecho de algo m¨¢s del 90% de las acciones del Banco Rural por parte del Estado. El 52% de ellas se encontraba en poder de la Asociaci¨®n Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS), directa heredera de los antiguos sindicatos verticales, y el 32,3% ha pasado de forma definitiva al Patrimonio del Estado.
La inc¨®gnita que queda por despejar se refiere al futuro de la entidad. En las actuales circunstancias a¨²n cuenta con p¨¦rdidas acumuladas que ir¨¢n aflorando en sucesivos ejercicios. Su supervivencia depender¨¢ de que se pueda conseguir un r¨¢pido aumento de los dep¨®sitos que se encuentran en las proximidades de los 30.000 millones de pesetas, junto con una pol¨ªtica de reducci¨®n de personal, pues, seg¨²n manifestaron medios del sector, sus cargas en este sentido son a todas luces excesivas.
Como no parece posible que vaya a darse ninguna de estas dos condiciones y, por otra parte, tampoco es previsible que el Estado vaya a dar por perdido el dinero empleado cerrando el banco, resulta l¨®gico pensar que el Rural terminar¨¢ englobado en otra organizaci¨®n bancaria m¨¢s potente.
Aqu¨ª es donde vuelven a aparecer los viejos proyectos de integraci¨®n en el Exterior, el m¨¢s privado de los bancos p¨²blicos, sobre todo cuando ya se han iniciado los pasos para el saneamiento del Rural, que era la principal condici¨®n que en su d¨ªa presentaron los responsables del Exterior para hacerse cargo del banco de los sindicatos verticales.
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