Finaliz¨® el encierro de 23 mujeres en la plaza de abastos de Bayona
En aire de fiesta popular, con vivas ?al capit¨¢n de la Guardia Civil? y abrazos emocionados, termin¨® ayer, a las siete de la tarde, el encierro que ven¨ªan protagonizando desde hace veinticuatro d¨ªas veintitr¨¦s vendedoras de la plaza de abastos de Bayona (Pontevedra) para reclamar la continuidad de sus derechos adquiridos, una vez que el Ayuntamiento construya el nuevo mercado alimenticio. Sonrisas y alguna l¨¢grima de satisfacci¨®n sellaron el acuerdo alcanzado, que reconoce derechos prioritarios para las veintitr¨¦s aguerridas vendedoras, que al final de su singular protesta creyeron alcanzar plenamente sus reivindicaciones.
La hist¨®rica villa de Bayona, a la que hace quinientos a?os regres¨® de arribada la colombina nave La Pinta, estaba pendiente de un desenlace para este incidente, que motiv¨® la preocupaci¨®n seria de las autoridades, no s¨®lo a nivel provincial, seg¨²n pudo saber EL PAIS. Las opiniones estaban divididas entre los partidarios del alcalde, Benigno Rodr¨ªguez, personaje particularmente pol¨¦mico, al que se le atribuyen los m¨¢s variados protagonismos de caciquismo local -mezclados con no menos pintorescas aventuras personales, que alguna vez ocuparon los pliegos de los expedientes judiciales-, y los defensores de las vendedoras de la plaza, convencidos de que ellas estaban siendo v¨ªctimas de una injusticia.El hecho comprobado es que ni el alcalde ni cualquier otra autoridad que no fuera el brigada local de la Guardia Civil habla visitado hasta ayer el lugar del encierro ni tratado de negociar con ellas una soluci¨®n directa del problema.
Despu¨¦s de veinte a?os del disfrute de sus respectivos puestos en la plaza, estas vendedoras se negaban a perder derechos que cre¨ªan inviolables, y se dispusieron a dormir a la intemperie a lo largo de veintid¨®s noches. Su gozo, al alcanzar una salida al asunto, les hizo olvidar incluso sus antiguas fobias al alcalde, hasta el punto de que tambi¨¦n acabaron dirigi¨¦ndole a ¨¦l alguna frase complaciente.
Agresiones f¨ªsicas
De todas maneras, el ambiente que se respira en Bayona es que esta guerrilla local no ha hecho m¨¢s que estallar. Asuntos de especulaci¨®n urban¨ªstica, de administraci¨®n local y de intereses econ¨®micos muy variados, mezclados con una carga personal acentuad¨ªsima, hacen presagiar que el encierro de las vendedoras de la plaza es el inicio de una definitiva lucha por el poder local singularmente caracter¨ªstica de la situaci¨®n actual en Galicia.El hecho de que durante los ¨²ltimos d¨ªas se hayan llegado a producir varias agresiones f¨ªsicas personales en la villa demuestra hasta qu¨¦ punto los ¨¢nimos est¨¢n excitados.
Lamentablemente, el alcalde local eludi¨® ayer la informaci¨®n directa del problema que le ha pedido EL PAIS. A falta, por tanto, de una observaci¨®n oficial detallada, quedan en el aire las acusaciones pol¨ªticas y partidarias que circulan en la localidad. Benigno Rodr¨ªguez fue elegido alcalde en una candidatura independiente a la que inicialmente se atribuy¨® proximidad a UCD y ahora se le atribuyen veleidades con Coalici¨®n Democr¨¢tica.
Quedan a¨²n por saber dos cosas: c¨®mo se va a resolver de manera provisional el abastecimiento local, ya que el edificio que se est¨¢ construyendo para este fin acaba de ser declarado oficialmente insalubre, y cu¨¢l es el proyecto concreto que tiene el Ayuntamiento para levantar la nueva plaza de abastos. A la espera de este conocimiento, la opini¨®n popular le da vueltas a la posibilidad de que el alcalde y su grupo puedan guardar alguna sorpresa especulativa para el viejo solar de la plaza de abastos.
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