Secuencia de un suicidio frustrado
Salvador Mond¨¦jar salt¨® ayer desde el balc¨®n del segundo piso del n¨²mero 55 de la calle de Atocha, en un ¨²ltimo intento, no se sabe bien si de acabar con su vida o de huir de los fantasmas que, en su imaginaci¨®n, le persegu¨ªan desde hace tiempo. De una forma o de otra, su huida termin¨® en las losetas de la acera, como reflejan las fotograf¨ªas de Antonio Luis Serrano. Ahora lucha por mantener la vida en una habitaci¨®n del Primero de Octubre.De acuerdo con la versi¨®n recogida por EL PAIS, Salvador Mond¨¦jar viv¨ªa habitualmente en la pensi¨®n Sara, en el citado segundo piso del 55 de Atocha. Su car¨¢cter se hab¨ªa ido agriando paulatinamente con el paso del tiempo. Tanto, que su relaci¨®n con las otras personas de la pensi¨®n lleg¨® a hacerse dif¨ªcil: se consideraba perseguido por todos y hacia todos ten¨ªa un recelo que presentar. Estaba firmemente convencido de que la due?a de la pensi¨®n maquinaba envenenarle y hacia ella eran las mayores desconfianzas.
Llegado este punto, los due?os de la pensi¨®n decidieron pedirle que se marchara, que su presencia all¨ª no hac¨ªa m¨¢s que hacer m¨¢s dif¨ªciles las relaciones. Pero la reacci¨®n de Salvador Mond¨¦jar no fue, ni mucho menos, la de aceptar la sugerencia. Antes al contrario, se arm¨® de un cuchillo de cocina y empez¨® a asegurar, a gritar, que de all¨ª nadie le echaba. Ante esto, los due?os de la pensi¨®n decidieron llamar a la polic¨ªa.
Pero la presencia de las fuerzas del orden y de los bomberos no fueron suficientes, y, tras intentar agredir a dos de ¨¦stos, se encerr¨® en uno de los balcones. Un chorro de agua lanzado por los bomberos intent¨® enfriar sus ideas, sin conseguirlo.
Al cabo de una hora de haber comenzado los hechos, Salvador Mond¨¦jar salt¨® la barandilla del balc¨®n, todav¨ªa no se sabe si para huir de sus perseguidores o realmente, en un intento de quitarse la vida. Un ¨²ltimo esfuerzo para aferrarse a los hierros de la barandilla no fue suficiente y, al final, Mond¨¦jar cay¨® al vac¨ªo. Pero si bien su ca¨ªda era en principio vertical, la barandilla del primer piso, con la que tropez¨®. hizo que se diera la vuelta en el aire y su cabeza fuera a chocar contra la acera.
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