Un gato en el tejado
Desde el c¨¦lebre bandolerismo andaluz, la delincuencia, juvenil o no, ego¨ªsta o generosa, ha tenido siempre buena Prensa en Espa?a. No hay sino recordar historias bien recientes, por cierto, divulgadas con prodigalidad m¨¢s all¨¢ de las p¨¢ginas de sucesos. Tal inter¨¦s ha pasado al cine y es para la semana que no trae hasta los espectadores alguna historia donde la gente joven protagoniza aventuras fuera de la ley, anta?o reservada a mayoresEn este caso, el protagonista, a quien sus compa?eros llaman Gato, baja de los te.jados de Madrid, campo habitual de sus modestos golpes, para embarcarse en una empresa de mayor riesgo y ganancia, que habr¨¢ de retirarlo para siempre.
Su procedencia, el porqu¨¦ de su vida se nos explica a trav¨¦s de las im¨¢genes que retratan las afueras desoladas de una ciudad que a lo lejos se adivina; sus dudas entre el amor constante,su moral especial y otros encuentros imprevistos, a lo largo de diversos encuentros femeninos. Todo ello, a m¨¢s de otros lances menores, resueltos dentro de un estilo fijado ya hace tiempo por el cine de Hollywood en numerosas pel¨ªcula,, sirven en gran medida para dar entidad al personaje y su breve aventura, cuya aportaci¨®n m¨¢s interesante estriba en la extra?a amistad entre el protagonista y un polic¨ªa singular, encarnado por Alvaro de Luna.
Todos me llaman ?Gato?
Director: Ra¨²l Pe?a. Gui¨®n: Ra¨²l Pe?a y J. Parejo. Fotograf¨ªa: J. Bragado. M¨²sica: E. Bartrina y F Villanueva. Int¨¦rpretes: Alvaro de Luna, Ver¨®nica Forqu¨¦, Silvia Aguilar, Patty Shephard y F. Villanueva. Con la presentaci¨®n de Carlos Tristancho. Espa?a. 1980. Local de estreno: Roxy ?A?.
A pesar de que el gui¨®n peque a veces de convencional en alg¨²n episodio y en los di¨¢logos a veces, Ra¨²l ha sabido apoyar su historia en la presencia de Carlos Tristancho, nuevo en el cine tras su carrera teatral; en Ver¨®nica Forqu¨¦, actriz sobradamente conocida en empe?os dram¨¢ticos; en Paco Algora, muy eficaz en este caso, y en Alvaro de Luna, cuyo saber hacer y buen arte van haci¨¦ndole ganar en la pantalla grande lo que en su d¨ªa le reconoci¨® la peque?a. Su humanidad, lejos de paternalismos olvidados; su desafio, ni m¨¢s all¨¢ ni m¨¢s ac¨¢ de la raya que le separa del amigo, sirven de contrapunto fiel a este gato indeciso ante la ley que desde los tejados busca en la tr¨¦mula amanecida de Madrid un camino que le libere de su destino tr¨¢gico.
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